A lo largo y ancho es cada vez más notable la demanda y la buena oferta. Mucha gente en el desierto, el termalismo; en el centro, al lado de la Ruta del Café, hay un mirador, el de la mano gigante, donde a veces no cabe la gente. En el sur, especialmente en Isnos, el turismo de naturaleza es muy apreciado. En San Agustín hay una oferta hotelera inmensa, internacional y local.
Rodrigo Villalba Mosquera conoce muy bien el departamento que gobernará hasta 2027. Su extensa trayectoria en la administración pública incluye haber estado al frente de la Alcaldía de Rivera y Neiva, y de la Gobernación del Huila. También fue gerente general del Instituto Colombiano de la Reforma Agraria (1998-1999 ) y Ministro de Agricultura (1999-2002). “Soy actor y testigo de lo que ha pasado con la caficultura en Colombia. Asumí ese ministerio en la época más dura de la crisis de la agricultura del país”, aseguró.
Hoy está nuevamente al frente de este territorio que cumplió 14 años como el mayor productor de café en Colombia, según datos oficiales de la Federación Nacional de Cafeteros (FNC).
“Hace un par de décadas que la producción de café colombiano se trasladó, en un volumen mayor, al sur del Tolima, Huila, Cauca y Nariño. Este es el nuevo eje cafetero, que hoy produce el 50 % del café del país y que dejó de ser de los grandes. En Huila, por ejemplo, el 98 % de los caficultores son pequeños que caminaron a tecnificar el cultivo y hacia la asociatividad”, advirtió el gobernador.
SEMANA: La gran apuesta del Huila ha sido históricamente su café: 20 % del producto que hoy se produce en Colombia es del departamento. Sin embargo usted ha sido insistente en la necesidad de llevar a otro nivel esta apuesta. ¿Cuál es el plan?
Rodrigo Villalba Mosquera (R.V.M.): Somos muy buenos productores, pero no nos hemos transformado. Por eso, lo que necesitamos ahora, que hace parte de la política departamental y coincide con la nacional, es trabajar por la agroindustrialización. Pongo un ejemplo. Casi todo el café que se produce en el país se va en bruto, en pepa; solamente el 6 % se procesa; el Huila maneja esa misma proporcionalidad. Lo que hay es campo para transformarlo, tostarlo, para sacarlo molido, principalmente, para exportar con valor agregado y que el beneficio de ese valor agregado se quede acá.
Las plantas de tostión, las tostadoras y torrefactoras, las de molienda, son fundamentales para sacar el producto terminado. Obviamente, todo lo que nos falta no se puede hacer de la noche a la mañana. Hay que hacerlo gradualmente. En eso estamos trabajando, en la transformación del producto agrícola en general; es parte de las apuestas productivas que tenemos en el plan de desarrollo.
SEMANA: ¿Qué ha impedido que la caficultura pueda avanzar más allá de la producción como la conocemos?
R.V.M.: En café hay mucho por hacer, pero no es fácil, entre otras cosas por el clima. Sin embargo, Huila es, además de Boyacá, uno de los departamentos que tiene más reservas minerales en la Cordillera Central para producir mezclas de fertilizantes para corrección de suelos, que requiere la caficultura, como la altillanura para cualquier tipo de cultivo. Es algo que tenemos cómo trabajar, y por eso se viene desarrollando mucho. En este sentido, aquí ya vemos ese desarrollo agroindustrial con molinos que muelen los elementos calcáreos y pétreos de, por ejemplo, mármol y fósforo. Y nos estamos metiendo en el proyecto de un molino para calcinar, pensando en su aporte para hacer mezclas.
SEMANA: Uno de los sectores productivos más afectados por el cambio climático es precisamente el del café. ¿Qué ha pasado en el Huila?
R.V.M.: Por no prestarle atención a tiempo estamos padeciendo sus rigores y efectos. Ahora no hay estacionalidad. Ese es un problema para las cosechas, para el mantenimiento vial, para todo en general. Llega el intenso verano, el fenómeno de El Niño y se reportan incendios, se averana el café, las cosechas, etc.; todo eso tiene implicaciones económicas. Este año nos tocó atender esas emergencias con un sistema de riego que funciona, pero que no es automático. Hubo 140 eventos de incendios pequeños y afortunadamente ninguno pasó a mayores, pero eso también implica sequía. Por ejemplo, en San Agustín Colombia, las fuentes se agotaron y no le dan agua al municipio.
Ahora viene el fenómeno de La Niña y ya con las pocas lluvias que cayeron, la maquinaria que tenemos no dio abasto para atender las emergencias viales; a lo que hay que sumar el problema de acueductos, porque el río y las quebradas se llevan las bocatomas. Son problemas de cambio climático que demandan trabajo y más recursos, pero para eso estamos, para atenderlos y hacer todo lo que esté al alcance para mitigar los efectos negativos de esta adversidad.
SEMANA: En otros departamentos, los pequeños productores han manifestado la necesidad de incrementar su participación en cultivos como el del cacao…
R.V.M.: El Huila es cacaotero y está creciendo en cacao. Hoy se encuentra en un buen momento por la crisis de África. Pero al menos en Huila es poco probable que un caficultor cambie de actividad; principalmente, porque la actividad le ha dado toda la vida a un buen nivel. Si se comparan las zonas cafeteras con las otras, es evidente una mejor calidad de vida en las cafeteras.
