“La magia de Palomino es la sencillez y la apertura de todos los que vienen aquí. No importa de dónde vengas o cómo seas, te contagias de toda esta energía”, aseguró Michael Ontiveros, un profesor de yoga de 30 años que dejó su vida en Bogotá para vivir en Palomino hace más de un año.
Ubicado en el departamento de La Guajira, Palomino ofrece una experiencia auténtica lejos del bullicio de los destinos turísticos más populares. Sus extensas playas de arena blanca bordeadas por palmeras les dan la bienvenida a los visitantes con un paisaje impresionante y una atmósfera serena.
Además de su ambiente relajado, la creciente infraestructura para el trabajo remoto lo han convertido en un refugio para quienes buscan combinar la aventura con la productividad.
“Decidí quedarme porque tengo la oportunidad de hacer yoga todos los días y todo queda muy cerca: trabajar, estudiar por internet, conocer nómadas digitales, conocer personas de todo el mundo sin viajar y vivir en un lugar hermoso y natural”, afirmó Ontiveros.
Al igual que él, Daniel Cañas, un bailarín y coreógrafo oriundo de Medellín, dejó la ciudad para vivir en este rincón del Caribe: “Me quedé aquí porque encontré paz interior, conecté con el territorio y la gente que vive y pasa por estas tierras”, mencionó.
Los ríos que atraviesan Palomino descienden de la Sierra Nevada de Santa Marta, donde habitan cuatro pueblos indígenas. Según algunos habitantes de la región, estos pueblos se dedican a cuidar de la naturaleza, el agua y el espíritu. “Toda esa energía llega en las aguas de los ríos con los que te bañas y sientes cómo mejoran internamente tus pensamientos, encuentras paz y mucha tranquilidad”, afirmó Cañas.
Ricardo Camacho, director de experiencias en Selina Colombia, una red de hoteles que combina el concepto de trabajo y ocio, detalló que sus hospedajes cuentan con una oferta de experiencias y actividades curadas por ellos para disfrutar de la mejor oferta local.
“Este destino ofrece la tranquilidad del paisaje frente a la playa, piscina al aire libre, actividades de bienestar y la cercanía perfecta para visitar Minca, el Parque Tayrona y La Guajira, y está a solo 20 minutos a pie de playas vírgenes con las mejores olas de Colombia para los surfistas aficionados”, mencionó.
Un plan imperdible para los turistas amantes de la aventura es embarcarse en un viaje en tubing por el río Palomino. Esta experiencia consiste en un recorrido por el río sobre un flotador para contemplar los paisajes e incluso participar en degustaciones gastronómicas, pues en un tramo del recorrido hay quienes ofrecen arepas de huevo o empanadas de camarón típicas de la región.
Palomino también es un lugar ideal para hacer yoga, meditación, bailar salsa, hacer surf, practicar idiomas, conectar con la naturaleza, participar en retiros de yoga, conocer culturas ancestrales, hacer voluntariados y llevar una vida más conectada con la naturaleza.
Según Cañas, profesor de salsa y bachata en la playa, existen clases grupales frente al mar y clases personalizadas para mejorar el nivel de baile de interesados que llegan de muchas partes del mundo. “Acá han llegado personas que, sin saber mucho de salsa, hoy ya son profesores”, afirmó.
Este tipo de actividades les dan la oportunidad a los jóvenes de exponerse a diversas culturas, idiomas y estilos de vida. Según Cristina Martínez, gerente general de Tiki Hut, un reconocido hostel de la región, los extranjeros visitan con frecuencia Palomino, aunque en algunos meses más que otros, pero siempre hay gente de otros países.
El turismo nacional, en cambio, se concentra los fines de semana, feriados y temporadas de vacaciones. “Después de la pandemia, hemos observado un aumento significativo en la llegada de turistas nacionales a este destino”, reconoció Martínez.
Según Juan Camilo, un bogotano de 28 años que ha visitado Palomino cuatro veces, el encanto de la región está en su energía, el mar, la gente y las vibras de los hostales. Uno de los puntos es que, al contar con pocas edificaciones, la contaminación visual es menor que la de otros destinos similares.
Camacho mencionó que Selina crea ecosistemas para todo tipo de viajeros, tanto para quienes buscan explorar nuevos destinos o vivir en diferentes partes del mundo, como para los profesionales que adoptan por completo el concepto de ‘workstation’.
En los últimos años, han surgido numerosos hostales, eco-lodges y espacios de coworking que ofrecen las comodidades necesarias para trabajar frente al mar. Estos lugares no solo proporcionan alojamiento asequible, sino que cuentan con conexiones de internet confiables, convirtiéndose en lugares ideales para quienes necesitan estar en línea mientras disfrutan un entorno paradisíaco.