Uno de los más grandes exponentes del vallenato en Colombia y el mundo, coronado tres veces rey de este género sin ser de Valledupar, será homenajeado como personaje del año en los Upar Awards 2024, que se realizarán el 30 de abril en la capital del Cesar.
Una noticia que llena de alegría y orgullo a Alfredo de Jesús Gutiérrez, un hijo muy querido del corregimiento de Sabanas de Beltrán, también conocido como Paloquemao, en Sucre, y quien el próximo miércoles celebrará, además, 81 años de vida.
Cuando Gutiérrez llegó al mundo, Paloquemao, al igual que Sincelejo, pertenecían al departamento de Bolívar. A partir de 1966 Sucre fue reconocido oficialmente como departamento de Colombia.
“El amor por la sabana no lo olvido nunca, por eso yo en mi show, en mis conciertos, no dejó de tocar la música que grabé con Los Corraleros de Majagual, que era con instrumentos de viento como el bombardino, el trombón y demás. Hoy mi show es con música mitad sabanera, mitad tropical y vallenata”, aseguró.
De niño vivió junto a sus cuatro hermanos en una humilde vivienda ubicada en lo que hoy se conoce como el municipio de Palmitos, a una hora de Sincelejo. El nombre de Paloquemao –recordó el célebre autor– “se debe a un rayo que cayó por esa época en un árbol de la zona, que se convirtió en un punto de referencia por donde pasaban muchas personas que iban para Sincelejo, con las que se hablaba mi papá”.
Cuando aún era muy niño, Gutiérrez recorrió las calles de Paloquemao, Sincelejo, San Pedro y Magangué tocando el acordeón que su padre, el también acordeonero Alfredo Enrique Gutiérrez Acosta, le regaló. Pero no solo heredó el talento de su padre, también el de su madre, Dioselina de Jesús Vital Almanza, para bailar cumbia.
“Mi papá, que era natural de La Paz, hoy Cesar, fue de los primeros juglares que llegó a la sabana del viejo Bolívar directamente a Paloquemao, y conoció a mi mamá en un velorio cantado, que era una vieja costumbre de los campesinos de esa época donde la gente bailaba, tomaba trago y les pagaban a unos músicos. Entonces, mi papá lo amenizó y allí conoció a mi mamá, quien bailaba cumbia y fandango. Se vieron, se enamoraron y fruto de ese amor, a los nueve meses, nací yo”, contó el cantautor.
Nuevas tierras
Desde los seis años, Alfredo de Jesús Gutiérrez ya era reconocido como un prodigio del acordeón, pues a esa temprana edad demostró gran talento interpretando clásicos vallenatos como La piña madura y La múcura.
“Una vez tuve una presentación en Bucaramanga y me fue tan bien tocando el acordeón que me invitaron a conformar una agrupación de niños que se llamaba Los Pequeños Vallenatos, junto a Ernesto Hernández y Arnulfo Briceño, quien años después tuvo un gran éxito: La quinceañera. Con ellos recorrimos Colombia y otros países como Venezuela, Perú, Bolivia, Panamá y Ecuador”, aseguró.
A los 13 años tuvo que dejar su natal Paloquemao porque su padre enfermó de un cáncer cutáneo y le recomendaron atenderlo en Bogotá.
“Yo acompañé a mi papá, eso eran como 30 horas de viaje. Como mi papá tenía un pariente estudiando medicina en la Universidad Nacional, nos fuimos para allá para que le ayudaran. Mientras tanto, yo tocaba con mi acordeón en los buses y trolebuses para reunir unas monedas y ayudar con las medicinas, hasta que un señor me robó mi acordeón. Pero entre los estudiantes me ayudaron para comprar otro”.
El éxito en Sincelejo
Tras la muerte de su padre, el músico regresó a su tierra y buscando quién reparara acordeones llegó a Sincelejo, donde conoció al gran Calixto Ochoa, con quien en su juventud fundó la exitosa agrupación de Los Corraleros de Majagual.
“En Sincelejo conocí a Calixto y hubo mucha empatía entre nosotros. Por intermedio de él me conecté con Antonio Fuentes, el dueño de la disquera (Discos Fuentes) y es así como empecé a grabar. Luego surgió la idea de tocar en grupo con otros artistas reconocidos. Calixto me pidió que le tocara el acordeón y se pegó eso por todo lado. A los pocos meses me llamaron de nuevo para grabar y ya tenían la idea de juntar un grupo y bueno, empezamos entre todos Los Corraleros”.
Entre 1961 y 1965, Gutiérrez hizo parte de la agrupación como acordeonero principal, junto a Lisandro Meza, ‘Chico’ Cervantes, Lucho Argain, César Castro, Eliseo Herrera, Calixto Ochoa, Julio Ernesto Estrada ‘Fruko’ y Nacho Paredes.
Desde entonces, se radicó en la capital sucreña. Fueron más de 10 años hasta que se casó y partió con su esposa a Barranquilla, donde vive actualmente.
El ‘monstruo del acordeón’, como también le dicen, reconoció que tiene el corazón divido por estas tierras. “En una canción del año 74, cuando gané el primer festival vallenato, digo que tengo sangre de La Paz, mezclada con sabanera, por eso llevo en las venas música de aquí y de allá”.
Durante su carrera, Gutiérrez lideró grupos como solista. Entre ellos Los Caporales del Magdalena y nuevamente Los Corraleros de Majagual entre 1975 y 1978, donde fue reconocido por éxitos como La paloma guarumera, Festival en Guararé, Ojos indios, Esta noche es mía, entre otros. Además, fue Rey del Festival de la Leyenda Vallenata en 1974, 1978 y 1986, y ha llevado su música a Estados Unidos, México, España, Alemania y toda Suramérica.
Homenaje a su vida
En su etapa como solista ha colaborado recientemente con artistas como Peter Manjarrés, Gusi y músicos internacionales como Salomón Robles de México. Ahora planea lanzar un nuevo álbum para fin de año, del cual ya tiene dos temas preparados.
Por estos días se prepara para su cumpleaños y el 30 de abril será homenajeado en Valledupar por parte de la organización Upar Awards, que reconoce y exalta a los mejores y más destacados representantes del folclor vallenato.
“Me gusta que me sorprendan, por eso no tengo nada planeado aún para mi cumpleaños, y sobre el homenaje tengo muchas expectativas; vengo dándole gracias a mi tocayo, Jesús, por ese reconocimiento que hace esa institución en los mismos días que se hará el Festival Vallenato”, dijo el artista.
Jesús Eduardo Vargas Oñate, cofundador de los Upar Awards, ha dicho que este homenaje a Alfredo Gutiérrez es más que merecido, pues “a través de los años ha dejado un legado y ha llevado nuestra cultura a nivel nacional e internacional. Para nosotros es de mucha satisfacción tenerlo como nuestro personaje 2024″.
“Alfredo Gutiérrez representa una gloria para el departamento de Sucre y para Colombia, porque a pesar de provenir de un corregimiento muy pobre, llegó con su música a conquistar nuevos caminos. Es un hombre que ha roto todos los esquemas porque internacionalizó la música de acordeón sin tener educación. Es el único que ha logrado ser tres veces rey vallenato, siendo de Sucre. Ha creado nuevos géneros en el vallenato como el pasebol. Su destreza en la digitación del acordeón lo ha llevado a hacer unos arreglos únicos que han quedado en la historia. Ha ganado hasta en festivales folclóricos en Alemania. Y a pesar de tanta fama, guarda esa humildad en su corazón. Por eso lo admiro y creo que es un modelo a seguir”, finalizó Norys Gutiérrez, su hija y mánager.