El liderazgo femenino ha experimentado un notable crecimiento en los últimos años, reflejándose en el crecimiento del número de mujeres en cargos directivos. En Colombia la participación de mujeres directivas ha aumentado del 29 por ciento en 2018 al 41 por ciento en la actualidad. Sin embargo, persiste una brecha significativa en el reconocimiento de su liderazgo, ya que solo el 19 por ciento de las mujeres figuran en el ranking de Merco Líderes 2024, por ejemplo. Esta disparidad subraya la necesidad de seguir avanzando en el reconocimiento de las capacidades de las mujeres en el ámbito empresarial.
La participación de las mujeres en el liderazgo no es un tema superficial ni una cuestión impuesta por movimientos feministas, sino una realidad basada en el reconocimiento del talento, la visión estratégica y la capacidad de gestión que las mujeres aportamos en las organizaciones. Las empresas que integran la equidad de género suelen ser más innovadoras, humanas y sostenibles en su gestión del talento, lo que favorece la creación de culturas organizacionales inclusivas y resilientes.
El liderazgo femenino se caracteriza por cualidades propias de nosotras las mujeres, como la sensibilidad, la atención al detalle y una notable capacidad para gestionar múltiples tareas. Estas fortalezas permiten a las mujeres abordar los desafíos desde una perspectiva particular, clave para la toma de decisiones y la construcción de equipos colaborativos. No obstante, cada líder, sin importar su género, aporta habilidades que son fundamentales para el éxito de las organizaciones. Los buenos líderes se destacan por su capacidad para motivar e inspirar, en torno de un propósito superior, aportando a la construcción de empresas más sostenibles.
Históricamente muchos líderes han mantenido un perfil bajo, pero hoy en día, se exige de ellos que personifiquen los valores que la organización representa y sean los voceros de sus logros, desafíos y aportes a la sociedad, un reto al que muchos líderes, hombres y mujeres, aún se deben enfrentar.
A pesar de los avances logrados, las mujeres siguen enfrentando barreras importantes, entre las que destaca la falta de visibilidad y reconocimiento. Además, se plantea un debate sobre si el incremento en la participación femenina responde a una auténtica equidad y a un convencimiento sobre su talento y potencial o a la implementación de cuotas de género. Aunque estas medidas han abierto puertas que antes estaban cerradas, es vital que el progreso en este asunto sea genuino y sostenible.
Este cambio también ha sido impulsado por una mayor corresponsabilidad en los hogares, permitiendo que las mujeres puedan equilibrar sus responsabilidades profesionales y personales. Otro factor clave en el empoderamiento de las mujeres ha sido la creación de redes de apoyo. Iniciativas como el Círculo de Mujeres de Semana y el Programa de Mujeres en Trayectoria Empresarial del CESA, han generado espacios de colaboración donde pueden compartir experiencias, superar desafíos y fortalecer sus competencias.
Estas redes tienen un impacto positivo no solo en las participantes, sino también en las organizaciones que promueven una cultura de diversidad e inclusión. Además, es alentador ver cómo incluso los hombres comienzan a reconocer la importancia de estas redes y las impulsan dentro de sus organizaciones, destacando que la equidad es una tarea colectiva.
Para seguir cerrando la brecha de género y avanzar hacia una igualdad genuina es fundamental visibilizar los logros de las mujeres en el ámbito empresarial. Aunque, como hemos dicho, las mujeres representan el 41 por ciento de las plantillas directivas en Colombia, solo el 19 por ciento reciben el reconocimiento que merecen.
Es crucial destacar su talento y sus contribuciones, no solo en rankings, sino también en las decisiones estratégicas que impulsan el crecimiento y la sostenibilidad de las empresas. El liderazgo femenino no busca reemplazar al masculino, sino complementarlo. En este equilibrio se encuentra la clave para construir organizaciones más humanas, innovadoras y competitivas. Reconocer el valor de cada género y trabajar juntos hacia la equidad fortalecerá no solo a las empresas, sino también a la sociedad en su conjunto.
*Directora General de Merco para Colombia.