“—Mamá, te prometo que me voy a manejar bien, no te preocupes.

Ella me abraza. Me duele verla llorar, y entonces hago la que ha sido quizá la promesa más importante que pudiese haber hecho hasta ese momento:

—Te prometo que un día voy a ser jugador profesional de fútbol. Y cuando eso pase mamá, tú no vas a tener que estar trabajando… y podremos estar juntos.”

A las manos de Juan Guillermo Cuadrado llegó el libro ‘Celda 212’, una novela testimonial del escritor colombiano Jeins Durán. “Panita, mirá cómo me tenés, aquí leyendo este libro que no he sido capaz de soltarlo”, le dijo Cuadrado a Durán en un video. Desde entonces, el capitán de la selección Colombia en la reciente Copa América, decidió proponerle a Jeins que lo ayudara a escribir su historia, una tarea que les tomó un año.

“A Marcela Bello, mi madre, mientras ella trabajaba en las bananeras me levantó sobre sus hombros para que yo pudiera mirar hacia lo lejos y ver un horizonte de colores mucho más allá de lo que las circunstancias le decían que podíamos mirar.”

Para la escritura del libro, Cuadrado y Durán entablaron una amistad en la cual compartieron varios días en Medellín junto a sus familias. | Foto: Cortesía Jeins Durán

En ‘Cuadrado: Panita, esta es mi historia’ el futbolista relata su vida en 210 páginas, distribuidas en 23 capítulos. Allí revela detalles nunca antes contados de su vida personal. “Siempre había tenido esta ilusión de compartir mi vida más allá del Juan Guillermo atleta. Me motivó plasmarlo en un libro. La idea es que las personas puedan meterse en mis zapatos, pasé momentos difíciles, pero les puede servir como ejemplo a los jóvenes y a los demás para que sepan que por más complicadas estén las cosas, siempre hay una salida”, comentó Cuadrado en el lanzamiento.

En diálogo con SEMANA, Jeins Durán ofreció detalles sobre el proceso creativo que implicó escribir la historia de uno de los referentes actuales del fútbol colombiano y recordó los momentos que vivieron a medida que el libro iba avanzando.

SEMANA: ¿Cómo fue el primer acercamiento con Juan Guillermo Cuadrado?

JEINS DURÁN: Resulta que él leyó ‘Celda 212’ en Italia y le impactó el libro. Es una historia real, la cual muestra cómo a través de una estrategia de fe y de no violencia se pueden superar los obstáculos, entonces es muy posible que él haya sentido empatía con ese tema. Así que a través de su representante me contactó con el deseo de que escribiera su biografía.

SEMANA: ¿Qué tan difícil fue compaginar la producción del libro con la agenda del astro del fútbol?

J.D: Primero nos conocimos, hicimos una videollamada en la que nos presentamos y dejamos claro cuál era el objetivo del libro. Inicié una investigación de campo y entrevisté al mayor número de personas posibles relacionadas con él desde su infancia. Luego, comencé a recorrer algunos de los sitios donde ha vivido, los equipos en los que jugó y, periódicamente, hacíamos reuniones de trabajo. Después de un tiempo vino a Medellín, nos entrevistamos personalmente en varias ocasiones y pude estar en diferentes actividades en las que él participaba. A medida que todo esto pasaba, yo escribía.

SEMANA: De los aspectos de la vida de Cuadrado ¿Cuál fue el que más lo impactó mientras escribía su biografía?

J.D: La determinación tan fuerte que tiene. Pero aquí hay que explicar algo, porque es fácil comprender la determinación hoy, cuando ya es famoso, juega con los mejores del mundo y ha estado en dos mundiales; pero comprender su determinación cuando era un niño y toma la decisión de dejar su casa e irse a Barranquilla solo en un bus con la visión de llegar a ser un jugador profesional de fútbol, eso no lo tiene todo el mundo.

Después de estudiar Comunicación Social se formó como guionista y director de teatro. Ha dedicado más de 15 años de su vida al arte de narrar historias en formatos literarios, artísticos y audiovisuales. Actualmente también combina sus rutinas con la de ser conferencias. | Foto: Cortesía Jeins Durán

SEMANA: ¿Qué pasajes de la vida del futbolista lo atraparon?

J.D: Dos,específicamente. El primero sucede en Apartadó. Su mamá y él se estaban tomando una gaseosa entre los dos en una cafetería; lo habían llamado para que se fuera a Barranquilla a probarse con un equipo. Mientras ella lo despide entre lágrimas, él le dice: Mamá, no te preocupes, yo te prometo que voy a ser un jugador profesional de fútbol. La mujer, que no paraba de llorar, saca un celular viejo que él no sabe de dónde salió, porque ni ella tenía uno. Así es como él sale a buscar un futuro, con una promesa clara.

La segunda sucede en la casa de los abuelos en Necoclí. Me empezaron a mostrar las fotos, y en una aparece Cuadrado celebrando un gol con un salto mortal en el Atanasio lleno. En la imagen, aparece suspendido el aire, con los pies hacia arriba y la cabeza orientada hacia abajo. En ese momento él está viendo el mundo al revés y durante una buena parte de la vida de Cuadrado, las cosas han estado al revés, por su condición económica, familiar, por el mismo país. Es como si esa foto encajara con su historia.

SEMANA: ¿Cómo fue la experiencia de leer juntos todas esas vivencias que se narran en el libro?

J.D: Desde mi punto de vista como escritor yo tengo un lema: si yo no lloro escribiendo cómo pretendo que el lector llore leyendo. Así que esta escritura, y lectura conjunta, fue muy emotiva para los dos; hasta las lágrimas, porque hay momentos muy complejos y bonitos.

SEMANA: ¿Cómo cambió la percepción que tenía del Cuadrado de los partidos de fútbol, los medios y las redes sociales, luego de conocerlo a profundidad?

J.D: Él logró presentarse a sí mismo de una forma no perfecta, porque a veces se cae en el error de presentar a un ser humano que no sufre, no tiene miedo, pero no es así. Entonces fue muy sincero al hablar de una época de su vida en la que tenía dificultades con las relaciones sentimentales, porque vivía con mucho desorden en su interior y exterior, algo que no se conoce mucho de él, pero que enfrentó.

SEMANA: Algunas expresiones tienen mucha fuerza, como “el parce” de Juanes. En Cuadrado, “el panita” ¿Qué fuerza tiene?

J.D: Esa es la palabra que él utiliza para dirigirse a los amigos. Por eso el título del libro es ‘Panitas, esta es mi historia’, ya que quien lee el libro puede hablar con el panita. Además, este libro lo puede leer cualquiera, porque fue pensado para toda la familia, para los amantes del fútbol y para los que no saben que es un tiro de esquina.

SEMANA: Cuando el libro quedó listo ¿Qué le dijo Cuadrado?

J.D: “Panita, estoy feliz, eso quedó una belleza”, así me dijo. Él quedó muy contento y eso para mí fue muy valioso.

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