Al principio todo es oscuridad y silencio: en la Catedral Primada de Bogotá no hay vida aún. De pronto, en el altar, sobre una tela blanca que protege el sagrario, se proyecta una imagen del cosmos: la supernova.
Suenan los tambores, el órgano, el llanto de un bebé y una voz que dice que en el cielo todo es posible. El aire se crispa y las imágenes comienzan a expandirse por las paredes del templo. Entonces aparece un hombre, abatido, tembloroso. Su nombre es Jacob y es el patriarca bíblico.
Lo que ocurre después puede describirse con una sola palabra: alucinante. Jacob corre por el pasillo central del templo y se acuesta sobre una cabeza gigante, la suya. La catedral se derrumba y el fuego incinera los escombros. Luego, aparecen nubes, ángeles y el techo parece una réplica de la Capilla Sixtina. Es un sueño donde hay baile, barcas, sardinas motociclistas y una escalera que conduce al cielo.
Inspirado en el mito bíblico de la escalera de Jacob, Lo sagrado es un espectáculo de artes inmersivas que reúne música, ópera, video mapping, danza y arquitectura para reimaginar el encuentro entre lo divino y lo cotidiano. Bajo la dirección artística de Jimmy Rangel y con la producción de Teatro de Juguete y La Maison Productions, esta obra de teatro se presenta en la Catedral Primada de Bogotá hasta el 22 de diciembre.
“¿Qué es lo más importante de la fe? Lo sagrado. Y lo sagrado es la vida, es lo humano, la naturaleza, el amor, el dolor, el otro. También tiene una cosa muy relevante y es lo que uno tiene adentro: el templo propio es sagrado. Esa voz que nos habla. Así nace este espectáculo, como un llamado a la voz interior que tenemos”, aseguró Rangel.
La historia cuenta que Jacob huía de su hermano Esaú, quien pretendía matarlo. En medio de su alejamiento, este hombre soñó con una escalera que conectaba a la tierra con el cielo. En el libro del Génesis lo dice: “Jehová estaba en lo alto de ella, el cual dijo: Yo soy Jehová, el Dios de Abraham, tu padre; la tierra en que estás acostado te la daré a ti y tu descendencia”. Y ese fue el primer contacto con lo divino que Rangel utilizó para imaginar su obra.
“Cuando le conté esto a la curia, todos estaban muy nerviosos. No sabíamos cómo lo iban a tomar y quedé sorprendido. La Iglesia católica tiene la teoría de que la fe no es ir al cielo, sino encontrar el cielo en uno mismo. Por eso el llamado con esta obra es a encontrarnos”, añadió el director.
Lo sagrado es una obra sin precedentes. Esta es la primera vez que la Catedral Primada de Bogotá funciona como escenario para la exposición artística. En medio de una arquitectura neoclásica y un diseño que limita con el arte barroco, esta puesta en escena provoca una disrupción total en el espacio.
“Este es un espacio sagrado. Por eso lo más interesante, más allá del tema técnico o de la deformación de las imágenes, es el hecho de estar aquí. Hablar el lenguaje que se puede hablar. Por ejemplo, con la luz ocurre algo increíble: uno le pega un poquito de luz al piso y rebota por toda la catedral. Son edificios hechos para que se amplifique todo”, apuntó Santiago Caicedo, director audiovisual de la obra.
“Cuando uno llega a este lugar, descubre que el humano es absolutamente humano. Adentro todo es celestial y divino. El humano queda evidente y se siente diminuto. Todo parece inmenso. Sobre ese sentido es que estamos jugando. Aquí, la contradicción es aceptar la humanidad que nos toca”, agregó Rangel.
Entre las demás fortalezas de Lo sagrado sobresale su vestuario. Enmarcada en la estética religiosa de Occidente, Luz Helena Cárdenas, directora de vestuario, diseñó sus piezas inspirada en la belleza de la iconografía católica. Uno de sus grandes referentes fue la pintura de La anunciación, del pintor renacentista Guido di Pietro da Mugello.
“Yo amo el vestuario y este ha sido bellísimo. Fue un proceso de experimentación, tuvo mucha investigación sobre los materiales, para que se vieran como estatuas. Qué tela, qué caída, qué corte. Me obsesiona, como un reloj. Algo que con el tiempo voy puliendo como una escultura. Esto no es un vestuario, sino una pieza. Las analizo por todos lados, porque sé que en el escenario va a pasar eso. Las piezas no pueden tener una espalda: son piezas 360″, señaló Cárdenas.
En algún momento del espectáculo, la cabeza de Jacob se parte en dos. El humo sobrevuela por la catedral y los ángeles se elevan con unas plataformas mecánicas. Después, aparece una barquera celestial que conduce a Jacob hacia el cielo. No es exagerado asegurar que esta puesta en escena limita con las maniobras del expresionismo: imágenes brutales.
“Gran parte del trabajo de Jimmy es trabajar en el lenguaje de las imágenes y no del texto. El colectivo es muy cuidadoso en la formación de imágenes que atraviesen a las personas. Imágenes que, sin ningún proceso racional, produzcan emociones. Es como pintar un cuadro”, agregó Cárdenas.
Navidad en Bogotá
Lo sagrado forma parte de la apuesta navideña de la Alcaldía de Bogotá y la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte. Con una inversión de 22 mil millones de pesos, esta programación busca descentralizar las experiencias culturales, recuperar espacios públicos como el Parque Nacional o la plaza de La Santamaría, además de brindar una oferta artística de calle.
“Queríamos una Navidad descentralizada, con un circuito de alto impacto, recordación y trascendencia artística. Una Navidad en la que se pudiera caminar. Serán más de 300 actividades culturales en Bogotá. Con Lo sagrado tendremos a más de 40 artistas en escena y es la primera vez que este bien patrimonial alberga un espectáculo así”, manifestó Santiago Trujillo, secretario de Cultura de Bogotá.
Entre las demás puestas en escena se destacan La fiesta de la vida en la Plaza de Bolívar y El secreto de Ana Nieves en la Plaza Cultural La Santamaría. Todas las actividades del circuito son gratuitas.