En el Parque Nacional Natural Los Farallones se han registrado seis nuevos ejemplares del pájaro Tororoi bailador. Es una especie única en la región, con una población de ejemplares muy reducida, que ha logrado despertar el interés de la comunidad científica por su rareza.
De hecho, la gran variedad de especies de aves fue una de las muchas razones que inclinaron la balanza de la Presidencia de la República para elegir Cali como sede de la COP 16, el evento de biodiversidad más importante del mundo.
De acuerdo con cifras de la Alcaldía de Cali, presentadas en la pasada edición de Colombia BirdFair, la feria de avistamiento de aves más relevante de Suramérica, la capital del Valle del Cauca es una de las ciudades con más especies de aves en todo el país: 562 a la fecha.
La última en haber sido descubierta es el Tororoi bailador, que fue bautizada en honor a su particular baile de cortejo. “De su población aún se sabe muy poco. En este momento tenemos un reporte de unos seis individuos en una quebrada, aunque se observó otro de sus territorios a un kilómetro de distancia. Falta hacer más expediciones y estudios para saber cuál es su población real. Por ahora, la especie está catalogada en peligro porque es nueva y no sabemos qué tan grande es su distribución; pero por su característica de no volar mucho, pensamos que no es muy amplia”, explicó Gustavo Londoño Guerrero, docente del programa de Biología e investigador de la Universidad ICESI de Cali.
El primer hallazgo
La primera vez que se vio un ejemplar Tororoi bailador fue en el 2017 en el Parque Natural Farallones. Su descubrimiento fue el resultado de años de investigación y trabajo de campo a cargo de un grupo de biólogos de la Universidad ICESI y entidades aliadas.
“Estábamos realizando un proyecto de investigación en los Farallones y una de las voluntarias, Liliana Peña, de la UPTC de Tunja, observó al ave, le tomó una fotografía y esa fotografía llegó a manos de nosotros”, recordó Londoño Guerrero. “Después de estudios genéticos y de plumaje, nos dimos cuenta de que era realmente una especie nueva para la ciencia y el mundo”, agregó.
Un ave única
El Tororoi bailador se caracteriza por su plumaje marrón oscuro, que le ayuda a camuflarse en el bosque, y un llamativo pico largo y curvado que le permite explorar el suelo en busca de insectos y otros invertebrados. Su tamaño es relativamente pequeño, con una longitud promedio de 18 centímetros y se destaca por sus alas cortas y vuelo limitado. Además, es conocido por su capacidad de moverse rápidamente por el suelo, de manera sigilosa, por lo cual recibió el nombre de ‘bailador’.
Otra de las características notables de esta especie es su comportamiento territorial y el canto. Durante la temporada de reproducción, los machos cantan para establecer su territorio y atraer a las hembras con un conjunto de notas agudas y melodiosas.
Al alimentarse de insectos y arañas, ayuda a controlar las poblaciones de plagas que podrían afectar las plantas del bosque, por lo que juega un papel esencial en el equilibrio del ecosistema que habita.
Una especie endémica
“Esta especie es clave porque se encuentra en uno de los ecosistemas de montaña amenazados. Es una especie endémica del municipio de Cali y del departamento del Valle del Cauca, que no se encuentra en ningún otro lugar de Colombia ni el mundo”, aseguró Londoño Guerrero.
Además, destacó que es una especie bandera. “Descubrir una especie en un municipio donde hay más de tres millones de habitantes es único y nos llena de orgullo en la región”, afirmó.
Por su parte, Mónica Londoño Moreno, líder del Grupo Conservación de Ecosistemas de la Dirección Administrativa de Gestión Ambiental (DAGMA) de Cali, señaló que su endemismo fue ratificado a través de estudios morfológicos y genéticos realizados por Andrés Cuervo, profesor de la Universidad Nacional, en el 2019.
“Hasta el momento solo se ha observado en los bosques de los Farallones de Cali, es decir, que tiene un rango de distribución restringido a esta zona. Esa exclusividad indica que sus relaciones con otras especies, tanto de flora como de fauna, llevan probablemente muchos años coevolucionando para mantener el equilibrio ecosistémico de este parque nacional”, precisó Londoño Moreno.
Medidas de conservación
Una de las principales estrategias para la conservación del Tororoi y de las otras especies de aves que habitan en el Distrito de Cali es identificarlos como objetos de conservación del SIMAP (Sistema Municipal de Áreas Protegidas).
“Esta estrategia ha permitido generar proyectos de investigación, cuyos resultados se convierten en acciones de protección y conservación de los hábitats y ecosistemas del territorio. También, fortalecer y conformar corredores de conectividad ecológica a través de la declaratoria de áreas protegidas; asimismo, activar un plan de restauración ecológica del distrito, el cual se ha venido implementando los últimos años, con el fin de contribuir a mejorar los hábitats e incrementar las poblaciones de aves en Cali”, explicó Londoño Moreno.
Pero la importancia de proteger al Tororoi bailador va mucho más allá. “Cuidar esta especie es cuidar nuestro patrimonio natural y cultural”, enfatizó Londoño Moreno. “Proteger al Tororoi bailador es proteger todo un ecosistema del cual depende para existir y al cual también aporta para que existamos todos”, concluyó.