¿Qué acciones adelanta Grupo Latam a favor del medioambiente y la transición energética?

María Lara: Latam está impulsando la transición de reemplazar el combustible fósil por el combustible sostenible de aviación (SAF), el cual es producido a partir de residuos y materias primas renovables, y podrá reducir hasta un 80 por ciento las emisiones en comparación con el combustible fósil. Además estamos trabajando con proyectos de créditos de carbono que son claves para el proceso de compensación. Uno de ellos está en la Orinoquía, tiene una proyección de 11.4 millones de toneladas de créditos de carbono y protegerá más de 500 hectáreas en esta zona del país. Con esto buscamos hacer un apalancamiento con el sector privado -sin intermediarios- para que se realicen procesos de conservación de bosques y humedales, los cuales son claves para mitigar la huella de carbono, frenar la deforestación y hacer un cambio del uso del suelo en los Llanos Orientales.

Además decidieron eliminar los plásticos de un solo uso…

M.L: Trabajamos en varios frentes al mismo tiempo. Uno de ellos es la eliminación de plásticos de un solo uso, que tiene un avance de un poco más del 80 por ciento en la meta que tenemos para este 2023. Además, estamos revisando todos los procesos de la compañía, desde las oficinas hasta los aviones, para hacer un seguimiento del uso de los plásticos. Por ejemplo, en los vuelos internacionales los aviones disponen de cobijas que anteriormente iban empacadas en bolsas plásticas por temas sanitarios, ahora las bolsas son de tela. Otro cambio lo buscamos reduciendo el uso excesivo de papel film que se utiliza para proteger los equipajes, en donde ahora hay un control más regulado en el número de vueltas del plástico -para que la carga se quede quieta y esté asegurada- solo con la cantidad necesaria. Aunque es una cosa súper sencilla, con esto se redujo el 40 por ciento del uso del film. Adicionalmente, reutilizamos las cajas de madera en las que generalmente se guardan los repuestos que llegan en los vuelos. Al ser un material resistente, puede tener múltiples usos.

También tienen una iniciativa que se llama ‘Segundo vuelo’, ¿en qué consiste?

M.L: Está enfocada en la reutilización de uniformes. Las normas laborales exigen que todos los años se cambien los uniformes de las tripulaciones de los vuelos; sin embargo, estamos fomentando que de manera voluntaria se cambien únicamente los elementos necesarios y conservar los que aún están en buen estado. Con los uniformes que sí son entregados, se están reutilizando las telas para crear morrales para las personas del área de mantenimiento, quienes lo utilizan para guardar sus materiales de trabajo. Esas telas también se utilizan para hacer juegos y crear productos de merchandising de la compañía.

La sostenibilidad social es hoy otra de sus banderas, ¿qué logros destacaría?

M.L: Todo el tiempo estamos buscando oportunidades con organizaciones sociales con las que podamos hacer match para crear proyectos de impacto. Por ejemplo, trabajamos con la Fundación Cardio Infantil y en el proceso detectamos que los niños que viajaban para que les realizaran intervenciones quirúrgicas tenían mucha ansiedad, razón por la cual optamos por crear unos juegos exclusivos para ellos -con las telas que reutilizamos- para que la experiencia del viaje fuera más tranquila y agradable. Tenemos otra alianza con la Corporación Mundial de la Mujer y trabajamos con familias que han vivido en entornos de violencia y de conflicto armado. Nosotros les damos la materia prima, que son las telas, y desde allá realizan todo el proceso de confección del producto y venta, a través del cual pueden tener un flujo de recursos económicos. De hecho, los productos finales han tenido tan buena calidad que han llegado a ser competitivos en el mercado a nivel internacional.

Otra iniciativa que impulsan se llama ‘Avión Solidario’...

M.L: Así es. Este es un programa de valor compartido a través del cual se pone al servicio de los países nuestro activo más grande: el avión. Aunque el programa está activo desde hace 12 años, en Colombia ha tenido un crecimiento exponencial en los últimos años. Apoyamos 3 frentes específicos en toda Latinoamérica: salud, medioambiente y catástrofes naturales. En este orden de ideas buscamos que este medio de transporte pueda ser usado de manera gratuita por parte de pacientes que necesitan tratamiento médico y profesionales de la salud. Además está a disposición de llevar equipos e insumos técnicos, órganos, tejidos y células madre, entre otros. Por ejemplo, con la Fundación Cardioinfantil, hacemos un acompañamiento en las jornadas que se realizan en diferentes lugares del país, para poder hacer una valoración médica a niños con posibilidades de tener cardiopatías, y que en caso de que lo necesiten, puedan ser movilizados a Bogotá.

¿Cómo inspirar a otras organizaciones para que también se apropien de los  Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU?

M.L: Yo creo que las compañías tienen que entender y tener claro que solos no van a poder. Es decir, colgarse la medalla del más sostenible o decir que son quienes más hacen por el país no sirve. Lo importante es integrar recursos de manera colaborativa para que, en efecto, seamos todos quienes podamos colgarnos la medalla y podamos decir que sacamos al país adelante. Nuestra experiencia, específicamente en Colombia, ha sido súper enriquecedora porque uno ve que las organizaciones tienen la misma filosofía. Esas acciones que se impulsan de la mano de las organizaciones le devuelven a uno la fe de que el mundo puede ser mejor, y también demuestran que el sector privado está cambiando profundamente con una convicción real sobre atender los problemas del país.

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