El cambio climático ya no es una amenaza, sino un riesgo materializado. Los eventos relacionados con el clima son cada vez más frecuentes y tienen consecuencias en los ecosistemas, la seguridad alimentaria, las cadenas de producción y, ante todo, la calidad de vida de las personas.
De hecho, los tres riesgos mundiales más graves en la próxima década, según el Foro Económico Mundial, son el fracaso de la acción climática, los fenómenos meteorológicos extremos, la pérdida de biodiversidad y el colapso de los ecosistemas.
El escenario está sobreevaluado. Mucho se ha escrito sobre la urgencia de una mayor acción por el clima y se ha incorporado a la agenda global, incluyendo los Objetivos de Desarrollo Sostenible, el Acuerdo de París y numerosos protocolos y compromisos alrededor del tema. Igualmente, ha sido asunto de Gobiernos, academia y sector privado en escenarios de todos los niveles. ¿Y qué estamos haciendo?
Los criterios ASG deberían ser parte integral de la dinámica de todos los negocios actuales y futuros. Es necesario agilizar la inversión en proyectos que sean oportunidades de negocio para impulsar el desarrollo de las comunidades, al tiempo que contribuyan a la transición hacia una economía baja en carbono.
Aquí, es clave el acompañamiento del sector financiero, no solo con crédito tradicional, sino con el diseño de mecanismos innovadores de financiación que impulsen la canalización de más recursos hacia este tipo de iniciativas. Este es un compromiso que por años hemos asumido en Bancolombia, como parte de nuestro propósito de promover desarrollo económico sostenible para lograr el bienestar de todos, y se ha materializado en dos grandes frentes: el acompañamiento a iniciativas para la descarbonización de la economía y alianzas con otros actores para amplificar el impacto.
Como entidad financiera, hemos desarrollado productos y servicios para distintas necesidades en materia ambiental.
Contamos con varias líneas de crédito sostenible, con las que promovemos el uso de tecnologías limpias, energías renovables, aplicación de la economía circular, el uso de combustibles limpios y la reducción de residuos, entre otros. Incluso, ofrecemos una línea de financiación atada a indicadores de sostenibilidad para otorgar beneficios en tasa a aquellas empresas que cumplan con metas ambientales, sociales y de gobierno corporativo (ASG), y en la que hemos desembolsado casi 2 billones de pesos en menos de un año.
Y es una responsabilidad asumida para el largo plazo: en 2021, anunciamos el compromiso de evitar 9,3 millones de toneladas de CO2 a 2030, por medio de la financiación de energías renovables, eficiencia energética y movilidad sostenible por un monto de al menos 40 billones de pesos.
Además, hemos hecho cuatro colocaciones de bonos con criterios sostenibles en el mercado local, que en conjunto ascienden a 1,9 billones de pesos; buscamos fondos con criterios sostenibles, como el recientemente obtenido por 150 millones de dólares con Bank of America, y administramos más de 2,7 billones de pesos en activos bajo estrategias de inversión con criterios ASG. Estamos convencidos de que sumando esfuerzos con otros agentes podemos encontrar más y mejores soluciones.
Desde la Alianza de Inversionistas Globales para el Desarrollo Sostenible, convocada por el secretario general de la ONU, trabajamos para acelerar el flujo de recursos a iniciativas que contribuyan al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Participamos en iniciativas que buscan acelerar las acciones del sector financiero para lograr cero emisiones netas de gases de efecto invernadero, como Glasgow Financial Alliance for Net Zero (GFANZ), Net Zero Banking Alliance y Net Zero Asset Managers.
Localmente, colideramos el CFLI Colombia, una iniciativa respaldada por Michael Bloomberg para identificar y acelerar soluciones financieras a fin de que en el país se destine más capital hacia proyectos en sectores claves para la transición hacia una economía baja en carbono y resistente al cambio climático. Y una muestra del trabajo que hacemos con otras empresas es la alianza con Celsia para crear una plataforma de inversión que facilitará el desarrollo de proyectos de generación solar y servicios de suministro de energía generada por fuentes alternativas en las empresas, lo que, además, les permitirá tener un consumo energético más eficiente, menores costos y reducir sus emisiones de CO2 , entre otros.
El cuidado del medioambiente es una necesidad urgente, y todos los actores sociales deben vincularse. Es parte de una tríada que incluye acciones sociales y de gobierno corporativo, con las que nos aseguramos de que el negocio pueda trascender más allá de la rentabilidad, seguros de que el camino a seguir son los negocios sostenibles. Todos deberíamos estar haciendo ya negocios con criterios ASG
*Columna de opinión del Presidente de Bancolombia.
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