Jhonatan y Valeria Rivas son dos de los ocho pesistas colombianos que viajarán a Tokio a competir en los Juegos Olímpicos. Ambos iniciaron en este deporte de la mano de su hermano mayor, Emerson, quien se enfilaba como Selección Valle del Cauca en levantamiento de pesas, pero murió por un dengue hemorrágico a sus 14 años, luego de ganar una competencia a nivel nacional. En su honor, sus dos hermanos entrenan para mejorar cada vez más en ese deporte y representar a su país a nivel mundial.
Su padre, Luciano Rivas, cuenta que su familia es del campo, así que no entiende cómo es que tres de sus hijos se enamoraron de las pesas sin tener referentes cercanos. Todo comenzó un día en una panadería de Cartago, Valle del Cauca, cuando conocieron al entrenador Fernando Aponte y le preguntaron si podían practicar el deporte. De ahí en adelante empezaron a cosechar triunfos. “Yo pensaba que era muy difícil ganar en levantamiento de pesas, pero ellos tenían claro que serían distintos. Cuando empezaron a ganar medallas le cogieron amor al deporte. Empecé a apoyarlos y buscaba la manera de conseguir el dinero de los pasajes para que ellos llegaran felices a la casa a mostrar sus medallas”.
Los reconocimientos son numerosos. Jhonatan Rivas empezó en las pesas a los nueve años y a los 13 ganó sus primeros Juegos Departamentales en el Valle del Cauca; a los 14 se coronó campeón nacional en categoría sub 15, y a los 18 se integró a la Selección Colombia de Mayores. En 2019 comenzó a competir en la división de 96 kilogramos en los Juegos Panamericanos y rompió la marca mundial: levantó 396 kilos en total, 13 kilogramos por encima del nivel regional.
Mientras tanto, Valeria ocupaba los primeros lugares en la categoría infantil. En 2013 entró a la Selección Departamental Sub 15 en la categoría 76 kilogramos y en 2018 ganó un lugar en la Selección Colombia y se coronó campeona mundial de juveniles. Pero la clasificación a los Juegos Olímpicos la obligó a subir de categoría y a acogerse a un régimen difícil de aumento de peso para poder competir en Tokio. “El proceso fue complejo porque de 10 categorías solo cuatro mujeres podíamos asistir y debía ubicarme junto a las ocho mejores del mundo. Lo logramos, clasificamos siete deportistas y escogieron a quienes más opciones tienen de traer medallas”.
Fernando Aponte, su entrenador de iniciación, asegura que los hermanos Rivas tienen un talento natural y afirma que los deportistas veían desde los 11 años el levantamiento de pesas como un proyecto de vida: “Jhonatan siempre fue muy puntual y eso es particular porque los niños se entretienen en otras cosas, pero él y Valeria desde temprana edad se destacaron, se fueron a Cali a entrenar en alto rendimiento y a traer buenos resultados para el departamento”.
Desde 2017 los Rivas viven y entrenan juntos en Cali para dedicarse ciento por ciento al levantamiento de pesas. Valeria asegura que su hermano ha sido su gran apoyo cuando siente que el proceso es muy difícil, y Jhonatan, por su parte, expresa que “siempre nos tenemos el uno al otro, ya sea para dar un consejo, para dar ánimo o ser una voz de aliento. A veces es difícil no poder ver a nuestros padres, pero hemos podido llevar esto. Sin ella yo no estaría donde estoy ahora y ella sin mí tampoco”.
Ahora que tienen la oportunidad de viajar juntos a Tokio su padre se declara “el papá más orgulloso del mundo. Me siento muy motivado, con mucha fe. No sé describirlo porque pensar que los dos van a competir a nivel internacional es una emoción muy grande, incluso si no lo logran ya estoy orgulloso de su esfuerzo”.
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