Sergio Ramírez se detiene frente al edificio de la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad de Caldas, con una sonrisa que delata orgullo. A sus 21 años, este joven recuerda cómo las aulas de su colegio público en Manizales le enseñaron mucho más que materias académicas: le dieron las herramientas emocionales y sociales para soñar en grande y construir un futuro que alguna vez pareció imposible, gracias al programa Escuela Activa.
“El recuerdo que me llevo de todo este proceso es el crecimiento que experimenté. Ver mi evolución, desde lo profesional y lo académico hasta lo simbólico, ha sido profundamente gratificante”, comparte. Hoy, Sergio quiere ser abogado y es un ejemplo vivo del impacto de este innovador modelo pedagógico implementado en Manizales, un programa que ha transformado miles de vidas al enfocarse en el desarrollo de competencias socioemocionales desde la primaria hasta el bachillerato.
“Ha tenido un impacto significativo, desde mejorar mi desenvolvimiento en el entorno hasta ganar mayor confianza al entablar conversaciones en público. Además, me ayudó considerablemente a gestionar mis emociones y fortalecer mi inteligencia emocional, lo cual fue clave para sobrellevar todo el proceso”, añadió Sergio.
Este enfoque pedagógico se implementa en los grados 1° a 11° y está basado en la participación activa de los estudiantes, mediante la rotación anual de roles: moderador, líder, reportero, colaborador, controlador del tiempo u oficial ambiental. Estos roles variables permiten a los alumnos experimentar diferentes responsabilidades dentro del aula, lo cual fomenta habilidades como el liderazgo, la organización y el trabajo en equipo.
Un modelo que pone al estudiante en el centro
El programa está inspirado en la metodología Escuela Nueva y ha representado una transformación significativa en la educación pública de Manizales, beneficiando a cerca de 20.000 estudiantes anualmente.
Impulsado por la Secretaría de Educación de Manizales en colaboración con la Fundación Luker y con el apoyo de la Fundación Cinde, ha logrado garantizar cobertura, estabilidad y sostenibilidad en los programas educativos, según afirma Andrés Felipe Betancourth, secretario de Educación Municipal.
“El modelo ha sido mantenido y fortalecido a través de varias gestiones municipales, incluso desde la primera administración del actual alcalde Jorge Eduardo Rojas. Este esfuerzo conjunto ha permitido que iniciativas como Escuela Activa tengan un impacto duradero y riguroso en la educación pública de Manizales”, añade.
La alianza opera bajo un esquema de contrapartida “peso a peso”, en el que cada peso invertido por la Alcaldía es igualado por la Fundación Luker.
Este programa se enfoca en el aprendizaje activo, en el cual los estudiantes son protagonistas de su propio desarrollo. Santiago Isaza, director de Educación de la Fundación Luker, explica que el programa se centra en desarrollar competencias sociales y emocionales clave, como el trabajo en equipo, la participación, la autonomía y la regulación emocional.
Estas competencias responden a las necesidades del mundo actual, según un estudio del Banco Mundial de 2016, que destaca que las empresas valoran más las habilidades socioemocionales frente a las cognitivas y técnicas.
“El modelo pedagógico activo ha tenido gran aceptación entre docentes, estudiantes y familias, aunque su implementación requiere un cambio profundo en los proyectos educativos institucionales, lo que genera cierto temor inicial en algunos colegios. Sin embargo, las instituciones que han adoptado el modelo reportan una alta satisfacción con los resultados”, afirma Isaza.
Estudios realizados, como uno de la OCDE en 2019, evidencian una mejora significativa en habilidades socioemocionales y una reducción notable en la tasa de deserción escolar. Además, el 73% de los colegios públicos de la ciudad han adoptado modelos de pedagogías activas como este, lo que demuestra su efectividad en la construcción de una educación integral.
Para complementar esta metodología, se han integrado programas como “Aprendamos Todos a Leer”, enfocado en lectoescritura; “Aprendamos Matemáticas”, para fortalecer competencias matemáticas; y “La U en tu Colegio”, que impulsa la formación técnica.
“Estos esfuerzos han logrado reducir la deserción escolar del 8,5% al 2% en dos décadas”, indica Isaza. Además, las evaluaciones muestran un alto desempeño de los colegios de Escuela Activa en competencias socioemocionales, lo que refleja el impacto positivo del enfoque pedagógico en la calidad educativa.
El impacto en la vida de Sergio
Para Sergio, Escuela Activa ha sido muchísimo más que una metodología. “Los valores de compañerismo, resiliencia, respeto y puntualidad son pilares que marcan mi día a día en la vida universitaria. Estos aprendizajes son esenciales en mi carrera, ya que habilidades como el trabajo en equipo, el liderazgo, la confianza al expresarme y la comprensión del contexto social son fundamentales para mi desarrollo profesional, y cada uno de ellos me ha aportado significativamente”, detalla.
“Es esencial reflexionar sobre el pasado y expresar gratitud hacia el programa por haberme brindado las bases necesarias para mi crecimiento personal y académico. Ser parte de Escuela Activa me hace sentir especial y, aún más, me motiva saber que mi experiencia puede convertirse en un ejemplo claro de cómo este programa fomenta la socialización e introduce nuevas formas de educación transformadora”, opina Sergio.
Un modelo replicable
La experiencia de Manizales ha llamado la atención nacional e internacional. Un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) menciona a Escuela Activa como modelo en la región, destacando su capacidad para adaptarse a contextos diversos.
Curiosamente, un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en 2019, mostró que los estudiantes de 10 y 15 de Manizales son los más satisfechos con su vida, seguidos de los de Bogotá, Helsinki (Finlandia) y Moscú (Rusia).
Datos como estos, motivan al programa a evolucionar más, mediante la incorporación de recursos digitales y herramientas de apoyo para docentes. “También se trabaja en optimizar el análisis de resultados de habilidades socioemocionales, con el objetivo de enriquecer la planificación académica”, enfatiza Isaza.
Hoy, Sergio sueña con graduarse como abogado y regresar a su comunidad para contribuir al desarrollo social. “A los jóvenes dejarles un mensaje, que nunca dejen de luchar, que persigan sus sueños y siempre sean ustedes mismos, trabajen en equipo y vivan del aprendizaje de Escuela Activa”, concluye.
*Contenido elaborado con apoyo de la Fundación Luker.