El mar de los siete colores en San Andrés, Providencia y Santa Catalina es igual de bonito visto desde las alturas, en tierra firme o bajo el agua. Las diferentes tonalidades, que van desde el turquesa más claro hasta el azul más oscuro, se debe precisamente a las corrientes marinas, los bancos de arena y arrecifes de coral de su ecosistema acuático. Por eso, conocer la isla, más allá de un tradicional día de playa o plan de compras, debería incluir nadar, hacer buceo o programar un tour de snorkeling, de acuerdo con el estado físico de cada visitante.
Visitar San Andrés y no explorar sus aguas es desaprovechar su oferta natural. Para tener una idea más clara de a qué responde su potencial diferencial con otros destinos, el archipiélago fue declarado en el año 2000, Reserva de Biósfera Seaflower por la UNESCO, una de las más extensas del mundo (180.000 km2).
Adicionalmente, el archipiélago tiene la tercera barrera de coral más grande del mundo, después de Australia y Belice después de Australia y Belice, y el 77 por ciento de las áreas coralinas de Colombia. A esta singularidad natural, se suma un mar de siete colores, y una variedad de 85 especies de coral y 273 especies de peces, de los cuales 138 viven en arrecifes.
“Nuestra barrera de coral es además la más cercana. En Australia, por ejemplo, para llegar a la margen principal, hay que recorrer casi una hora y media o dos en barco, y en hostiles condiciones Acá la tenemos a escasos 1.500 metros, y podemos llegar allí hasta nadando, afirmó Nicolás Gallardo, gobernador de San Andrés, Providencia y Santa Catalina.
Hoy existen más de 40 puntos de buceo costero en el archipiélago que ofrecen una experiencia única para principiantes o expertos. Lugares como Bajo Bonito, Barco Hundido, La Piscinita, Las Piedras de Carlitos y Blue Wall, en San Andrés; y Piedra de La Tortuga, Espiral, Felipe’s Place, El Planchón y Manta’s City, en Providencia y Santa Catalina. Todos son populares por su diversidad marina y sus impresionantes paisajes submarinos.
Otra de las razones por las cuales bucear, nadar o hacer snorkeling en el departamento es tan valorado positivamente, se debe a la temperatura de sus aguas, de 29 centígrados durante todo el año y una visibilidad excepcional en la inmersión que supera los 30 metros de profundidad.
“No tenemos corrientes ni oleajes fuertes en la gran mayoría de puntos de buceo y esto hace que a las personas les llame muchísimo la atención esta actividad acá en San Andrés”, precisó Enrique Pomare, instructor PADI y CEO de la escuela de buceo, Waata Divers de San Andrés, quien aseguró que en el año al menos 30.000 personas realizan esta actividad en San Andrés, y en su caso, han atendido a turistas extranjeros de más de 20 países.
Maria Fernanda López, una sanandresana que junto a su esposo Zadatt Newball Jay, dirigen la escuela de buceo Ocean Paradise Scuba Diving, destacó que Providencia y Santa Catalina cuentan con varios los lugares que suelen atraen visitantes por las posibilidades que ofrece de avistar varias especies específicas de fauna marina.
“El tiburón de arrecife es una especie que a muchos les gusta venir a ver, entre diferentes especies de peces y corales. En ocasiones se ven delfines e incluso se ha llegado a ver una manta muy grande llamada devil ray o manta diablo. Aunque no es una especie muy común en esta zona, se ha dejado ver recientemente”, relató.
A propósito del avistamiento de tiburones, el piloto comercial Camilo Ramírez, quien es influencer de viaje y amante del buceo, advirtió sobre la importancia de concientizar a los visitantes sobre la preservación de especies. “Se ha informado muy mal al turista en relación a los tiburones y con esto lo que se ha logrado es infundir miedo. San Andrés es un paraíso de buceo, de la vida marina. De hecho es el único lugar donde es muy fácil verlos, gracias a la visibilidad y tranquilidad de las agua”, comentó.
Entre esas especies -agregó- están varios tiburones, incluyendo el tiburón martillo que no se deja ver tan fácil. “A los tiburones, más que temerles, hay que cuidarlos. Hay zonas donde uno bucea rodeados de tiburones. Es un espectáculo verlos, un privilegio del que hay que disfrutar con precaución y respeto”, preciso Ramírez, para quien la información y formación sobre la fauna marina evita tragedias como la matanza del tiburón nodriza en 2022.
