Parece un sueño. Encerrados en una pequeña casa de cristal, dos fantasmas libran una batalla por el olvido. Rehúyen de los recuerdos y de los objetos cotidianos que alguna vez estamparon su historia de amor: la cama de metal, el televisor, el teléfono de disco. De repente, la casa comienza a inundarse. El agua salpica las paredes y los cuerpos de un hombre y una mujer se quiebran, se ahogan. En sus rostros hay agonía. Demencia.
Olvido, una obra dirigida por Jimmy Rangel, tiene un argumento simple: una pareja que intenta olvidarse. Pero, ¿qué tan simple es olvidar? En palabras de Rangel, imposible. “Uno busca herramientas de escudo, de protección. Uno cree que está olvidando algo o a alguien, pero en realidad no. La memoria es muchísimo más fuerte”, apuntó.
En el marco del Festival Internacional de Artes Vivas, Olvido se presentará en el Teatro La Factoría L’explose Tino Fernández en Bogotá, los próximos 4 y 5 de octubre. Con una puesta en escena que desafía los límites del teatro tradicional, Rangel escudriñará en las profundidades del misterio para averiguar si es posible olvidar a un amor fallido. La boletería ya está agotada.
“Los libros de Agatha Christie funcionaron como excusa. Nosotros llevábamos mucho tiempo preguntándonos por el misterio y el terror en el espectáculo. También nos inquietaban las cosas del amor. Y así esta pieza se convirtió en una pieza oscura, donde el amor se vuelve un tormento”, explicó Rangel.
El origen de Olvido se remonta a una residencia artística en Nueva York. El grupo de Rangel elaboró una lista de casi 600 puntos, enumerando acciones concretas para olvidar al ser amado: no contestar el teléfono, mirar un punto fijo, salir a caminar. Así se gestó este “demente juego de apariciones y desapariciones” que, además, mezcló expresiones narrativas y poéticas como el uso de elementos naturales o de coreografías estremecedoras.
Una de las apuestas narrativas más simbólicas es el uso del agua. Los artistas, que habitan la casa de cristal, despliegan sus movimientos dancísticos en compañía de este recurso vital. Adaptable. Impredecible. Ingobernable. Son algunos de los adjetivos más precisos para describir sus cualidades y, por ende, su potencial narrativo.
“Los elementos son incontrolables: nunca sabes qué tan caliente o fría estará el agua, o qué tan húmeda estará la tierra. Eso se volvió un elemento muy importante para los intérpretes de nuestras piezas. El elemento propone una participación más performativa. Estás más vivo cuando hay elementos. No sabes qué va a pasar”, comentó Rangel.
Festival de Artes Vivas
Del 4 al 14 de octubre se llevará a cabo el Festival Internacional de Artes Vivas en Bogotá (FIAV). Un carnaval que hipnotizará a la capital con expresiones artísticas de teatro, danza, circo, clown, música, ópera y performance. Serán más de 400 artistas en escena, distribuidos en 100 obras y 35 escenarios distintos. La programación contará con 14 países invitados, 29 compañías internacionales, 42 grupos distritales y 50 eventos académicos.
El FIAV Bogotá es una iniciativa de la Presidencia de Colombia y la Alcaldía Mayor de Bogotá. Sus propósitos principales: fortalecer la oferta artística y visibilizar las producciones nacionales para su circulación mundial.
“Tenemos la posibilidad de decir que vienen cinco continentes. Durante los 11 días del festival, los asistentes podrán decir “Hoy voy a Corea, a Francia, a Argentina”. El FIAV es la manera de reforzar la capacidad de Bogotá para generar comunidad alrededor de las artes vivas. Porque lo que hacen las artes escénicas es tener la posibilidad de disfrutar una tragedia. Son vivas porque son hechos irrepetibles”, aseguró Fabio Rubiano, director del festival.
