La banca corporativa en Colombia desempeñó un papel positivo en la pandemia. Las herramientas que el Gobierno, la Superintendencia Financiera y el Banco de la República dispusieron para que el sector financiero apoyara la reactivación económica del país durante la pandemia se utilizaron de una manera oportuna y estructurada. Las administraciones de los bancos también hicieron su parte: aprobaron alivios, transacciones, nuevos modelos de riesgo de crédito y fortalecieron sus sistemas de información y plataformas tecnológicas. Finalmente, las juntas directivas y sus comités desempeñaron su rol fiduciario: velaron por la rentabilidad y solvencia de las instituciones financieras. La banca cumplió su papel de intermediación, movilización e inclusión financiera, sin afectar notablemente la fortaleza de sus indicadores financieros.

Algunas medidas tomadas por la Superintendencia permitieron a la banca corporativa ofrecer a sus clientes un abanico de soluciones para sobrellevar la volatilidad de los mercados nacionales e internacionales. Entre ellas, las circulares externas CE 007 y CE 014, con vigencia del 17 de marzo hasta el 31 de julio, que dieron paso a la banca para ofrecer soluciones enfocadas en aliviar el flujo de caja de las empresas a través del otorgamiento de alivios y prórrogas a créditos existentes. Al 31 de julio de 2021, 88 billones de pesos del total de la cartera comercial (pymes y grandes empresas) disfrutaban de estos alivios.

Desde que Europa comenzó a vivir el segundo brote de la pandemia en agosto de 2020, las empresas se vieron enfrentadas a la extensión de la emergencia sanitaria y a una nueva realidad económica. En este contexto, la Superintendencia amplió las medidas emitiendo la circular externa CE 022, con vigencia del primero de agosto de 2020 al 31 de agosto 2021, que les permitió a los bancos desarrollar un Programa de Acompañamiento a Deudores (PAD). Actualmente, aproximadamente 13 billones de pesos del total de la cartera comercial se encuentran bajo el PAD.

El Gobierno también apoyó el rol de la banca al aprobar seis líneas de garantías del Fondo Nacional de Garantías (FNG) y varias líneas de redescuento de Bancoldex, Findeter y Finagro. En total se han desembolsado créditos para pymes y grandes empresas por 13 billones de pesos con garantías del FNG.

Créditos a la medida

Durante este último año la banca trabajó con sus clientes en analizar alternativas para hacer el pasivo de las empresas sostenible. Las estrategias propuestas incluyeron reducir el monto de las cuotas por pagar y la tasa de interés, ampliar el plazo del crédito y los periodos de gracia.

La demanda por una respuesta al cliente oportuna no permitió sacar campañas homogéneas por tipos de segmentos, sectores, ni tamaño de empresas, ya que las afectaciones fueron diferentes para cada cliente. Los equipos internos de riesgo que analizaron las soluciones financieras se encontraron enfrentados a una situación nunca antes vista: créditos estructurados a la medida.

La banca también inició una transformación en la prestación de sus servicios. Se convirtieron en esenciales los canales electrónicos. Esto llevó a los bancos a realizar inversiones en el fortalecimiento de la ciberseguridad, activación de planes de continuidad del negocio, controles en la seguridad de la información e implementación de protocolos de bioseguridad.

En esa línea, la mayoría de las empresas lograron obtener estructuras sostenibles de sus pasivos, mejorando sus flujos de caja en el mediano y largo plazo. Algunas también obtuvieron financiación para la formación de capital, pudiendo dar continuidad a su oferta de bienes y servicios. Los alivios y desembolsos efectuados durante la pandemia fueron soluciones financieras oportunas y dentro de los límites de riesgo adecuados. La pandemia le planteó muchos retos a la estructura de negocios de la banca corporativa, y ante estos el sector respondió.

*Decana de la Escuela de Negocios de la Universidad del Norte