En el corazón del departamento del Cesar, 42 kilómetros al norte de la ciudad de Valledupar, está el municipio de La Mina, un lugar en el que se encuentran más mangos que personas.
Según Ernesto Miguel Orozco, alcalde de Valledupar, a este corregimiento se le conoce como la capital del mango. “Posiblemente tiene unos 10 mil habitantes y hay 40 mil palos de mango”, aseguró. Para sus habitantes, los mangos son mucho más que una fruta; forman parte de su identidad y protagonizan la economía.
Durante la temporada de cosecha, las calles, los patios de las casas y las parcelas se llenan de gente que los recolecta para venderlos en el mercado local. También desfilan decenas de camiones cargados con esta fruta que se comercializa en el interior del país.
Según Jaime Arias, asesor mayor del pueblo Kankuamo, la abundancia de este fruto se da gracias a las condiciones climáticas de la región y a la fertilidad de la tierra. “El resguardo organiza la producción de acuerdo con los pisos térmicos; y en La Mina el fuerte es el mango, el maíz y el aguacate”, mencionó.
Ubicado justo en el piedemonte de la Sierra Nevada de Santa Marta, La Mina está en una zona de transición entre la selva tropical y la sabana, lo cual favorece el clima para el cultivo de frutas como el mango y la presencia de una gran variedad de especies de flora y fauna.
Gracias al liderazgo comunitario y el apoyo de instituciones gubernamentales, se busca mejorar la infraestructura y fortalecer los lazos comerciales para garantizar un futuro próspero para La Mina.
“Hay un proyecto de una despulpadora de fruta que vamos a poner a funcionar. Además llegan camiones de diferentes partes del país que se van cargados rumbo al interior”, afirmó el alcalde de Valledupar.
Olinda Maestre, cabilda menor de La Mina, asegura: “Cuando hay abundancia de mango sabemos que se compone la economía, se genera empleo porque le buscamos mercado, ventas y que principalmente no se pierda”. Entre los meses de mayo y junio es la temporada de mango en el corregimiento.
Además de la importancia económica que tiene para la región, el mango que crece en La Mina goza de beneficios nutricionales debido a su alto aporte en vitaminas A, C y E; asimismo, minerales como calcio, hierro, magnesio y potasio. Todos, elementos que contribuyen a fortalecer el sistema inmunológico.
Felipe Ospina, nutricionista de la Universidad Javeriana, advirtió que el mango también es un excelente alimento para el cuidado de la visión gracias a su alto contenido de betacarotenos. “Comerlo regularmente previene enfermedades como la ceguera nocturna, los errores de refracción y el ojo seco”, precisó.