¿Cómo va la reactivación de vuelos en el país?
Camilo Prieto: Colombia ha tenido un comportamiento atípico respecto a los demás países donde opera nuestro grupo de aerolíneas. Es el que mejor recuperación registra desde 2020. Hoy, en el mercado doméstico estamos activos en un 138 por ciento con respecto a 2019. Somos el único mercado que ya superó el ciento por ciento. Las razones son varias: hay mucha demanda. La gente quiere viajar. A eso se suma un cambio en el comportamiento de los patrones de compra. Antes de la pandemia las personas se tomaban entre 60 y 120 días para planear un viaje. Hoy el 70 por ciento de nuestras ventas son en tiquetes de 0 a 15 días. Esa tendencia la hemos corroborado con el sector hotelero. Hay un auge por viajar a nivel doméstico. En cambio, en el sector internacional, el porcentaje todavía no alcanza el ciento por ciento de viajes, principalmente por el alza del dólar.
¿Cómo están consolidando su red de vuelos?
C. P.: Nos dimos cuenta de que los pasajeros tenían que hacer una triangulación. Alguien que estaba en la Costa Caribe debía viajar a Bogotá para llegar a su segundo destino. Hoy lo que estamos ofreciendo son mejores opciones para evitar las escalas y mejorar nuestra cobertura. Como, por ejemplo, la ruta Cali-Medellín.
En el ámbito internacional, hace unas semanas nos aprobaron el Joint Venture con Delta. Nosotros, como aerolínea líder de la región, y Delta, como aerolínea líder de Norteamérica, ofreceremos una gran red para las Américas, desde Canadá hasta Argentina, que le dará a los pasajeros mayor libertad para moverse conservando todos los beneficios del programa de viajero frecuente.
¿Cuál es la estrategia de Latam en atención al cliente?
C. P.: Nuestra propuesta de valor empieza antes del vuelo, ofreciendo diferentes beneficios como prioridad en sillas delanteras, embarque preferente o acumulación acelerada de millas. En el aeropuerto estamos trabajando para que nuestros clientes tengan un trato preferencial en el momento del check in. Igualmente, con nuestra tripulación, que está en capacidad de reconocer a los viajeros preferenciales.
A eso sumamos desde hace dos meses el servicio complementario. Empezamos con las filas 1 y 2, a quienes en cualquiera de las 33 rutas les brindábamos un snack gratuito. Y hoy ya lo sumamos a toda la cabina. Es una apuesta para todo pasajero que se monte en un vuelo nuestro. Lo que buscamos es una aerolínea cercana a los colombianos. Muchos no lo saben, pero hoy en día Latam cuenta con 1.600 colaboradores colombianos, que trabajan por la conectividad de Colombia.
¿Cómo se ha comportado el segmento corporativo?
C. P.: Es un gran desafío para todas las aerolíneas. Muchas empresas se han resistido al tema presencial. Pero creo que hay algo cultural, particularmente en Colombia. La idea de verse cara a cara, de estrecharse la mano, de cerrar un negocio presencial, tiene mucho valor. Muchas empresas se han dado cuenta de que está bien la virtualidad para ciertas reuniones, pero que en otras es necesario un viaje. Todavía nos falta mucho para llegar a cómo estábamos antes de la pandemia, pero hemos notado que cada vez más el segmento corporativo se está animando a viajar.
La sostenibilidad es uno de los retos más importantes para la industria, ¿qué está haciendo la compañía al respecto?
C. P.: La sostenibilidad es uno de los pilares que trabajamos en 2020, cuando tuvimos los aviones parqueados y pudimos planear estratégicamente hacia dónde queríamos ir en los próximos 20 y 30 años. Este pilar es ahora transversal, porque sabemos que nuestra operación tiene impacto ambiental. Para eso, precisamente, tenemos varios programas funcionando. Uno de ellos es CO2BIO, un proyecto vigente en la Orinoquía colombiana, en donde trabajamos con varias fundaciones que nos ayudan a preservar más de 200.000 hectáreas. Hoy, cualquier colombiano que viaje a nivel doméstico, tiene compensado el ciento por ciento de su vuelo. Lo que queremos es nivelar y compensar nuestra huella de carbono.
A eso le sumamos más proyectos, como la clasificación, reutilización o destrucción de los desechos del servicio a bordo. Además del programa Segundo Vuelo, que consiste en reutilizar los uniformes de nuestras tripulaciones. En vez de desecharlos, la Fundación de la Mujer desarrolla diferentes artículos de merchandising para extender su vida útil.