SEMANA: Hay otro renglón en el cual el Huila es potencia: la piscicultura…
R.V.M.: La piscicultura, en cabeza de la tilapia, es el renglón más dinámico de la economía en las últimas tres décadas. Ha crecido de manera exponencial y, lo más importante, de la mano de productores de la región, todos conocidos. No como en otras experiencias y en otras épocas, resultado de plata mal habida. Aquí es el fruto del trabajo de personas que vienen de menos a más; administradores de una piscícola, trabajadores que se han convertido en empresarios. Lo mejor es que tenemos todos los eslabones de la cadena.
Aquí hay piscícolas que producen el pescado, lo procesan, utilizan sus derivados en harina de pescado, entre otros, y hasta producen las cajas de icopor para exportación. Esa es la actividad económica que más ha crecido y más se ha desarrollado en el departamento. A diferencia del café, la tilapia sí sale en condiciones muy competitivas.
SEMANA: ¿Qué tan fortalecido está el ecosistema productivo?
R.V.M.: Es fuerte, tanto en caficultura como en piscicultura. De los 37 municipios que tiene Huila, 35 son cafeteros. Hay 35 comités municipales de cafeteros. Las cooperativas más grandes del país en caficultura están acá.
SEMANA: Otra nueva posibilidad son las energías sostenibles…
R.V.M.: Todo el mundo quiere volcarse hacia allá, por razones diversas, unos por ambientalistas, otros porque sin serlo entienden que hay que ponerle cuidado al cambio climático, y otros por economía. Hoy, con los altos costos de la energía, cada vez más personas quieren tener paneles solares, porque obviamente el ahorro de costo de energía es inmenso; no solo para uso residencial o empresarial, también para los cultivos. Por ejemplo, los cultivos de arroz sacan con bombeo, con base en la generación eléctrica, y eso es muy costoso. Actualmente estamos mirando cómo crear condiciones para que haya un gran clúster, especialmente aquí al norte, al lado del desierto de Neiva, con potencial para la energía solar o fotovoltaica.
SEMANA: Colombia se estrena este año como sede del Congreso Iberoamericano de Turismo Rural, con la celebración de su IX edición en Huila. ¿Cómo se preparan para esta cita?
R.V.M.: Va a ser en octubre, nos visitarán representaciones de 22 países, y esto responde al crecimiento que ha tenido del turismo de naturaleza, emergente y rural en el Huila. Este es otro renglón muy dinámico en el departamento, que nos genera muchos empleos e ingresos; mucha actividad económica.
A lo largo y ancho es cada vez más notable la demanda y la buena oferta. Mucha gente en el desierto, el termalismo; en el centro, al lado de la Ruta del Café, hay un mirador, el de la mano gigante, donde a veces no cabe la gente. En el sur, especialmente en Isnos, el turismo de naturaleza es muy apreciado. En San Agustín hay una oferta hotelera inmensa, internacional y local.
SEMANA: Como en otros destinos, el precio de los tiquetes sigue siendo una gran barrera…
R.V.M.: El monopolio nos ha fregado y no hemos podido avanzar en ese sentido. Los precios son muy altos. Hemos hablado con personas, empresas, con los que los regulan, los que los controlan. Tenemos frecuencias y dos aeropuertos: uno en Neiva (norte) y otro en Pitalito (sur); este último ahora tiene una nueva línea aérea volando, y están invirtiendo unos 35 mil millones para mejorar condiciones. Lo que nos falta es que los precios de los pasajes sean más competitivos.
SEMANA: También es fundamental contar con buenas vías…
R.V.M.: Al Ministerio del Transporte le propuse hacer un piloto grande de mantenimiento de vías terciarias en el cual participemos cinco actores: la Nación, el departamento, los municipios y los comités municipales de cafeteros poniendo plata; además de las juntas de acción comunal, que serían los únicos que no participarían con recursos. Ellos podrían ser interventores o supervisores. Vamos a ver si lo logramos, porque la economía nuestra está en la ruralidad: el turismo es rural, la agricultura es rural y también la generación de energía.
SEMANA: Un problema que preocupa a todo el país es la seguridad. ¿Cómo está el departamento?
R.V.M.: Hemos hecho todo lo que se ha podido. Nos queda pendiente avanzar con Neiva, algo en lo que estamos trabajando con la fuerza pública, con el aumento de pie de fuerza, de Gaula, de inteligencia. En la capital del Huila la modalidad del extorsionador es mandar a poner, con un muchacho que se moviliza en moto, un petardo en un establecimiento comercial y eso es muy duro, porque es intimidante, no solo para el comerciante sino para toda la ciudadanía.
Adicionalmente, desde hace un año para acá ha habido la presencia de las disidencias de la Farc y eso ha creado temor e incertidumbre en la población porque Huila fue víctima del asedio de la guerrilla. En una época tuvimos de vecino a la Teófilo Forero, que hacía parte del grupo élite para hacer esas operaciones de daño y de crimen, aquí desocupaba edificios enteros para secuestrar a sus habitantes. Fue una época en la que mataron a todo el Consejo de Rivera, secuestraron políticos y perseguían a las autoridades. A esa época dura no queremos volver.
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