¿Por qué el gas es tan importante en la lucha contra la pobreza?
Luz Stella Murgas: Lo primero que identificamos es que se reducen los costos cuando una familia de estrato uno y dos pasa de utilizar GLP por cilindro a gas natural. El segundo gran hallazgo es que en zonas urbanas todavía persiste la pobreza energética, debido a que hay familias que cocinan con leña, a pesar de que están muy cerca de la red de distribución de gas. El tercer descubrimiento fue identificar que existen otras soluciones energéticas para las zonas rurales remotas a las que no podemos llegar con las redes domiciliarias de gas. De hecho, aunque hemos tenido una ampliación en la cobertura que hoy nos lleva a que 36 millones de colombianos tengan gas natural en su casa -con un alcance del 67 por ciento- aún tenemos un gran desafío: llegar a 1.6 millones de familias que todavía cocinan con leña, según los datos revelados por el DANE, en el 2022.
¿Cuál fue el propósito de este informe?
L.S.M: Este estudio relacionado con el gas natural como un vehículo para elevar el bienestar tuvo como propósito analizar cuál era el índice de pobreza energética en el país. En este proceso descubrimos que había unos cuellos de botella en toda la cadena de valor de la industria, que necesitaban destrabarse para poder expandir el servicio. Esos hallazgos nos sirvieron para construir unas propuestas que fueron incluidas en el Plan Nacional de Desarrollo y buscan generar un impacto real en la calidad de vida de los colombianos. A nivel cronológico, empezamos el estudio en el 2022, de ahí sacamos las propuestas para que se incorporaran en el PND, las cuales fueron incluidas y aprobadas por el Congreso de la República en mayo del presente año.
¿Cuáles son esas zonas en las que hay una mayor pobreza energética?
L.S.M: Hay mayor pobreza energética concentrada en la Costa Atlántica; sin embargo, también persiste en departamentos como el Vichada, el Amazonas, Guainía, o Guaviare, territorios a los que todavía no hemos podido llegar con el servicio de gas natural, debido a que la infraestructura del sistema de transporte de gasoductos no está tan cercano a las zonas o cabeceras municipales principales de estos departamentos. Siendo así, lo que hemos tratado de hacer es ver cómo podemos llevar una solución energética que no solamente sea gas natural a través de redes. Por ejemplo, descubrimos que lo podemos hacer a través del biogás y del biometano que se produce por la utilización y el aprovechamiento de residuos orgánicos, o de biomasa. A pesar de que son proyectos a pequeña escala, podemos llevarle a las familias una solución para reducir la pobreza en los casos en los que no tienen acceso a ningún tipo de energético.
¿Qué sigue ahora?
L.S.M: Empezamos de manera inmediata la segunda fase, enfocada en implementar una estrategia para expandir el servicio de gas natural a los hogares más vulnerables. En este sentido, estamos tratando de definir cuál es el criterio de equidad y de eficiencia para lograr focalizar en donde deben ir los proyectos de expansión, y así, generar el mayor impacto posible para lograr la reducción de pobreza energética. Cuando hablamos de equidad hacemos referencia a cuánta población está cocinando con leña, cuánta está cocinando con GLP, y a quienes no tienen acceso a energía. Mientras que, al hablar de eficiencia, evaluamos qué tanto podemos expandir el servicio de gas natural teniendo en cuenta la cercanía entre la red de distribución -o la red de gasoductos- y la población. En este orden de ideas, el Gobierno nacional y los ministerios correspondientes tendrán un rol fundamental en el proceso de reglamentación, el cual debe darse de manera oportuna para que las propuestas se materialicen y tengan el impacto esperado.
¿Cómo este informe podría impactar la vida de los colombianos?
L.S.M: El impacto se ve reflejado cada vez que hacemos posible que una familia pueda tener calidad de vida a través del gas natural, en especial, en el caso de quienes están en estado de vulnerabilidad. Además, dignificamos la actividad de cocción, sobre todo la que ejercen mujeres, que en muchos de los casos son cabeza de familia. Por otro lado, este informe nos permitió descubrir que al utilizar gas natural, y no otro tipo de energéticos que son más costosos -por ejemplo el GLP por cilindro- se están disminuyendo los gastos para que se puedan cubrir otras necesidades básicas. El gas natural es el energético más consistente porque además de reducir brechas de desigualdad, elevar el bienestar y disminuir el tiempo de los ciudadanos, está teniendo un papel clave en el proceso de transición energética.
¿A qué se refiere?
L.S.M: Para poder transitar a la energía eólica y solar que tienen intermitencia durante el día -precisamente por la presencia del sol y del viento- es necesario que tanto el gobierno como la industria, garanticen confiabilidad en la prestación del servicio de energía eléctrica, pero también del gas natural. Cabe resaltar que el gas natural es un energético bajo en emisiones, económico y disponible. En este orden de ideas, necesitamos incrementar la oferta del gas local para poder mantener la seguridad energética, al mismo tiempo que vamos generando confiabilidad en la prestación de los servicios. Ese es un trabajo que debe ser llevado de manera articulada y rápida, en donde se empiece a expandir la actividad exploratoria para desarrollar el potencial de gas y de reserva de gas que se ha descubierto recientemente en distintas zonas del país, como el mar Caribe, La Guajira, Córdoba, Sucre, entre otros.
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