¿Cuáles fueron los principales retos de su alcaldía?
Andrés Hurtado.: En 2019 hicimos mediciones durante la campaña para determinar cuáles eran las molestias y solicitudes de los ibaguereños. Alrededor del 70 por ciento reclamaba infraestructura deportiva y educativa, porque se había perdido una generación de deportistas que no tenía espacios para entrenar y formarse para sus competencias nacionales e internacionales. Otro de los reclamos era mayor empleabilidad, pues el 20 por ciento manifestaba que no había oportunidades de ingresos. Cuando llegamos al gobierno esto se agravó por la pandemia que nos mantuvo congelados dos años. Recibimos una ciudad con el 22.9 por ciento de desempleo y se duplicó, llegando casi al 50 por ciento. Los desafíos fueron más grandes de los que imaginábamos.
Y el deporte terminó siendo una prioridad, ¿ se siente satisfecho con los resultados?
A.H.: Hemos construido toda la infraestructura deportiva. Fuimos sede de más de 60 campeonatos nacionales e internacionales y dos mundiales de patinaje. Hoy estamos formando a niños y jóvenes, transformando su calidad de vida a través de estos escenarios deportivos. Otra arista fue el desarrollo de una agenda económica alrededor del deporte. Entendimos que ciudades como Barranquilla, que hizo los Juegos Centroamericanos, o Santa Marta, con los Juegos Bolivarianos, tenían una agenda comercial detrás. Las oportunidades no solo fueron en comercio y ocupación hotelera, también en turismo para los municipios cercanos. Eso generó marketing territorial y significó que el Ministerio del Deporte y las federaciones deportivas fijaran sus ojos en Ibagué.
Ibagué también fue catalogada como Ciudad Creativa de la Música por la Unesco…
A.H.: Los niños inician su ciclo de música desde preescolar, primaria y secundaria para ingresar a la escuela de formación artística y cultural de la Alcaldía de Ibagué, donde tienen la oportunidad de aprovechar nuestro panóptico, el epicentro de la cultura y la música de Ibagué. Después pasan a la cantera principal: el Conservatorio de Ibagué, que con especializaciones y maestrías es la única universidad pública de Colombia dedicada a la formación musical. Esta apuesta nos permitió ser en 2022 Ciudad Creativa de la Música ante la Unesco y consolidar a Ibagué como el centro de grandes eventos y festivales de música, que además, dinamizan la economía.
Hoy Ibagué es una de las ciudades con mayor potencial para la inversión inmobiliaria, ¿qué ayudó a impulsar el sector?
A.H.: Nuestros principales clientes son bogotanos. Mientras el metro cuadrado en Bogotá puede alcanzar el orden de los 12, 14 y hasta 27 millones de pesos; en Ibagué no pasa de 3,7 millones de pesos. Es una de las ciudades más económicas, no solamente para invertir, sino para vivir. Hubo una apuesta grande para aprovechar estas oportunidades: habilitamos 1.500 hectáreas de suelo rural para que constructores de Bogotá y otras regiones desarrollaran proyectos de vivienda campestre.
¿Esto tuvo un impacto significativo para el turismo?
A.H.: Hay una nueva oportunidad y tendencia alrededor de la residencia: las plataformas Airbnb. Son muy aprovechadas por los inversionistas de segunda vivienda, quienes arriendan estos inmuebles durante los fines de semana para los turistas, generando unos réditos económicos adicionales. Y uno de los fuertes en Ibagué ha sido el turismo de contemplamiento en el Nevado del Tolima. Con una temperatura ideal y más de 600 especies endémicas, los turistas encontraron un sitio para reposar en tranquilidad con la naturaleza.
¿Qué tareas urgentes deberá llegar a resolver la nueva alcaldesa?
A.H.: Descubrimos cuál era nuestra vocación, esa fue la gran ganancia. Somos un destino deportivo y una ciudad cultural, y la gente hoy nos reconoce por eso. Nuestra principal actividad, el comercio, concentra la empleabilidad y redujo el desempleo hasta el 13 por ciento, lo que permitió que los inversionistas también nos miraran. Por supuesto que siempre habrá desafíos, pero queda una ciudad con mayor esperanza. Y la alcaldesa electa tendrá, como todos los mandatarios del país, que meterse muy fuerte en los temas asociados a movilidad y seguridad, que son los retos más grandes actualmente.
¿Pero la seguridad en la ciudad ha mejorado?
A.H.: Teníamos una policía sin herramientas, sin capacidades, sin tecnología y entregamos una inversión de 30.000 millones de pesos al fortalecimiento de las cámaras de seguridad. Con la licitación del proyecto ‘Ojo de Dios’ llegaremos a 2.700 cámaras de seguridad y seremos la segunda ciudad más videovigilada del país. Asimismo, aumentamos las capacidades de la Policía, Ejército y Fuerza Aérea con la adquisición de drones. Y, con los CAI móviles hemos tenido una mayor presencia en las comunidades.