En el marco de la primera cumbre de gobernadores del 2024, que se realiza en Cartagena, la Federación Nacional de Departamentos (FND) presentó el estudio Incidencia de cigarrillos ilegales en Colombia 202, el cual identificó que el consumo de cigarrillos ilegales alcanzó el año pasado un 35 por ciento, la cifra más alta registrada desde 2015.
El estudio, que hizo Invamer para el Programa Anticontrabando de la FND, también determinó que el mayor porcentaje de cigarrillos ilegales que entraron al país llegaron desde Uruguay (11,4 por ciento), Corea del Sur (6,9 por ciento), Emiratos Árabes (4 por ciento) y China (3,9 por ciento).
También evidenció que las principales marcas de cigarrillos que ingresaron al país de forma ilegal fueron Rumba, Carnival, Real y Marshal.
En cuanto a los hallazgos positivos, se destaca una disminución en el consumo de cigarrillos ilegales en departamentos como: Córdoba, donde la cifra se redujo en 32 puntos porcentuales (pp); Sucre, con una disminución de 16 pp; Vichada, que registró una caída de 14 pp; Arauca, con un descenso del 13 pp, y Magdalena, donde el consumo ilegal se redujo 11 pp.
En Caquetá y Guainía, el estudio no reportó ningún consumo de cigarrillos ilegales.
“Por causa del contrabando de cigarrillos, Colombia ha perdido 3.6 billones de pesos en los últimos cinco años. Contrarrestar este fenómeno nos llama a seguir aunando esfuerzos técnicos, operativos y de comunicación para que las bandas criminales que se valen del contrabando de cigarrillos para lavar dinero no usen a la población civil como medio para delinquir”, aseguró el director ejecutivo de la FND, Didier Tavera Amado.
Asimismo, se reveló que los departamentos con mayor consumo de cigarrillos ilegales son La Guajira (91 por ciento), Cesar (85 por ciento), Bolívar y Norte de Santander con un 74 por ciento.
Este fenómeno se debe en parte al aumento de los impuestos que ha sufrido la industria del tabaco en los últimos años, según explicó Alberto Recio, presidente del Clúster Andino de Philip Morris International.
“En el 2017 cuando se triplicó el impuesto a los cigarrillos teníamos 13 por ciento de contrabando de tabaco en Colombia y hoy es de 35. Obviamente las ganancias que hoy tiene la industria ilícita por no pagar impuestos son tan altas que el problema se ha expandido en Colombia. Además, cada año los impuestos a los cigarrillos suben cuatro puntos adicionales al IPC”, advirtió.
Otro de los hallazgos del estudio evidenció que el 83 por ciento de las cajetillas ilegales comercializadas en el 2023 fue vendido en tiendas de barrio. Los consumidores aseguraron que las principales razones para comprarlos fueron: menor valor (89 por ciento) y disponibilidad (42 por ciento).
De acuerdo con Martín Orozco, gerente de Invamer, para este estudio se realizó una muestra de 3.900 encuestas a cargo de 114 personas que recorrieron los diferentes departamentos.
“La metodología de este estudio nos permitió ir directamente a la fuente del consumo, nosotros no vamos a las tiendas a ver si venden cigarrillos de contrabando, sino que vamos a una muestra en hogares, identificamos personas fumadoras y les decimos que si nos responden unas preguntas de hábitos de consumo, y al final de la encuesta, les pedimos que nos vendan la cajetilla de cigarrillos. Luego viene un grupo de expertos de la industria a hacer el análisis de cuales son originales y cuáles no”, explicó.
Un delito que afecta a las regiones
El impuesto al consumo de cigarrillos representa una importante fuente de ingresos para los departamentos. Entre 2015 y 2023 aportó en promedio el 48 por ciento del total de los ingresos tributarios. Tan solo en 2023, el valor del recaudo superó los 4.04 billones de pesos, según el reporte CUIPO/FUT.
Durante esta misma vigencia, el consolidado del impuesto al consumo de cigarrillos superó los 1.2 billones de pesos, en comparación con el periodo anterior.
Por eso, el contrabando de cigarrillos es un delito que afecta al desarrollo del país, pues el impuesto que pagan los cigarrillos vendidos legalmente se destina a financiar el deporte y la salud en las regiones. Esto significa que, a medida que aumenta el consumo ilegal de cigarrillos, se reducen los ingresos para garantizar el bienestar y la salud en los territorios.
“Hoy la preocupación número uno de los colombianos es la inseguridad y los cigarrillos de contrabando están financiando esas estructuras criminales que no los dejan vivir en paz y que los tienen secuestrados en sus casas, porque la gente tiene miedo de salir, pues, esas mismas estructuras son las que atracan en los barrios y generan la inseguridad”, señaló Alberto Recio de Philip Morris.
Desde el Programa Anticontrabando de la FND se advierte que quien comercialice estos productos ilegales se expone al decomiso de la mercancía; al cierre del establecimiento hasta por 120 días; a la cancelación o suspensión de licencias, concesiones, autorizaciones o registros; a multas, e, incluso, a la privación de la libertad.
“Desafortunadamente, el contrabando ya no es solo la venta informal de unas pacas de cigarrillo o licor, sino que es un crimen trasnacional que permite el lavado de activos como un delito conexo al narcotráfico que hoy es un negocio atractivo para los grupos al margen de la ley, y que le cuesta la vida a los colombianos. Por eso digo que la gente no debería ni tomar ni fumar, pero si toma y fuma, que lo haga de forma responsable y que pague los impuestos para que el Estado pueda atender los daños que se hacen a la salud”, finalizó Didier Tavera de la FND.
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