El pasado 19 de agosto, el Festival de Música Tradicional Petronio Álvarez anunció un resultado que le cambió la vida a once jóvenes del Pacifico: la agrupación musical De Mar y Río había ganado en la categoría “Marimba y cantos tradicionales”. Entonces, todos los sueños que alguna vez imaginaron ellos parecieron posibles, alcanzables. Fue un brío hermoso, reconfortante. La euforia de un ganador.
Este sábado 31 de agosto, De Mar y Río se presentará en el Centro Nacional de las Artes Delia Zapata Olivella en Bogotá. Con un montaje de 60 minutos que celebra la memoria, la marimba y los cantos tradicionales, estos jóvenes del Pacifico presentarán un repertorio con ritmos tradicionales como jugas, arrullos, bambucos viejos y rumbas.
La agrupación, además, le rendirá un homenaje a sus maestros Inés Granja, Emeterio Balanta y Faustina Orobio, voces legendarias de la tradición pacífica.
“Heredamos de nuestros antepasados la música que ahora hacemos como jóvenes comprometidos con su territorio. Nosotros reconocemos y respetamos la música tradicional de la marimba, es nuestra bandera, pero creamos un puente con la vanguardia. Es un proceso de resistencia”, comentó Felipe Amú, director de la agrupación.
Al enumerar sus reconocimientos, Amú se queda sin respiración. En un período de tres años, la agrupación ha logrado participar en Colombia al Parque, en el Festival de Festivales, en la Feria de las Flores y, además, obtener el primer lugar en el Festival Batata. Por supuesto, el Petronio Álvarez arrasa con todos.
“Es como el Grammy del Pacífico. Han sido 10 años de trabajo pasando por las escuelas de música de cada uno de los chicos. En 2023 no estuvimos en Petronio y en 2024 regresamos y ganamos. Es un premio a la lucha para estos chicos que cumplen un sueño. Yo lo llamo el sueño americano, pero es el sueño Pacífico”, señaló Amú.
El director no tiene reparos al decir que De Mar y Río ya está preparado para conquistar la industria y, desde luego, el mundo. “Es un proyecto que alude a la música tradicional sin olvidar que está hecha por y para jóvenes. Somos la unión de todo el Pacífico en un solo proyecto musical. Son las voces de Timbiquí, Guapi, Iscuande, El Charco, Buenaventura. Es música de marimba a la vanguardia”, añadió.
En De Mar y Río, la marimba de chonta es la reina de la agrupación. El sonido que producen los platos de madera son la batuta del ritmo. En Pescandito, una canción de su más reciente elepé, la marimba dirige la marcha. Y así con todas sus otras composiciones.
“Es un sonido que enamora por su dulzura. Cada vez que toco la marimba, siento que me estoy liberando de algo. Es una conexión espectacular, con mis raíces y mis ancestros. Cuando estoy triste, toco la marimba y siento que el sonido eleva mis energías. Me da la fuerza para seguir luchando, de seguir enamorado”, mencionó Edwin Estupiñan, percusionista de la agrupación.
“Los instrumentos de percusión fueron los primeros en llegar al Pacífico con nuestros antepasados esclavizados y la marimba guarda esa memoria, esa África lejana. En nuestra agrupación guarda un espacio grande, porque es la madre, es la melodía. El piano de la selva es el que manda la parada de los ritmos y las tonadas”, agregó Amú.
El grupo base se conforma de 11 jóvenes: cinco cantadores y seis percusionistas. Entre todos, ensamblan un proyecto que viaja especialmente por el bambuco viejo, el bunde y la rumba tradicional, mezclando el ritmo con la danza y el canto.
“Me apasiona ser cantadora porque es algo que llevo por dentro. Siento que quiero morir cantando. Cuando uno canta se sumerge en una paz para la que no hay palabras. De Mar y Río siempre trabaja en equipo. Somos una familia unida”, finalizó Nini Florez, cantadora.