Oriundo de la ciudad de Leticia (Amazonas), Cristian Mendoza tuvo la idea de llevar hasta la Amazonía los encantos de Alemania. En 2019 fundó la Cerveza Amazónica, una fábrica pequeña de cervezas artesanales con una receta única y muy especial: frutas amazónicas como el copoazú, el asaí y el huito que se incorporan a la malta. “Quise hacer industria en mi región”, aseguró.
“Fue la mejor manera de conservar y cuidar la Amazonía. Es la forma de generar economía, de enriquecernos y de enriquecer a la selva misma. En medio de los árboles, por ejemplo, sembramos las maticas de copoazú, estamos enriqueciendo el bosque, cambiando la economía extractivista”, relató Mendoza.
Según Gian Paolo Daguer, fundador de Frutas de Colombia, una plataforma para visibilizar este tipo de productos, estas frutas son importantes para la seguridad alimentaria, “debido a que brindan un sustento, son fuentes de alimentación y de vitaminas para que las comunidades las aprovechen. También generan oportunidades económicas y eso impulsa la conservación de los ecosistemas donde crecen”, aseguró.
Según el Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas (SINCHI), existen más de 2 mil especies útiles en la región amazónica que son desconocidas o poco utilizadas. “Frente a los frutos amazónicos, la relación hoy es mejor que la que teníamos hace 10 años. Además de conocerlas, se trabaja con ellas en ámbitos de aplicación como lo es la cosmética, el ecoturismo, la gastronomía”, explicó Luz Marina Mantilla, directora del SINCHI.
Mendoza estudió Química en la Universidad Nacional de Colombia y luego viajó hasta Alemania para degustar los diversos estilos de cerveza. Desde entonces, imaginó la posibilidad de fundar una cervecería en Leticia que utilizara las frutas endémicas del bosque tropical del Amazonas para crear una cerveza regional.
“Empecé con una productora chiquita, que parecía de juguete, pero que cumplía las normas legales. Logré que me certificaran la planta de producción con el Invima y recuerdo que les pareció demasiado curioso el tamaño”, recordó Mendoza.
El proceso de encontrar la fórmula perfecta lo condujo hasta los recuerdos de su infancia. “Probé los sabores de los frutos amazónicos con los que crecí. Primero, con el copoazú, y luego con especias, raíces, cortezas de árbol. Así fuimos desarrollando diferentes recetas cerveceras”, afirmó. Para 2024, la Cerveza Amazónica llegó a producir tres recetas originales.
La primera cerveza fue la Irish Red Ale, una cerveza roja de estilo inglés con asaí. “El asaí crece en una palma que tiene una corteza aprovechable. Al fruto se le adiciona agua para que libere las sustancias que están contenidas y se genera la bebida, que es de coloración morada y roja. Además, el fruto tiene antioxidantes y proteínas”, aseveró Mendoza.
“Deja de ser una cerveza común y comienza a tener propiedades nutracéuticas”, añadió Mendoza.
Los nutracéuticos son productos basados en ingredientes naturales que se caracterizan por ser ricos en nutrientes. “Se utilizan estos frutales porque son una importante fuente de vitaminas y de compuestos que ayudan a la salud, a la nutrición”, agregó Mantilla.
Luego llegó la German Pilsner Lager, una cerveza con adición de copoazú. “Es difícil describirla, muchas personas no logran atinarle, pero yo digo que es cítrica. Es una cerveza fuerte, que tiene mayor graduación alcohólica por las propiedades del fruto que impulsan la levadura para que transforme el azúcar en alcohol”, precisó Mendoza.
Para la tercera receta, optó por una fruta inusual incluso para los leticianos: el huito. Este fruto amazónico, sagrado para los indígenas Tikuna, produce una tinta negra que la tribu aprovecha para pintarse la piel de negro y hacerse tatuajes temporales. A Mendoza le interesó la tinta.
“Pensé en la cerveza negra y pensé en el huito. El huito, cuando está en cierto estado de maduración, produce notas mentoladas que compaginan con los sabores tostados que produce la cerveza”, contó Mendoza.
Finalmente, la American Pale Ale, que se convertirá en la cuarta receta original de la Cerveza Amazónica, contará con una adición de yuca. Hoy se encuentra en estado de prueba.
La Cerveza Amazónica se comercializa especialmente en los hoteles, reservas y mercados de Leticia. Sus productos también se encuentran en la tienda solidaria del municipio, un lugar donde todos los productores aportan para generar un comercio sostenible de las especies útiles de la Amazonía.
“Necesitamos que estos frutales sean aprovechados de manera sostenible y que la gente pueda obtener recursos de una forma distinta, que, de alguna manera, estos frutos se comporten como una economía lícita para sus pobladores”, concluyó Mantilla.