En las montañas del nororiente del país, a unas dos horas y media de Cúcuta, en la vereda Sombrerito, del municipio Ragonvalia, se encuentra la finca El Roble, el lugar donde se cultiva el mejor grano de café de Colombia. Así lo ratificó en 2021 la Federación Nacional de Cafeteros cuando reconoció la calidad de la producción del caficultor Domingo Torres.
Desde el municipio Los Patios, donde reside Domingo, hasta el de Ragonvalia, que hoy es famoso gracias a su producción de café, no hay un alma que no lo reconozca. De hecho, no hay calle ni esquina donde alguien no salga a saludarlo. Y no es para menos. El humilde campesino, oriundo de Guapi, en el departamento del Cauca, es modelo en la región. Con su emprendimiento ha llegado literalmente hasta China; también Corea del Sur, Taiwán y Estados Unidos, entre otros mercados. Lo fantástico, es que todavía la humildad es una cualidad que lo distingue.
Cada vez que llega a El Roble lo reciben como a un papá. La fortuna que le ha dado producir el mejor café del país se lo atribuye al amor de Dios, a su familia, y a la gente buena del campo que siempre lo ha acompañado. Para Torres, el hecho de que el café que se produce en Ragonvalia sea reconocido internacionalmente es una manera de retribuirle a Norte de Santander haberlo acogido hace 37 años. “En mis planes figura seguir cosechando en El Pedregal para producir más café en nuevas hectáreas. Normalmente le apuesto al grano castillo, bourbon rosado y geisha, pero queremos experimentar con más variedades, incluir el caturro, el papayo y ver si la tierra responde de la forma que esperamos. La idea es que todo lo que se produzca sea de calidad. Un café extraordinario”, señaló.
Domingo no siempre fue caficultor, antes de asentarse en Norte de Santander probó como trabajador en cultivos de caña en Venezuela, pero la falta de documentos no le permitieron progresar. Al regresar, hizo de minero durante casi una década, hasta que se cansó y con lo que había logrado ahorrar se compró una parcela. Ahí comenzó su historia en el campo. Al principio le apostó, sin éxito, a la ganadería, y luego al café. “Los vecinos me decían que la finca era pura piedra y que las tierras no eran fértiles para sembrar café, que no perdiera mi dinero, pero como yo confío en Dios y en su amor, Él me bendijo y ahora estoy recibiendo el fruto de su misericordia”, recordó.
El café de Domingo despertó, incluso, el interés del Café Amor Perfecto, que hace unos años adquirió un lote de su único café en verde (variedad geisha), para ser tostado con los más altos estándares para que los colombianos pudieran consumirlo. Según Torres, es completamente viable hacer buena caficultura en Norte de Santander. De hecho, considera que el departamento reúne todos los requisitos para aumentar la producción y las áreas de cultivo, al punto de no tener nada que envidiarles a las regiones cafeteras. Ricardo Mendoza, director ejecutivo del Comité Departamental de Cafeteros, aseguró que este es uno de los muchos casos de éxito que se registran en la región. “En total son más de 16.000 familias cafeteras que se ubican en los 36 municipios donde se cultiva el cafeto en el departamento”, precisó.
Según datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), entre enero y febrero de 2023, Norte de Santander superó el total de las ventas de café de todo 2022. Solo a Estados Unidos exportó en ese año 1,7 millones de dólares; y en los primeros dos meses de este año la suma ascendió a 1,8 millones de dólares por ventas a ese país, además de Bélgica y Canadá.
Inversión y producción
De acuerdo con Mendoza, el propósito es seguir impulsando a los caficultores de la región para que sean más productivos y competitivos. Para esto es fundamental acompañar los procesos de producción y brindar las herramientas necesarias para mejorar las cosechas. Gracias al uso eficiente del suelo y la adopción de nuevas tecnologías agronómicas, proyectan pasar de sembrar 4.500 plantas por hectárea a un promedio de entre 6.600 a 7.200 plantas.
Un trabajo articulado entre autoridades institucionales, agencias de cooperación nacional e internacional, convenios institucionales y los programas ejecutados en alianza con la Gobernación de Norte de Santander han permitido articular esfuerzos en beneficio de los campesinos. De la mano de la Gobernación, con una inversión de 15.100 millones de pesos (que incluye recursos del Sistema General de Regalías), avanzan en un proyecto que se calcula beneficiará alrededor de 3.404 caficultores y permitirá la renovación de 2.404 hectáreas.
Cuna del café
Salazar de las Palmas es también conocida como la cuna del café. Cuenta la historia que en el siglo XIX el sacerdote Francisco Romero solía ponerles de penitencia a los feligreses del municipio cultivar café. Ellos no se conformaron con sembrarlo, desde la ciudad de Cúcuta, por la vía del Lago de Maracaibo, emprendieron su comercialización y llevaron a cabo la primera exportación de 2.542 sacos de grano. Fue tal el éxito de esta iniciativa, que para el siglo XX había grandes haciendas cafeteras en diferentes municipios. Hoy algunos municipios como Lourdes, Villa Caro, Santiago y Cucutilla, entre otros, viven del café.
En cifras
980 veredas cafeteras.
36 municipios cafeteros.
23.242 hectáreas de café.
16.034 cafeteros.
17.637fincas cafeteras.
23.365 toneladas producidas (2,86 % del total nacional).
92 % del café que se acopia por el canal institucional es especial.
Más de 6.800 kilos comercializados por el canal institucional del Comité Departamental.