“Bogotá es una ciudad rica, llena de culturas de todo el territorio. Una ciudad con una tradición muy importante. El FIAV se conecta perfectamente con el ADN de Bogotá, es una oportunidad para destacar esa riqueza. Nosotros le estamos apostando a una agenda cultural amplia e incluyente que reconozca a la ciudad en términos culturales”, añadió Carlos Fernando Galán, alcalde de Bogotá.
Son innumerables las obras que participarán en el FIAV 2024. Entre ellas se destacan a nivel internacional Diptych: The Missing Door and The Lost Room de Peeping Tom (Bélgica), Caranguejo Overdrive de Aquela Companhia de Teatro (Brasil), Stov-Dust-Hokori de Sew Flunk Fury Wit (Dinamarca), Vitalicios de Instante Teatro (España) y Dream Garden de Colossal Circus (Nueva Zelanda).
“El FIAV era un deseo que teníamos todos. Una deuda que tenía el país. Los festivales tienen que existir porque es gracias a ellos que entablamos diálogos con nuestras obras y la de nuestros colegas. Se pueden hacer preguntas. Este festival tiene esa tarea: convertirse en una punta de lanza para generar diálogo”, puntualizó Rangel.
El Pacífico colombiano será la región de honor invitada del festival. Las agrupaciones MEC - Movimiento en Colectivo y Teatro La Concha y Entropía participarán con sus obras Comuna 23 y 16%, respectivamente.
“Los artistas no trabajamos para nosotros solamente. Esta plataforma es muy importante porque nos permitirá presentar nuestro trabajo artístico. Van a venir más de 30 programadores internacionales para conocer el trabajo de Colombia. Mostraremos qué es lo que se hace en Cali”, señaló Eduard Mar, cofundador de MEC - Movimiento en Colectivo.
Asimismo, La vorágine, de José Eustasio Rivera, tendrá varias adaptaciones y relecturas. El Teatro Petra presentará Perderse (una visita a La vorágine); Mapa Teatro, La vorágine más allá, y el grupo La Quinta del Lobo, Habūb, escrituras de arena y agua. Por su parte, Teatro Tierra participará con una dramaturgia homónima en el Teatro La Candelaria.
Negro de La Congregación Teatro, Esta cabeza mía que no se puede callar de La Maldita Vanidad, Colombian Psycho de Teatro Libre, Olvido de la Compañía Jimmy Rangel, Solo cuando tengas frío de Siempreviva Teatro son algunas de las obras bogotanas que participarán en el FIAV.
Una comuna invisible
En Cali, la Sucursal del Cielo, viven más de 2 millones de personas, distribuidas en 22 comunas. En algunos sectores, los límites entre las comunas son borrosos. En otros, tajantes. Y en otros: invisibles. Comuna 23, la obra de danza contemporánea de MEC - Movimiento en Colectivo, es el mejor ejemplo. Una puesta en escena creada como parte de la beca del programa Cuerpos Emergentes de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, en convenio con la Bienal Internacional de Danza de Cali 2023.
La Comuna 23 no existe. O bueno, existe solamente en los escenarios. “Fue un proyecto que, desde el principio, quiso hablar de Cali desde una mirada alejada de la salsa o el cliché. Es un espacio utópico. Un sueño. Una forma para poder hablar de temas que no se hablan, como los habitantes de calle. Es un esfuerzo por dialogar con la danza y el espectro social”, afirmó Mar.
En realidad, el propósito creativo de Comuna 23 es establecer puentes de conexión entre la danza y la realidad social para simbolizar y poetizar la cotidianidad de Cali. Dicho de otra forma: sublimar la vida.
“Cali es una ciudad muy cálida y caliente, donde hay camaradería. En la obra nos rige mucho eso, el trabajo en equipo. Llegar a un espacio común. Cali es eso: una ciudad de encuentro. Llegan muchas comunidades, afrodescendientes, extranjeros, de los Andes. Es una multiplicidad cultural”, concluyó Mar.