2003 no fue un buen año para el sector automotor colombiano. Según el informe de la Andi y Fenalco, hubo una reducción del 29 por ciento en el número de matrículas de vehículos nuevos con respecto a 2022. La cifra pasó de 262.338 a 186.222 unidades. Un comportamiento bastante atípico del mercado si se tiene en cuenta que, en 2020, el año de la pandemia, se registraron 188.391 vehículos nuevos comercializados, y que en la última década las ventas se habían mantenido por encima de las 230.000 unidades.
En enero de 2024 los números tampoco fueron los mejores: 2.271 unidades menos que el mismo periodo del año anterior. Sin embargo, hay buenas noticias que le permitirán al gremio mantener el optimismo para este año. El mercado de vehículos eléctricos e híbridos cerró el primer mes en positivo, con crecimientos del 22 y 71 por ciento, respectivamente, si se compara con lo alcanzado en ese periodo de 2023.
Según Oliverio García, presidente de Andemos, “este año va a ser de estabilización, y su comportamiento será similar a 2023″. Para el dirigente gremial, durante el primer semestre el mercado experimentará bajas, y ya para el segundo semestre se proyecta un crecimiento en las ventas para “cerrar el año en tablas”. En ese sentido, Fenalco y la Andi esperan que en 2024 se vendan entre 180.000 y 190.000 unidades.
¿De qué dependerá la recuperación? A las primeras variables que le apuesta el sector automotor es a la reducción de la tasa de interés y a una inflación más controlada. Aunque es cautelosa con las perspectivas, la industria aplaude que haya bajado la inflación a un solo dígito y el Banco de la República redujera las tasas de interés. Eduardo Visbal, vicepresidente de Comercio Exterior y Sector Automotor de Fenalco, aseguró que las buenas noticias dadas por el emisor no tienen una trasferencia inmediata en las tasas de interés de los créditos para el público, por lo que pasarán unos meses para que los compradores de automóviles puedan obtener un crédito más barato.
Debido a estos factores estructurales, el sector les apuesta a otras estrategias para reactivar y aumentar las ventas. Karol García, directora de la Cámara Automotriz de la Andi, explicó que se está a la expectativa de que el Gobierno ponga en marcha el programa de ascenso tecnológico para el sector de carga pesada y liviana, los taxis y el transporte público financiado por el Estado. Esta iniciativa consiste en la renovación del parque automotor mediante programas de crédito barato.
A eso se suma el plan de reindustrialización de las ensambladoras, que actualmente generan 350.000 empleos. Las nuevas tecnologías y la electromovilidad también hacen parte de la estrategia a corto y mediano plazo para revitalizar al sector.
¿Qué tanto afecta la baja en ventas?
En tiempos en los que sectores ecologistas y gobiernos municipales le apuestan a desincentivar el uso del carro particular, la caída en las ventas de automotores podría ser vista con buenos ojos. Sin embargo, los expertos consideran que no es del todo una buena noticia, pues este sector es uno de los pilares económicos del país, con un aporte del 1,7 por ciento del Producto Interno Bruto nacional.
Además, en Colombia la edad del parque automotor oscila entre los 15 y 20 años, cuando el promedio de vida útil de un vehículo en buenas condiciones es de diez años. Los carros viejos circulando por las vías traen muchos problemas. Karol García advirtió que en el país los transportadores todavía utilizan automotores Euro 1 y 2, “una tecnología de décadas. Esa condición trae problemas de competitividad porque el consumo de combustible no es eficiente, contaminan más y son menos seguros. Incentivar la renovación del parque automotor se traduce en un beneficio para todos los colombianos no solo en términos ambientales y de seguridad vial, sino de competitividad”, advirtió.
Por otra parte, aunque muchos aseguran que en Colombia hay demasiados carros, según Bloomberg somos de los países con menores índices de motorización en la región. Mientras 5,1 colombianos de cada 1.000 tienen carro, en Chile esta proporción es de 10,6 y en Brasil de 22,5. Esto demuestra que el problema de movilidad que presentan algunas ciudades no tiene que ver con el volumen de autos sino con la falta de infraestructura vial y de un transporte público eficiente.