Ahora todo encaja. Cada pieza se ha ido colocando en su sitio en los últimos años para poner a Colombia en el mundo de otra manera, con mejores oportunidades y perspectivas. En 2020 concluyó su adhesión formal a la OCDE. Las proyecciones este año señalan que el PIB podría estar por encima del 8 o 9 por ciento y para el 2022 se calcula un incremento del 4 por ciento, de nuevo en la parte alta de la tabla regional.

El país tiene la dimensión necesaria para garantizar la escalabilidad que requieren los grandes proyectos y ofrece importantes oportunidades de inversión en infraestructura. Ha cogido el impulso necesario para seguir acometiendo un amplio programa de inversiones que aceleren el crecimiento sostenible, arrancando con la quinta generación de concesiones (5G) y la segunda y tercera licitación de renovables. Quiero añadir, además, otra fortaleza relevante: su madurez ejecutando proyectos de alianzas público-privada (APP). Colombia ha ganado experiencia a lo largo de los años y cuenta con una buena credibilidad en el uso de estos esquemas, especialmente en carreteras, aeropuertos y puertos. La pregunta sobre dónde están surgiendo esas oportunidades de inversión exige algunos matices. Si bien hay proyectos a nivel nacional, también existen a nivel regional y local.

Una meta que tiene el país es diseñar proyectos financieramente viables. | Foto: Cortesía Ministerio de Transporte

Colombia necesita mejorar esa extensa red terciaria de aproximadamente 142.000 kilómetros, que es un activo fundamental para el transporte de la producción agrícola desde las áreas rurales a los mercados, así como un factor clave para la integración y conexión de las zonas rurales. Además de carreteras, llegó el momento de los proyectos aeroportuarios, fluviales y ferroviarios. Un reciente informe de KPMG en Colombia reveló oportunidades de inversión por hasta 35 billones de pesos en unos 150 proyectos en diferentes departamentos y sectores. Además el Gobierno nacional habla de proyectos por 50 billones de pesos que generarán medio millón de empleos adicionales.

Diseñar proyectos financieramente viables, con todas las garantías contractuales, que cumplan con los estándares sostenibles que demandan los inversores y generen un impacto positivo en la sociedad. Esa es la mejor carta de presentación que puede exhibir Colombia para atraer el capital que requieren sus planes de inversión y dotarse de infraestructuras modernas, eficientes y resilientes a los efectos del cambio climático. El camino está esperando. Las oportunidades, también. El país ofrece garantías, experiencia y compromiso. Como lo dije al comienzo, las piezas se han ido colocando y ahora sí encajarán con facilidad.

* Directora general de Negocio de BID Invest.

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