La infraestructura vial ha sido el centro de las inversiones de la última década en Colombia. El actual Gobierno recibió en proceso de ejecución una serie de proyectos, cuyas obras, en algunos casos, serán entregadas en los próximos meses, como la doble calzada Pasto-Rumichaca, que hace parte de las concesiones 4G. De acuerdo con el Ministerio de Transporte, también están ad portas de entregar el megaviaducto entre Cajamarca e Ibagué, y el año entrante está previsto que entre en funcionamiento otro similar, pero en la vía Bogotá-Villavicencio.
Actualmente, el promedio de ejecución de las 4G es de aproximadamente 70 por ciento. Adicionalmente, hay unos 73 proyectos de interés de los departamentos y municipios que se han contratado con vigencias futuras a diez años. Sin embargo, algunos proyectos fundamentales para la conectividad entre el Pacífico y el centro del país, como el corredor vial Mulaló-Loboguerrero, han enfrentado dilaciones debido a discusiones en tribunales de arbitramento, que en este caso duraron ocho años. Para avanzar más rápido en situaciones como esta, el Ministerio de Transporte propuso servir de mediador. “Mulaló-Loboguerrero ya se destrabó con la intervención de la Contraloría, y en breve podrían iniciarse las obras”, aseguró Guillermo Francisco Reyes, ministro de Transporte. Un caso similar sucede con las obras 4G Bucaramanga-Pamplona.
En cuanto a las 5G, se tiene estimado avanzar en la obra Pasto-Popayán, el corredor malla vial Valle del Cauca, 128 kilómetros de Buga a Buenaventura; y la conectividad Pacífico-Orinoquia (de Puerto Carreño hasta Buenaventura, o viceversa), conocida como la Carreta del siglo XXI, un proyecto estratégico por lo que representa para la salida de gas hacia Venezuela.
Así mismo, el Gobierno continuará estructurando proyectos de infraestructura estratégicos para el desarrollo competitivo de las regiones. No obstante, debido a los recursos comprometidos en vigencias futuras, que representan el 70 por ciento del presupuesto para el sector, trabaja por gestionar nuevas fuentes de financiamiento, “además de instrumentalizar estrategias como la titularización y valorización”, explicó Reyes.
De acuerdo con Guillermo Toro, director general del Instituto Nacional de Vías (Invías), no se descuidará la red vial nacional. “Se van a invertir más de 13 billones de pesos en el cuatrienio en la finalización de los proyectos que vienen en ejecución. De esos 13 se comprometen alrededor de 7 billones de pesos en vigencias futuras, como la variante San Francisco-Mocoa y Túnel del Toyo. Hay varias vías que están en ejecución en el país, que comprometen recursos hasta el año 2030 y seguiremos trabajando en ellas”, precisó.
Sin embargo, los dos grandes proyectos que tiene previsto desarrollar el Invías son el programa vía del Samán y el programa vías de La Cigarra, para lo cual se están invirtiendo 2.6 billones de pesos en infraestructura a través de su nuevo esquema de financiación regional. Bajo este modelo se contempla destinar recursos al dragado de profundización del puerto de Buenaventura, por 2,4 billones de pesos, y al acceso a la calle 13, para los que se destinarán unos 3 billones de pesos.
Infraestructura férrea y fluvial
La determinación del Gobierno de avanzar en el modo férreo ha despertado el interés de inversionistas alrededor del mundo. Desde que el presidente Gustavo Petro anunció que le iba a dar gran trascendencia al sistema férreo, el Ministerio de Transporte aseguró haber recibido más de siete propuestas en las que el Estado colombiano no tendría que invertir un solo peso. De acuerdo con Reyes, “los inversionistas extranjeros, asiáticos, europeos, norteamericanos e ingleses han señalado que ellos construirían el sistema de transporte férreo para poder sacar productos hacia el mundo entero”.
Entre tanto, desde el Ministerio de Transporte se trabaja en una serie de Asociaciones Público Privadas (APP) para vía férrea entre Aguachica-La Dorada, que opera actualmente pero para transporte de carbón y de mercancías. Además, se avanza en la estructuración de proyectos que unirían a Buenaventura con el Eje Cafetero y a este con el centro del país y la costa Atlántica. Hay lugares, como Barrancabermeja, donde van a operar los cuatro sistemas de transporte.
El Ministerio de Transporte tiene la idea de reducir los tiempos logísticos para operaciones de transporte por carretera, y adicionalmente hacer toda una estructuración del sistema férreo en Colombia. “Al que se suman los trenes ligeros de cercanías, como el que se está proyectando entre Barranquilla, Cartagena y Santa Marta, que debe estar entregándose en enero del próximo año, para que entre en tercera fase. Mientras, en Cali, avanzan en el tren del Pacífico, que uniría a la capital de Valle del Cauca con Jamundí; y la idea es que después una a Popayán con Cali, y a esta con el Eje Cafetero. Por su parte el Eje avanza con el proyecto de un tren que uniría a los tres departamentos”, precisó el ministro.
En Medellín se propuso el proyecto El Tren del Río, que iría paralelo al metro, uniría dos extremos del Valle de Aburrá y se enlazaría a la línea férrea nacional. También están marchando varias propuestas de tranvías, que se encuentran en proceso de estructuración.
A la par se avanza con el modo fluvial, y para ambos sistemas hay aportes de gobiernos extranjeros. “El Reino Unido está apoyando varios trenes de cercanías; mientras que los gobiernos belga y holandés lo referente al corredor portuario del Magdalena, el Atrato y el Cauca”, precisó Reyes. El primer tren que los colombianos podrían ver en operación en unos tres años es el Regiotram de Occidente (desde ya se estructura el Regiotram del Norte); y se estima que entre finales de 2023 y 2024, los corredores férreos entre Chiriguaná y La Dorada deberían estar avanzado; y en año y medio el de Chiriguaná-Santa Marta.
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