El cambio no solo era repentino sino drástico. En julio pasado, jugadores, cuerpo técnico y dirigencia debieron abandonar el Caribe y viajar casi 900 kilómetros para instalarse en un nuevo hogar, a más de 2.600 metros sobre el nivel del mar. Su identidad también sufría una transformación: el mismo equipo al que pertenecían, que llevaba 20 años bajo el nombre de Valledupar y jugando en esa ciudad, pasaba a llamarse Real Soacha Cundinamarca.

Todo era nuevo. Desde el renovado escudo que ahora defendían y los colores del uniforme, hasta la cotidianidad y el clima. El plantel se instaló entre Ciudad Verde, Hogares Soacha y Terreros, y dejaron de ser solo colegas. Ahora también eran vecinos y apoyo en un lugar desconocido para la mayoría.

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“Fue una decisión de las directivas que nos comunicaron el cambio de ciudad. Llegamos a la capital y encontramos diferencia en muchas cosas”, recordó Julián Barragán, técnico del equipo. “Pero entendíamos que en Soacha venían beneficios para todos en la institución”. Sin embargo, no era fácil verlos tras los primeros días de la mudanza.

La incertidumbre era total. Pero se disipó en el primer partido como locales, apenas dos semanas después de instalarse en Soacha. Más de 7.000 aficionados fueron a apoyarlos esa tarde del 23 de julio en un estadio Luis Carlos Galán Sarmiento prácticamente lleno, y desde entonces se han sentido rodeados en su objetivo de ascender a la primera división.

“Hemos estado emocionados por el apoyo que hemos recibido en Soacha”, dijo Nicolás Baena, presidente del equipo. “Ha sido un placer ver cómo nuestro equipo se ha convertido en un plan familiar muy querido y un símbolo de unión en la comunidad. Es gratificante ver que incluso contamos con un grupo de seguidores quienes se autodenominan ‘El Escuadrón Xuachuno’”.

El apoyo cada vez es más grande, y la nostalgia por los días en Valledupar más pequeño. “La gente nos hace sentir el cariño en las calles y en el estadio”, aseguró el técnico Barragán. “Estamos muy contentos. Queremos brindarle muchas alegrías a la ciudad”.

El plantel se instaló en los sectores de Ciudad Verde, Hogares Soacha y Terreros, del municipio de Soacha. | Foto: Jorge Serrato

No es la primera vez que el fútbol profesional convoca masivamente en Soacha. Una ilusión similar se vivió en el pasado con Unión Soacha (2000-2001), Juventud Soacha (2008-2009), Expreso Rojo (2011) y Tigres FC (2016). “Nos sorprendió gratamente descubrir cuánto se aprecia y ama este deporte aquí. Creemos que esta ciudad puede convertirse en un epicentro importante para el fútbol profesional”, aseguró Baena.

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La afición en la ciudad por este deporte se explica también en la pasión histórica por practicarlo. Por algo hay una “abundancia de escuelas de fútbol en el municipio”, según Baena. Soacha ha sido trampolín de varios jugadores que han terminado en el profesionalismo, desde el arquero Julio Alfredo Galarza en los sesenta y el defensa Heliodoro Vásquez en los setenta, hasta el volante Christian Huérfano que vivía en la ciudad al debutar en Millonarios en 2017.

Justamente el Real Soacha Cundinamarca podría ser la vitrina que muchos soachunos pedían para aspirar al profesionalismo. De hecho, el 25 de septiembre en los escenarios Tibanica, León XIII y La Arenosa, el equipo empezó a hacer pruebas para reclutar jugadores de todas las edades del municipio y de Cundinamarca. Una razón más para pensar que, con la llegada del nuevo equipo, muchos ganan en Soacha.

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