Antioquia tiene un mar que parecen mil: el mar convulsionado a donde llega el río Atrato, el intrépido que se acerca a la reserva del Suriquí, el de aguas tranquilas que moja a San Juan de Urabá y el obstinado e impenetrable que conecta con el tapón del Darién. De los 514 kilómetros de costa del departamento, 290 constituyen áreas de playa. Hay aguas tibias y reconfortantes en Necoclí, amplias extensiones de arena en San Juan de Urabá, bullerengue y sabor en Turbo y un contraste de verdes que se aprecia en Arboletes. Estos cuatro municipios conforman el área que conecta a Antioquia con el Caribe.

Quienes han trabajado en materializar el propósito de finales del siglo XX de convertir a esta región para 2025 en la mejor esquina de América, aseguran que desde aquí se ve el futuro. Juan David Blanco, secretario de Turismo de Antioquia, espera que en el mediano plazo se pueda duplicar la participación del turismo en el PIB del departamento, que está en el 4 por ciento.

Por descubrir

El recorrido comienza en el municipio de Arboletes, que ha hecho de la limpieza de playas una filosofía. Este ha sido un destino en permanente evolución que al principio acogía turistas de la región atraídos por el volcán de lodo al que se le atribuyen propiedades para la salud y el bienestar, y que con los años ha sabido atraer la curiosidad de un perfil más amplio de turistas que encontraron allí un plácido lugar para descansar, buena comida, playas tranquilas y contacto directo con la naturaleza.

Arboletes es un destino que acoge a turistas atraídos por el volcán de lodo al que se le atribuyen propiedades para la salud y el bienestar. | Foto: PROSPERIDAD SOCIAL

A 17 kilómetros de Arboletes está San Juan de Urabá, un bello municipio con mar, manglar, fauna, flora y cultura. San Juan es el destino menos conocido y, por lo tanto, su infraestructura hotelera y de servicios aún es incipiente. Para muchos, ese es su principal encanto, pues conserva una identidad costera sin artificios, explotación ni sobrecostos. Es un lugar de tradiciones que se expresa en el bullerengue, la gastronomía y sus artesanías.

Necoclí está 60 kilómetros más al sur. Este es uno de los destinos de mar en Antioquia más reconocidos por los viajeros nacionales. Es un entramado de nueve líneas de playa y exuberancia. David Monroy López, empresario turístico, aseguró que tiene una mezcla perfecta de biodiversidad, riqueza étnica y cultural, con posibilidades para el descanso.

A 54 kilómetros de Necoclí se encuentra Turbo, un municipio con cara de ciudad en el que se vive intensamente, gracias a una amalgama de comercio, turismo y riqueza cultural. El protagonista es el río Atrato, que besa al océano justo al frente del municipio en la entrada de agua del Golfo de Urabá conocida como Bocas del Atrato, y que marca la frontera con Chocó. Turbo tiene, entre otras, las playas de La Martina y Playa Dulce, con varios kilómetros de arena blanca. También está el Parque Natural de Los Katíos, en el que habitan el 30 por ciento de las aves registradas en Colombia.

Aunque estos cuatro municipios costeros gozan de gran potencial para el turismo, durante décadas esta actividad no se ha impulsado como debería por las dificultades de las vías que los conectan con el centro del país. Por eso, como parte de las estrategias que van a consolidar a esta esquina de Colombia como la mejor del continente, están las concesiones Mar 1 y Mar 2, el desarrollo portuario planeado para Urabá y el megaproyecto túnel Guillermo Gaviria Echeverri. Este conjunto de obras reducirá en casi seis horas el recorrido que hoy es de diez desde Medellín.

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