Cuando José Antonio Mesa leyó por primera vez Cien Años de Soledad le llamó la atención las alusiones que hacía el Nobel al mundo de la astronomía. Así fue como empezó su aventura exploratoria por la obra literaria y periodística de Gabo, que lo llevaron a publicar ‘La astronomía en la obra de García Márquez’. Sus descubrimientos harán parte de la edición 24 del Festival de Astronomía de Villa de Leyva y el próximo sábado 31 de julio serán el tema central de su conferencia ‘Gabo, reportero del espacio’.

Mesa es ingeniero de sistemas, pero su pasión por la astronomía lo ha llevado a convertirse en un aficionado y divulgador científico con interés en la astronáutica, el sol y la astrofotografía. “Desde pequeño reciclaba los libros que leía mi papá y en Cien años de soledad encontré una parte que se desarrolla en la casa de los Buendía, que realmente era una representación de los García Márquez”, comenta.

Mesa hace alusión a que esta familia sabía qué día del año era con base en la ubicación de una persona que estudiaba el sol. “Eso era realmente posicionamiento astronómico porque el sol cambia de posición todos los días, así que saber por dónde sale nos ayuda a determinar en qué fecha estamos”, explica Mesa. Con el paso del tiempo siguió capturando más citas y referencias que denominó ‘alusiones’.

“Cuando falleció García Márquez publiqué un artículo y el exdirector del Planetario de Bogotá, Germán Puerta, me invitó a escribir un libro en relación a este tema”, señala Mesa. Así fue como empezó una investigación no solo en los libros y artículos periodísticos del Nobel, también se reunió con familiares, descubriendo que Gabo era un aficionado de la astronomía y la astronáutica.

“Hace poco lei en el libro de Rodrigo García Barcha que su padre tenía en su ojo izquierdo una ceguera ‘de punto central’, que muy probablemente se debía a un eclipse que observó y reflejó en El Otoño del Patriarca, cuando el dictador intenta enamorar a su amada en medio de un eclipse”, comenta Mesa.

Para esta edición el Festival tendrá telescopios de todas las clases, tamaños y potencias; conferencias especializadas; concurso de astrofotografía, entre otras actividades dirigidas al público general y especializado. | Foto: Cortesía ASASAC

Por ejemplo, en ‘El general en su laberinto’ plasma su aprecio por las noches estrelladas. En ‘Cien años de soledad’ está presente la navegación astronómica. Y en ‘El coronel no tiene quien le escriba’ hay un paraguas que sirve para contar estrellas, algo que está relacionado con una de las formas en que se divide el espacio para poder hacer la ubicación de estos cuerpos celestes.

Mesa encontró cerca de seis artículos en los que Gabo hace un seguimiento a la carrera espacial. “Estos artículos no eran nada triviales, los referencia con muchos datos precisos y a profundidad”, señala. Tres están en la compilación ‘Cuando era feliz e indocumentado’ que, recoge diversas crónicas, artículos y reportajes periodísticos de García Márquez, escritos entre los años 1957 y 1959 en Caracas.

“Ahí escribe sobre cómo iba sucediendo la carrera espacial, explicando detalles técnicos como el tamaño y la velocidad de las naves. Este artículo lleva por nombre ‘El mundo aprende astronáutica’. En otro relata cómo se produce la llegada del hombre al espacio con Yuri Gagarin. También dedica un espacio para los inconvenientes que tenía el programa espacial de Estados Unidos y cómo van perdiendo la carrera con la Unión Soviética”, explica Mesa.

Otros dos fueron escritos en la década de los 80 en el periódico El País. El primero se titula ‘Náufragos del espacio”, donde comenta cómo en la estación espacial Salyut se produjo un problema que puso en riesgo la vida de los astronautas. Para ese entonces los soviéticos habían tenido problemas en su base de lanzamientos por una explosión, lo cual hacía muy difícil rescatarlos. “Él lo manifiesta con un gran detalle y concluye diciendo que lo que está pasando arriba es muy importante, pero la mayoría de la población en la Tierra se dedica a cosas muy triviales, como en qué iba la telenovela de la tarde”, afirma.

El segundo se llama “25 mil millones de kilómetros cuadrados sin una sola flor”. Gabo hace un recorrido por la exploración del sistema solar, habla de las características de los planetas y afirma que en ningún lado se ha encontrado vida y que no existe la posibilidad de que eso pase. “Además, dice que aunque falta explorar Urano, Neptuno y Plutón no se va encontrar mayor cosa, porque cuando haya vida en el espacio será humana. Si hay otro tipo de vida, será de los microbios, porque tienen mayor capacidad de resistir”, explica.

Más datos y curiosidades sobre la afición del Nobel por el espacio podrán ser descubiertos en el Festival de Astronomía de Villa de Leyva, que este año llega a su edición 24 y será el primer evento que se realice en la Plaza Mayor, luego de más de un año de pandemia.

Junto a él, más de 25 conferencistas se reunirán en uno de los eventos más importantes sobre este tema en el país. “El objetivo es masificar la ciencia, atraer cada vez más público para que pueda ver y leer el cielo a través de los telescopios. Esto debe ser un derecho para todos. Con el Festival queremos incentivarlos a despertar su interés en la astronomía, por eso los invitamos a que nos acompañen en todas las actividades programadas durante el evento”, puntualiza Diana Rojas, presidente de la Asociación de Astronomía de Colombia (ASASAC).

En el marco del festival también se celebrará el aniversario número 60 de la llegada del primer hombre al espacio: Yuri Alekséyevich Gagarin, cosmonauta y piloto soviético, quien el 12 de abril de 1961 logró completar una órbita de la Tierra en su cápsula Vostok 1. Para recordar esta hazaña fue invitado Fiódor Nikoláyevich Yurchijin, cosmonauta, ingeniero y piloto de pruebas soviético, quien como comandante ha dirigido cinco exitosas misiones y nueve caminatas espaciales.

Toda la programación se podrá consultar en Festival de Astronomía de Villa de Leyva.

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