Servicios para todos
De acuerdo con Ramírez, el archipiélago colombiano es un destino ideal para aprender a bucear e incluso certificarse: “es un lugar idea para hacerlo por primera vez”. A esto precisamente se dedica desde hace 15 años la escuela de buceo San Andrés Dive, un resort PADI que se rige con estándares internacionales. Como otros emprendimientos en la isla dedicados a prestar este servicios, ofrece la posibilidad de iniciarse como buzo o disfrutar de las bondades de la isla en calidad de profesional con guías especializados.
Este es uno de los negocios de Julio García en la isla, quien es gerente y propietario del Hotel Portofino y presidente del capítulo San Andrés de la Asociación Colombiana de Agencias de Viajes y Turismo (Anato). El antioqueño lleva toda una vida en la isla. “Mi familia llegó hace casi 90 años; es pionera. Yo soy la segunda generación”.
La escuela de buceo es una de las iniciativas que García dirige de la mano de su esposa, Luz Helena, quien llegó a la isla hace más de 15 años de Armero, Tolima. “Bucear en San Andrés es como estar en una pecera, con buen clima. En esta época, para bucear en México, donde están bajando las temperaturas tiene que ponerte el traje de neopreno, lo más aburridor del mundo. Aquí lo hacen en vestido de baño, sin ningún problema”, comentó el empresario.
En San Andrés Dive es fundamental la preparación que realizan en la piscina de las instalaciones de la escuela en tierra firme. “Es aquí donde uno encuentra la confianza que luego le permite estar tranquilo en el mar”, precisó Jaime Beleño, entrenador de San Andrés Dive.
El precio promedio de la experiencia es de 200 mil pesos, que varía dependiendo de la temporada y la escuela. En la vía es usual ver, de forma informal, personas ofreciendo el servicio hasta por 50 mil pesos, pero sin manejo de estándares. García ha tenido que hacer promociones 2x1 o bajar los precios de un minicurso hasta en 130 mil pesos, para ser competitivo, “y principalmente para garantizarle el empleo a mis colaboradores”, señaló García.
A Luz Helena le enorgullece haber sido parte de la masificación del buceo en el archipiélago a través de San Andrés Dive. “Le abrimos la puerta al turista, a la gente de a pie, de acceder al mundo del buceo, que era considerado un deporte top, aunque en realidad sí es caro; pero accesible en San Andrés, a diferencia de otros lugares del mundo Precisamente ahora tenemos unos holandeses buceando. Nos dijeron que iban a cancelar su viaje a Bonaire y Curazao. Primero por costos y segundo porque en San Andrés están viendo más de lo avistado en otras experiencias”, comentó.
Por su parte López, de la escuela de buceo Ocean Paradise Scuba Diving, considera clave fomentar este deporte desde la niñez, con el fin de concienciar a las nuevas generaciones sobre la importancia de cuidar estos ecosistemas. “La mayoría de los nativos no entran al mar a practicar buceo. Por eso, es fundamental estimular la actividad. Que todos conozcan la biodiversidad de este mar y desarrollen un sentido de pertenencia. Que se enamoren y luego ayuden a otras personas a enamorarse de este territorio, aseguró.
Un potencial por aprovechar
En la isla todo los actores del turismo coinciden en en qué buceo tiene el potencial para movilizar cada vez más turistas a la islas, pero opinan que desde el departamento, e inclusive como estrategia país, se deben hacer mayores esfuerzos para promocionar el destino en este sentido. Jennifer Yepes, presidente ejecutiva de la Cámara de Comercio San Andrés islas, explicó que hoy Colombia tiene cinco destinos de buceo, pero Colombia no tiene presencia, por ejemplo, en el Mundial de Buceo, y eso, advierte, es una gran debilidad.
“El país no tiene una estrategia para promocionar el turismo recreativo de buceo. No hace parte del Plan de Acción de Procolombia. No estamos en el radar internacional. El buceo es un producto rentable, con un mercado de calidad que deja, en promedio, 400 o 500 dólares libres en el destino”, comentó Yepes.
Una de las grandes potencialidades que tiene el buceo es que permite extender los días de permanencia en las estadías, porque aunque para vivir la experiencia solo se necesita medio día, la gente se programa para certificarse, que no necesariamente está al alcance de los turistas en todos los destinos de playa.
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