Medellín vivió en los años 80 la peor época de violencia en su historia. Pero la realidad de hoy es completamente diferente. Gracias a un trabajo articulado entre diferentes actores de la ciudad, se han logrado reducir varios indicadores a sus niveles más bajos en 40 años.

Uno de los más importantes es la reducción de los homicidios, que actualmente registran una tasa de 13,8 personas por cada 100.000 habitantes. Una cifra mucho menor a la de 2019, cuando se ubicaba en 23,9 personas por cada 100.000 habitantes.

También ha disminuido el número de feminicidios en Medellín, que pasaron de 36 en 2019 a 22 en 2022, es decir, una reducción cercana al 40 por ciento. Los homicidios de menores de edad cayeron cerca de un 75 por ciento, al pasar de 33 en la administración anterior a 9 el año pasado.

“Los últimos tres años han sido los menos violentos en cuatro décadas en Medellín, ya que la protección de la vida ha sido el primer objetivo del trabajo articulado entre las instituciones. De este modo, el período 2020 – 2022 ha sido el menos violento en la historia de la ciudad, lo que la ha llevado a permanecer, otro año consecutivo, fuera del listado de las 50 ciudades más violentas del mundo”, explicó el general José Gerardo Acevedo, secretario de Seguridad y Convivencia de Medellín.

Estas reducciones también están relacionadas con la captura de delincuentes, que ha crecido en los últimos años hasta llegar a 317 cabecillas y coordinadores de estructuras criminales detenidos. Así mismo, las autoridades han logrado capturar 446 individuos por el delito de homicidio y en 2022 se esclarecieron el 50 por ciento de los casos de homicidio en la ciudad, una cifra muy superior al 19 por ciento de 2019.

Al tiempo que la ciudad avanza en tecnología, instalación de cámaras y construcción de estaciones de Policía; también hace lo propio en políticas sociales como las Escuelas de la No-Violencia, que nacen como una propuesta de la Alcaldía de Medellín para transformar vidas y territorios en símbolos contra la resistencia y la violencia en los barrios, a través de propuestas artísticas y culturales que involucran a niños, niñas, jóvenes y adolescentes.

Más de 11.300 personas se han capacitado en estas escuelas, de las cuales más de 5.700 son niños y niñas. Los principales aliados para llevar esta oferta a diferentes comunas y corregimientos de la ciudad son las organizaciones sociales, que en cada territorio trabajan por hacer memoria, buscar la verdad y fomentar el arte y la cultura para transformar realidades.

A esta iniciativa se suman programas que han permitido que 11.300 familias víctimas del conflicto tengan renta básica; la generación de 963 empleos para esta población y apoyo psicosocial a más de 51.000 personas privadas de la libertad y a sus familias.

*Contenido elaborado con apoyo de la Alcaldía de Medellín.

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