El Valle del Cauca es un destino del cual es muy fácil enamorarse. Así lo ratifica su gobernadora Clara Luz Roldán, quien se ha convertido en la principal promotora turística del departamento. Los paisajes, la calidez y la alegría de su gente hacen que la “magia vallecaucana no tenga comparación”, precisó la mandataria local. Aunque su oferta turística atrae visitantes durante todo el año, en Semana Santa es uno de los lugares favoritos para descansar y celebrar las tradiciones religiosas.
Buga, la ciudad señora del Valle de Cauca, es uno de los destinos de turismo religioso más representativos en Colombia. Hasta aquí peregrinan cientos de católicos durante estas fechas para visitar la Basílica del Señor de los Milagros o participar el Viernes Santo de una de las procesiones más emblemáticas del Santo Sepulcro en el país. En el municipio de Sevilla, al norte del Valle, la Basílica San Luis Gonzaga también cuenta con una programación especial para conmemorar la Semana Santa. Lo mismo sucede en Cartago, en la Catedral Nuestra Señora del Carmen; en Palmira, en la de Nuestra Señora del Rosario del Palmar; y en el corregimiento de Ricaurte, en Bolívar, en el santuario del Divino Eccehomo.
Ruta gastronómica
La variada oferta gastronómica es otro de los atractivos de la región. Si el plan es comer rico, en el Pacífico la diversidad de comida de mar es una gran opción. En los municipios del centro como Ginebra, Buga, Tuluá y Guacarí, los viajeros pueden disfrutar de platos típicos como el sancocho, el arroz atollado, el fiambre, la chuleta valluna y algunos postres como el manjarblanco y el dulce cortado.
Más hacia el norte, lo tradicional es el café y sus productos derivados, ya que 10 municipios hacen parte del Paisaje Cultural Cafetero del Valle. Aquí la invitación es a degustar platos como el canastado, el pollo a la carreta, y bebidas típicas como el polvorete y el trabuco.
Pueblos mágicos
El Valle del Cauca es el único departamento de Colombia que tiene cuatro municipios en la lista de ‘Pueblos Mágicos’ colombianos. Roldanillo, catalogado como un museo a cielo abierto por las obras de arte itinerantes que hay en las casas y en la plaza central; Ginebra, reconocido como un jardín botánico musical por sus espacios verdes y el tradicional festival de música Mono Núñez, además de la vocación cafetera de su comunidad; Sevilla, catalogado como un bello café a cielo, y Calima Darién, conocido como Calima mágico y ancestral, un escenario ideal para actividades de vela. Potencializar la vocación turística de cada uno de ellos es el objetivo de la Gobernación del Valle para fomentar la llegada de nuevos viajeros.
*Contenido elaborado con apoyo de la Gobernación del Valle.
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