Ángela Asprilla Lozano es una cantadora de Pizarro, Bajo Baudó. Su voz es rasgada, aguerrida. Ha vivido toda su vida en este municipio del departamento del Chocó. Es docente, madre y, además, una de las cantadoras de Las Comadres, un símbolo de la idiosincrasia chocoana.
Hasta este 16 de julio, Las Comadres participarán en el Festival Cultural y Religioso de la Virgen del Carmen que se llevará a cabo en el casco urbano del Bajo Baudó. Las 17 mujeres entonarán coplas y súplicas de devoción a su patrona religiosa, la Virgen del Carmen.
“En las fiestas patronales siempre cantamos en súplica a la Virgen del Carmen, que es a quien nosotros consideramos como nuestra protectora en todo este paso de vida”, comentó Asprilla.
“Somos un municipio a la orilla del mar Pacífico. Un municipio donde predomina la raza indígena y la afro. Hay una mezcla de cultura, y la Virgen del Carmen representa el ecosistema ancestral de nuestras costumbres y ciencias”, explicó Faustino Murillo, alcalde del Bajo Baudó.
Según la cantadora, la devoción por la Virgen del Carmen en el municipio responde a una tradición familiar. “Mi bisabuela, mi abuela y mi mamá, todas han pertenecido a esa fidelidad a la Santísima Virgen. Yo crecí viéndolas, y a raíz de eso es que nosotras cantamos en la iglesia, participamos en actos”, señaló Asprilla.
“Es el puente entre la comunidad y las súplicas que le mandamos al de arriba, que es el único que sana y salva. Ella es la intercesora para que las súplicas lleguen adonde tienen que llegar”, añadió.
La programación de la fiesta incluye una combinación de ofertas culturales y religiosas, entre las que se destacan los encuentros de alabaos y arrullos, las comparsas de niños y de comunidades indígenas, los concursos de peinados tradicionales y las eucaristías. También se realiza una feria artesanal.
En el Bajo Baudó, el Festival de la Virgen del Carmen se celebra todos los años. Es imprescindible para la comunidad. “Es una forma de no dejar perder las tradiciones, de mantenerlas vivas y que en la posteridad otras generaciones puedan hacer uso de ellas”, indicó Murillo.
Según la Alcaldía, la celebración cultural y religiosa es una forma de visibilizar el territorio e incentivar el turismo. “Esta actividad se ha convertido en la fuente de ingreso de la comunidad. La gente aprovecha el saber de las bellas artes y las costumbres religiosas para plasmar de forma empírica su conocimiento”, aseguró el alcalde del municipio.
Las Comadres
En 2014, la agrupación de Las Comadres no existía. Las mujeres se reunían a cantar alabaos y a acompañar la cocción de la comida típica, pero no eran todavía un grupo. De repente, comprendieron que una parte de su tradición se relegaba al olvido y optaron por impulsar su talento vocal como un distintivo para la región. Una forma de contar y de ser historia.
Su nombre nace de la tradición. En los pueblos del Chocó, las mujeres que daban a luz con la misma partera o “comadrona” se convertían instantáneamente en comadres.
“Todas las que pasan por manos de esa comadrona, como en el hospital, a las mujeres que pasan por las manos del ginecólogo, se acostumbra a nombrarlas como “mi comadre Bartola, mi comadre Ángela, mi comadre Pacífica”. Todas nosotras pasamos por la misma partera”, contó Asprilla.
“A raíz de eso nos juntamos y comenzamos a intercambiar experiencias. Lo que hacemos las cantadoras es intercambiar experiencias culturales. Así nació el grupo”, agregó.
Ocurrió en Buga, Valle del Cauca. En 2019, Las Comadres participaron de un encuentro de “comadreo” cultural con otras mujeres del Cauca, el Valle y, especialmente, de Timbiquí.
“Ahí las de Pizarro nos comenzamos a mostrar, anteriormente estábamos ocultas. Aunque siempre hemos hecho el mismo trabajo: cantar en los velorios, en las misas, interactuar con las comidas, apoyar el desarrollo de las fiestas patronales”, mencionó Asprilla.
Luego participaron en las eliminatorias del Festival Petronio Álvarez, pero no fueron seleccionadas para la final. Ellas, sin embargo, dicen que eso fue más que suficiente, pues “tumbaron la tarima” y fueron vistas y aplaudidas por muchos.
“A través de nosotras se muestran todas las expresiones culturales, la gastronomía, las creencias. En el grupo hay rezanderas, que son las que le rezan a los muertos. También están las que arreglan las tumbas y les hacemos la novena”, comentó Asprilla.
Asprilla es una mujer que además de conocer la historia del Bajo Baudó la canta. En el Festival de la Virgen del Carmen, en las calles de Pizarro, cantará “Virgen del Carmen, que está más allá, por este pueblo, no va a rogar”, y la gente celebrará.