La historia de Colombia y sus instituciones ha estado marcada por la desconexión entre el Gobierno central y las regiones. Esta desconexión ha derivado en la incapacidad para articular las acciones necesarias entre el Gobierno nacional y los gobiernos locales, que den soluciones definitivas a las problemáticas más urgentes que aquejan a las ciudades colombianas.
Más del 47 por ciento de los habitantes del país viven en las ciudades capitales, y en ellas se genera cerca del 55 por ciento de la riqueza. Es por esto que una de las grandes apuestas del nuevo Gobierno nacional, encabezado por el presidente Gustavo Petro y la vicepresidenta Francia Márquez, será la descentralización real de la gobernanza para que el Estado, con toda su capacidad e institucionalidad, logre hacer una presencia efectiva en todo el territorio nacional.
En este escenario, las ciudades y sus administraciones locales tienen uno de los mayores desafíos: ser los articuladores entre los ciudadanos y el Gobierno, a partir del vasto conocimiento de los territorios y sus necesidades, para ejecutar estrategias que resuelvan los pendientes históricos de las regiones de nuestro país.
Asuntos de vital importancia para el desarrollo social y económico de las ciudades como la protección del medioambiente y los recursos naturales, la seguridad y el transporte público, entre otros, han sido delegados a los mandatarios locales sin que estos cuenten con las herramientas y los recursos necesarios para dar soluciones definitivas, por lo que esta articulación región-Gobierno es la única manera de lograrlo.
Quizás una de las problemáticas más importantes, y que requiere la mayor atención, es la que tiene que ver con la protección del agua. Hoy, cerca del 35 por ciento de los municipios del país enfrentan posibles desabastecimientos y vierten en los ríos más de la mitad de las aguas negras sin el debido tratamiento. El agua es un derecho fundamental que se debe hacer efectivo, y el desafío de proteger los páramos y recuperar las cuencas hídricas tiene que asumirse de forma integral con toda la capacidad del Estado.
El desafío de la sostenibilidad debe ir de la mano del desarrollo económico. Si bien se ha logrado recuperar gran parte de los empleos perdidos durante la pandemia, el fomento de la industria y el emprendimiento tiene que ser permanente y tener en cuenta las potencialidades y ventajas de cada región.
Las ciudades colombianas enfrentan desafíos compartidos, como los que comparten los Santanderes con el Caribe, territorios hermanados a través de la cultura, la economía y la educación, sin embargo, se deben atender las necesidades específicas de cada territorio. Por eso es indispensable que la articulación entre el Gobierno, que posee los recursos, y los alcaldes, que somos la primera línea de representación ciudadana y conocemos las necesidades de los ciudadanos, se lleve a cabo de forma integral, priorizando los pendientes históricos y generando una equidad sostenible y efectiva.
*Presidente de Asocapitales.
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