En los últimos cuatro años la inversión social de las empresas mineras ascendió a 626.300 millones de pesos, según la Asociación Colombiana de Minería. Este monto podría financiar el funcionamiento anual de una entidad como el Instituto Nacional de Vías, que para 2023 tiene asignados 688.000 millones de pesos de ingresos corrientes, según el Presupuesto General de la Nación.
En 2021, las mineras invirtieron 187.200 millones de pesos en programas sociales, una cifra cercana a los ingresos corrientes del Sena, que según el presupuesto general de la nación para 2023 ascienden a 184.000 millones de pesos. El 75 por ciento de esta inversión social es voluntaria y 25 por ciento corresponde a los compromisos que asumen las empresas con la Agencia Nacional de Minería (ANM) al suscribir sus contratos de concesión o por ampliaciones en las áreas de aprovechamiento minero.
Por lo general, las inversiones en los territorios son concertadas entre las administraciones locales, las comunidades y las compañías mineras. La educación está priorizada en todos los territorios. Por eso, en 2021 los programas de becas de las mineras beneficiaron a cerca de 1.900 personas en todo el país.
La Jagua, caso de éxito
La Jagua de Ibirico, en Cesar, tiene 30 años de vocación minera, desde cuando el Gobierno nacional les concedió licencias de explotación de carbón a Drummond y Prodeco. Esta población ha vivido la bonanza de la extracción minera, aunque cuando Prodeco le devolvió los títulos al Gobierno en 2020, 5.000 personas quedaron sin empleo y la economía local reportó millonarias pérdidas.
A pesar de la crisis que esto generó, su alcalde, Ovelio Jiménez, reconoció en la minería la principal fuente de ingresos del municipio y destacó las inversiones directas que durante décadas han hecho las empresas en materia de educación, vivienda y emprendimiento. “A mí me han preguntado muchas veces sobre qué han sido las empresas mineras para el municipio de La Jagua y yo lo resumo en una frase: han sido nuestras mejores aliadas”. La industria transformó este corredor minero del Cesar, cuyo índice de Necesidades Básicas Insatisfechas, medido por el Dane, pasó de 69 por ciento en 1993 a 27 por ciento en 2018.
El alcalde destacó el aporte de Drummond en educación y también en habitabilidad. Hoy construye 122 viviendas de interés social en los corregimientos La Palmita y La Victoria San Isidro, “a raíz de una cláusula que estableció la ANM de Minería para ampliar el proyecto de la Loma Pribbenow, que en la mayoría de áreas corresponde a La Jagua”. De acuerdo con la multinacional, desde el inicio de sus operaciones hasta diciembre de 2022 ha destinado 203.000 millones de pesos en Cesar y Magdalena, para iniciativas relacionadas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS): educación, salud, desarrollo y transformación productiva, y fortalecimiento institucional. Así mismo, la operación ha tenido un impacto positivo en el empleo: 11.000 puestos de trabajo directos, y alrededor de 44.000 indirectos. Según reporta la empresa, 70 por ciento de esa fuerza laboral proviene del Cesar o del Magdalena.
Cerrejón: educación y ambiente
La operación de carbón de La Guajira invirtió alrededor 129.772 millones de pesos en comunidades y municipios de su área de influencia, y pactó 1.750 proyectos sociales, entre voluntarios y obligatorios, con estos mismos grupos en 2022. Además, ha apoyado la educación de más de 12.000 personas, entre empleados y familiares, y miembros de comunidades. Uno de sus programas insignia es el de Auxilios Educativos, que desde 2011 ha beneficiado 767 personas de comunidades reasentadas de Chancleta, Roche, Patilla, Las Casitas y Tamaquito 2, con una inversión de 18.000 millones de pesos entre el pago de matrículas y auxilios de sostenimiento (en acceso a educación superior).
En materia ambiental, Cerrejón viene impulsando el desarrollo del corredor de biodiversidad Wuin Manna, que unirá la Serranía del Perijá con la Sierra Nevada de Santa Marta en una extensión de 25.000 hectáreas; incluye una red de viveros gestionados por las comunidades vecinas que generan ingresos a través de soluciones basadas en la naturaleza. La empresa ha fortalecido el componente de emprendimiento de esos viveros y, en el marco de esta actividad, 350 locales han sembrado más de 400.000 árboles de 40 especies nativas del bosque seco tropical para la recuperación y conservación de bosques, ríos y arroyos.
Aris Mining, desarrollo y formalización
La operación de oro en Antioquia y Caldas ha remodelado 24 escuelas en Segovia y Remedios, seis de ellas en zonas rurales, que benefician a 8.000 personas entre estudiantes, docentes y comunidad educativa. En estos municipios también ha becado a 4.000 niños en los últimos diez años con su proyecto insignia ‘Colibrí Azul’, para que se formen en la Institución Educativa Gimnasio La Salada. Adicionalmente, estima abrir el Ecoparque Colibrí, que además de ser parte del cierre ambiental de los relaves de la compañía, incluye instalaciones deportivas y escenarios, como parte de sus 9.200 metros cuadrados. Aris Mining también ha construido más de cinco kilómetros de vías y ha hecho mantenimiento a 30 kilómetros de vías que benefician a más de 70.000 personas. En Segovia remodeló la sede del Sena, que desde 2017 capacita a más de 139.000 personas en minería, soldadura, mecánica diésel, mecánica industrial, joyería, sistemas y trabajo en altura.
En Marmato, recuperó espacios culturales y formativos: sus 10.000 habitantes se benefician de obras en recuperación de la ancestralidad con caminos desde la época de la colonia y nuevos espacios como el Atrio Municipal, Camino Real, Urabá y el Centro de Desarrollo Comunitario; también del mejoramiento de condiciones de vivienda a 60 personas, mediante alianzas con la Alcaldía y la Personería municipal.
El Bajo Cauca mejora su calidad de vida
El Bagre, localizado en el Bajo Cauca antioqueño, es el segundo municipio con mayor calidad de vida de la subregión, 63,95 por ciento, según la encuesta de calidad de vida de la Gobernación de Antioquia. En 2022 disminuyó 2,3 por ciento el Índice de Pobreza Multidimensional (I.P.M.) en la ruralidad, frente a la medición de 2020. En estos indicadores ha tenido que ver la empresa Mineros, de capital colombiano, que en sus 48 años de operación lleva a cabo “minería responsable con proyectos enfocados hacia la transformación y el desarrollo del territorio: infraestructura, educación, alternativas productivas, equidad de género, formalización minera y no minera”.
La empresa ha aprovechado el mecanismo ‘Obras por impuestos’ para dejar su legado en el territorio con dos proyectos recientes: la pavimentación de 10,8 kilómetros de la vía que conecta los municipios de Zaragoza y El Bagre con la vía 4G Troncal de la Paz, en la que invirtió 35.600 millones de pesos y la dotación de 3.843 computadores y capacitación en nuevas tecnologías a los docentes de las sedes educativas urbanas y rurales de los municipios de El Bagre, Nechí y Zaragoza, con una inversión de 25.317 millones de pesos.
Así mismo, entre otras importantes iniciativas, la compañía desarrolla dos programas, en alianza con Usaid, con una inversión de 10 millones de dólares: ‘Avancemos Bajo Cauca’ para fortalecer cadenas productivas en apicultura, piscicultura, negocios locales y empleabilidad en los seis municipios de la subregión y ‘Mujeres de Oro’, que empodera a las mujeres de Zaragoza, Nechí y el Bagre en los ámbitos político, social, económico y cultural.
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