En las fértiles tierras del departamento del Huila, un grupo de mujeres unieron sus fuerzas y su talento para producir uno de los cafés más exquisitos y apreciados del país. “Nuestro café enamora paladares”, aseguró Lucía Álvarez, representante legal de la Asociación de Mujeres Guardianas del Agro e imagen de Mujeres Cafeteras de Coocentral, un programa que inició en 2014 con 60 mujeres y hoy ya suma 800.
El proyecto nació en alianza con la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia y el Sena, con el objetivo de capacitar y empoderar a las mujeres de la región, brindándoles una fuente de ingresos estables y dignos.
A través de entrenamientos continuos, las caficultoras que hacen parte del programa fortalecen sus conocimientos en el mundo del café. Yeimi Lorena Molina, coordinadora comercial de Coocentral, aseguró que las mujeres se convierten en conocedoras y ejecutoras de las mejores prácticas de cultivo y procesamiento, destacando la calidad del grano, sus características especiales y atributos.
“La experiencia a partir del programa de Mujeres Cafeteras fue un cambio extremo para nosotras como caficultoras. Toda la vida hemos estado involucradas en el tema del café y tenemos conocimientos sobre su producción, pero éramos invisibles ante el mundo”, mencionó Álvarez.
En la actualidad, su línea de café ha visibilizado el talento de las mujeres y la región. Desde 2019, el café se exporta a países como Estados Unidos y ha logrado el patrocinio de marcas como Peet‘s Coffee, un tostador y minorista de cafés especiales en San Francisco, California. Además, empresas a nivel nacional como Ecopetrol, Pan Pa’ Ya!, Finagro y GIZ incentivan al proyecto con su consumo.
El café producido por las caficultoras huilenses se distingue por sus características únicas y excepcionales. Con una fragancia y aroma floral con notas de miel, este café ofrece un sabor delicado con toques de panela. Su cuerpo sedoso y suave acidez lo convierten en una experiencia sensorial incomparable.
Más allá de su excelente calidad, el café huilense es un ejemplo de cómo el trabajo en equipo puede transformar vidas y comunidades enteras. Gracias a este proyecto, cientos de mujeres han podido salir adelante, mejorar sus condiciones de vida y convertirse en líderes y referentes en sus comunidades.
Además, las mujeres detrás de la producción han mejorado significativamente los rendimientos de producción, pasando de 18 cargas de café a 25, y han elevado la calidad del café en taza de 82 puntos a 85, según el estándar de la Asociación de Cafés Especiales (SCA).
Asimismo, y según Molina, han podido adquirir las herramientas y equipos necesarios para optimizar el proceso productivo. Estos logros se han traducido en un aumento del 55 % en los ingresos del hogar derivados del café durante el año 2024, demostrando el impacto positivo que este proyecto ha tenido en la vida de las mujeres y de sus familias.
“Uno de los retos más grandes es enfrentarnos al machismo dentro de la caficultura. Hasta ahora hemos sido reconocidas y nuestro trabajo ha sido valorado. Es importante que las mujeres se involucren y se empoderen cada día más, porque es una tarea que no es fácil, pero unidas somos capaces”, advirtió la caficultora.
El café huilense también ha contribuido al desarrollo económico y social de la región, generando empleo y dinamizando la economía local. Gracias a su éxito, otras mujeres se han animado a unirse al proyecto, lo cual ha permitido que continúe creciendo y expandiéndose.