La vida de Jesús Guerrero, nariñense, campesino y padre, es otra desde que se dedicó a cultivar la quinua. No solo porque con sus manos logra garantizar el bienestar económico de su familia y educar a sus hijos, sino porque como él mismo lo reconoce “le da un valor agregado a lo que significa ser campesino”.
Al igual que Jesús, Amanda Ortega y Blanca Guevara, madres emprendedoras del municipio de Sapuyes, Nariño, que trabajan por un mejor futuro para sus hijos y sobrinos, encontraron en esta semilla ancestral una oportunidad.
Sus historias son las de cientos de campesinos y emprendedores colombianos a los que Doria vinculó a la producción de su línea ancestral. De hecho, esta línea le ha dado un impulso a la reactivación del agro nacional, vendiendo más de 1 millón de unidades, que representan alrededor de 250.000 kilos de quinua, según un informe realizado por el Grupo Nutresa.
Doria vio una gran oportunidad para crear un impacto positivo en el sector agrícola, generar empleo, desarrollo y promover estilos de vida saludables. A través del programa Buena Onda, por ejemplo, los campesinos pueden acceder a capacitaciones en áreas productivas, económicas, sociales y ambientales. Adicionalmente, por medio de la microempresa Sunlife, se garantiza la compra directa y segura de sus cosechas.
A lo anterior se suman los beneficios para la salud de esta línea ancestral, pues las semillas son una buena fuente de fibra, que contribuye a la salud digestiva, genera una sensación de saciedad y ayuda a reducir los niveles de colesterol.
Finalmente, Doria ha garantizado con esta línea que cada vez más familias colombianas tengan acceso a productos diferentes, nutritivos y que favorecen las economías campesinas del país.