Cuando se habla de los mal llamados adultos mayores inmediatamente lo asociamos con la disminución física y mental, pero en la actualidad esta población desafía todos los estereotipos. De hecho, se estima que el 67 por ciento de los latinoamericanos no creyeron jamás que iban llegar tan bien a la edad en donde ya se les clasifica como viejos.
Y es que ser viejo es un estigma que muchas personas no quieren aceptar por ser una palabra peyorativa que hace alusión a enfermedad y decadencia. Un ejemplo claro es la iconografía que describe a quienes tienen 60 o más años; en ello Brasil ha sido pionero legislando al respecto.
Tener hábitos de vida saludables y una mejor atención médica, así como una mayor conciencia sobre el cuidado y bienestar personal, ha hecho posible que los llamados adultos mayores hoy gocen de una vitalidad y energía que antes era impensable.
Sumado a los rápidos avances científicos y tecnológicos, nos encontramos hoy navegando hacia una nueva frontera: un aumento de longevidad en la que cumplir los 100 años será algo normal.
Se considera adulto mayor o tercera edad a la persona que ha cumplido 60 años. Aunque siempre me he preguntado cual es el rango de edad para identificar las edades. Yo no escucho que se refieren a una persona de 40 años con el rótulo de segunda edad.
Lo interesante es que el segmento demográfico que más crece es el de mayores de 60. Se estima que para el 2050 el 36 por ciento de la población en América Latina tendrá esa edad, mientras que la natalidad está en franco decrecimiento.
Las nuevas características de esta población nos muestran un grupo demográfico resiliente, lleno de sabiduría acumulada y una sed de vivir la vida al máximo. Su experiencia y conocimiento se han convertido en un recurso invaluable para las generaciones más jóvenes, quienes ahora buscan activamente su guía y mentoría.
En el ámbito laboral, los adultos mayores están desafiando las barreras generacionales. Muchos optan por prolongar su vida laboral, aprovechando su experiencia y destrezas para seguir contribuyendo al mundo profesional. Esta tendencia no solo ha enriquecido la diversidad y el intercambio de ideas, sino que también ha demostrado que la edad no es un obstáculo para seguir aprendiendo y creciendo. A pesar de que muchas empresas y organizaciones siguen teniendo resistencia a las personas que ya cuentan con más de 45 años, la OMS ha reconocido la importancia de abordar y promover una sociedad inclusiva y libre de discriminación basada en la edad.
En el ámbito de la tecnología están demostrando una adaptabilidad sorprendente. Han adoptado dispositivos inteligentes, redes sociales y aplicaciones móviles, desafiando la noción de que la tecnología es solo para las generaciones más jóvenes. Están conectados con el mundo y participan activamente en comunidades virtuales, compartiendo sus experiencias y estableciendo lazos más allá de las fronteras físicas.
En el ámbito económico, la denominada economía plateada trabaja las oportunidades de negocio relacionadas con el envejecimiento de la población y el consumo de las personas mayores. Esta industria en crecimiento abarca sectores como salud, bienestar, tecnología, ocio, turismo, vivienda, servicios financieros y más.
La capacidad de compra de los adultos mayores ha sido un importante estímulo para el crecimiento de la economía plateada. El aumento del poder adquisitivo en este segmento de la población ha llevado a la creación de productos y servicios específicos que atienden sus necesidades y preferencias, generando nuevas oportunidades comerciales novedosas.
Los adultos mayores se han convertido en pioneros de una nueva era, marcada por una larga y activa longevidad. Su vitalidad, sabiduría y participación activa en las sociedades son testimonio de que el envejecimiento puede ser sinónimo de crecimiento y plenitud. Con el pasar de los años, su presencia se vuelve cada vez más relevante y esencial para el tejido social.
Es por ello que debemos aprovechar y celebrar las nuevas características y aportes que ofrecen los adultos mayores. Ser viejo, como comúnmente somos denominados, hoy en día implica una actitud positiva hacia la vida, el aprovechamiento de las oportunidades y la apreciación de las experiencias vividas. Significa estar abierto al crecimiento personal y a la contribución activa en la sociedad.
Ser viejo es un privilegio que nos brinda la oportunidad de dejar un legado, inspirar a otros y disfrutar plenamente de la vida. Por ello es bueno adoptar una mentalidad Perennial, la que nos permitirá mantenernos vigentes y activos con una actitud positiva y abierta hacia esta etapa, reconociendo que la vida sigue siendo plena y llena de posibilidades, independientemente de la edad que tengamos.
*Conferencista y escritora