Planadas es el municipio más al sur del mapa del Tolima. En él terminan los límites geográficos del departamento. Como muchos colombianos sabrán y otros recordarán, fue allí donde nació la guerrilla de las Farc, una de las más antiguas del mundo, que en el año 2016 se acogió a un acuerdo de paz con el Estado colombiano; pero que infortunadamente también mutó en nombre y en armas a otras organizaciones criminales.
No es exagerado el título de esta columna. Cualquiera, en gracia de discusión, podría preguntárselo o pensar que se trata de una campaña en favor de la gran apuesta política del actual Gobierno colombiano, que hasta ahora -seamos sinceros- no ha cuajado o al menos no ha dado los frutos esperados en las regiones apartadas: la llamada Paz Total.
Duele decirlo, pero la única referencia pública que se tuvo de Planadas por muchos años tenía que ver directamente con el conflicto armado, con los cruentos combates de las Fuerzas Militares contra los frentes guerrilleros, y con la defensa que para los insurgentes significó ese corredor estratégico de movilidad y de narcotráfico.
Pero más allá de eso, o mejor, por encima de ello, y de forma silenciosa, dedicada y algo futurista, muchas familias campesinas comenzaron a entender que tenían una tierra rica, productiva y con condiciones topográficas excepcionales para cultivar, mejorar y apostar por el producto insignia de Colombia.
Mientras algunos se empecinaban en la guerra, los planadunos se dedicaron a labrarse un mejor futuro. A desenterrar minas y sembrar cafetos, a aprender de siembra, variedades y comercialización del grano hasta lograr convertirse en un referente colombiano y mundial de cafés especializados y de alta calidad.
Se empecinaron en ser un lugar donde los extranjeros recorrieran sus calles, ya no portando prendas para hacer respetar el derecho internacional humanitario, sino en busca de una de las seis tiendas de cafés de especialidades que están abiertos al público cerca de su plaza principal, para comprar cierto tipo de granos.
Tiendas que son atendidas por nuevas generaciones de cafeteros, jóvenes que son parte del relevo generacional impulsado por la Gobernación del Tolima y que, en perfecto inglés, negocian los mejores precios para sus productos en los mercados de Asia, Dubái o Japón. Muchachos asociados, incluso, más allá de la propia federación del grano.
La Feria Internacional del Café Expotolima, que se desarrollará en Planadas del 1 al 3 de noviembre, y a la que todos están invitados, es sin lugar a dudas, sin carreta y sin discursos, el verdadero ejemplo de la Paz Total, donde los mayores protagonistas fueron sus laboriosos habitantes. Ellos pueden dar fe con sus vidas y sus logros, de cómo es cambiar fusiles y balas por azadón y despulpadoras, de cómo pensar en mejorar las tácticas para irrigar y sembrar, y no desperdiciarse en la estrategia para atacar y dañar. De pasar del dicho al hecho y transformarse, en tan solo 20 años.
Es más, sin haber iniciado la feria, ya podemos decir que esperamos más de tres mil visitantes, que tenemos 30 compradores internacionales confirmados de Malasia, Taiwán, China, Alemania, Estados Unidos, Canadá, Reino Unido y Chile. Con ello dejamos claro que no nos interesa el Planadas del pasado, estamos enfocados en el Planadas de hoy y del futuro y por eso decidimos hacer allí la Feria Internacional del Café 2024, en su segunda versión.
Finalmente, y sin que suene a falsas ínfulas, podemos decir que si cualquiera en Colombia o el mundo quiere conocer un ejemplo cierto e irrefutable de cómo se construye la Paz Total, los esperamos en Planadas del 1 al 3 de noviembre.
*Gobernadora del Tolima