La sostenibilidad es un activo cada vez más importante para las empresas en todo el mundo. Alinear sus operaciones a los diferentes compromisos adquiridos por los países ha sido, precisamente, uno de los denominadores comunes de la transformación corporativa en los últimos años.
En Colombia varias compañías han logrado avances significativos. Tosh, por ejemplo, una de las marcas de alimentos saludables más importantes del país, lo entendió desde hace unos años.
El primer gran paso fue identificar lo que implica su propósito: entregar herramientas para aprender a vivir en armonía con uno mismo, con los demás y con el entorno. Y esto significa no solo preocuparse por entregar productos cada vez más atractivos para los consumidores, sino evaluar detalladamente todos los procesos que involucran su producción.
Hoy, Tosh ya cuenta con 13 categorías de productos, entre las que se destacan galletas, barras de cereal, bebidas vegetales, batidos, infusiones, helados, entre otras. Y paralelamente a la consolidación de ese portafolio tan robusto, logró avances en su camino hacia la sostenibilidad.
El camino de la sostenibilidad
El compromiso de Tosh con la sostenibilidad ambiental comenzó en el 2015 cuando decidió “no solo hablar del propósito, sino tangibilizarlo”, explicó Octavio Morales Soto, líder de sostenibilidad de la marca. El primer paso fue la investigación de los alcances de su huella de carbono generados durante el proceso productivo.
Gracias a la medición de las toneladas de dióxido de carbono emitidas durante el ciclo de vida de los productos Tosh, se identificó el impacto ambiental desde la adquisición y origen de diferentes materias primas como el trigo, hasta la producción, distribución, consumo y disposición final.
“Uno de los grandes desafíos que afrontamos fue, por ejemplo, que en esa época aún no existía la certificación Carbono Neutro de ICONTEC. Tuvimos que diseñar en el camino todo lo que implicaba mitigar nuestras emisiones”, agregó Morales.
Consciente de ese impacto, Tosh comenzó a establecer los diferentes planes de acción para ser más sostenibles. Así nacieron estrategias como el acercamiento a una proveeduría de insumos de origen local, la implementación de un transporte limpio y la sustitución de ingredientes por otros de menor huella ambiental. Por ejemplo, en 2021, el uso de azúcares en sus galletas disminuyó 50%.
Otras medidas fueron la instalación de paneles solares, el uso de energía eléctrica certificada, reducción de consumo de gas y recambio de refrigerantes por otros con menor huella. Asimismo, los empaques de su portafolio en categorías de galletas, snacks, bebidas vegetales, infusiones y helados son 100% reciclables.
Con el desarrollo de estas iniciativas se convirtió en la primera marca de consumo masivo en lograr la certificación Carbono Neutro de ICONTEC en 2017 y adicionalmente, desde ese mismo año hasta 2023 redujo el 42% de sus emisiones.
La meta, sin embargo, no se detuvo ahí. Como una fase adicional a todo este proceso, decidió consolidar un gran proyecto de compensación. Así nació otro de sus proyectos emblemáticos: el Bosque Tosh, con el que ha compensado 128.490 toneladas de CO2 en los últimos 6 años.
Una prueba de que este propósito ha permeado en todas las acciones de la marca es el Tosh Festival, que nació en 2019, contó con más de 2.500 asistentes, y fue el primer evento carbono neutro en Colombia.
Hoy, esta marca enseña a los consumidores y ciudadanos en general que cuidar el entorno es vital para llevar una vida en armonía.
*Contenido elaborado con el apoyo de Tosh.