Lomas de Matunilla es un corregimiento perteneciente al municipio de Turbana, en Bolívar. Allí habita una de las tantas comunidades cuya economía depende en gran parte de la pesca, agricultura o ganadería, que se genera alrededor de los caños, ciénagas y diferentes cuerpos de agua que subyacen en el Canal del Dique.
A diario, muchos de sus habitantes usan una canoa para navegar entre las aguas dulces de los pequeños canales que se conectan a la corriente principal del Canal buscando alguna de las bahías del mar Caribe para poder pescar. Además, entre estas tierras, que durante muchas épocas del año permanecen inundadas, han logrado sembrar cultivos que, aunque en su mayoría son para su propia alimentación, también pueden vender o intercambiar con comunidades aledañas.
Como muchas de las obras de restauración implican una recuperación de la esencia natural de estos ecosistemas, en los que hoy se mezclan el agua dulce con la salada debido a las intervenciones humanas, Sacyr ha preparado diversos proyectos que contemplan la mitigación de lo que podría conllevar el impacto de esa recuperación.
“Cambios va a haber. Eso no se puede evitar. Es clave encontrar los mecanismos para evitar que sea algo dramático. Para nosotros lo importante es que podamos seguir cultivando y pescando. De pronto no en los mismos sitios, pero sería bueno encontrar otros sitios más productivos”, cuenta Tomás Teherán, presidente del Consejo Comunitario de Comunidades Negras de Lomas de Matunilla.
Carlos Rosado, vocero de Sacyr, la firma a la que se le adjudicó este ambicioso proyecto, explica que existen varias propuestas al respecto. “Si uno se fija, ellos tienen que transportarse hasta la bahía de Barbacoas a pescar porque aquí la oferta es baja. Con el proyecto se busca que no tengan que ir tan lejos y que al contrario encuentren aquí una mejor oferta de peces. Incluso de mejor calidad”, afirma.
Lomas de Matunilla es una de las cuatro comunidades que van a quedar después de la esclusa de Puerto Badel, en la que se controlará el paso de sedimentos hacia el mar Caribe. Esto implica que sea necesario sellar muchos de estos canales de agua dulce para que no se mezclen. Es decir, muchos de esos canales cercanos a las bahías ahora serán de agua salada.
Pero el proyecto contempla continuar la provisión de agua dulce a estos municipios a través de canales de aprovisionamiento laterales. Además, para que las comunidades no tengan inconvenientes para movilizarse, se van a instalar pasos de canoas que les permitirá pasar sin inconvenientes de estos caños al canal.
La recuperación de ecosistemas, el gran objetivo
Otra de las inquietudes de las comunidades tiene que ver con el impacto en la fauna debido a la operación de las esclusas. Recordemos. Las obras del Canal contemplan la instalación de compuertas en el municipio de Calamar, Atlántico, donde nace el Canal como una bifurcación artificial del río Magdalena. Allí se busca controlar el paso del agua.
¿Qué pasará con las especies de peces que ya no puedan pasar del río al Canal por esa compuerta? “Aquí hay unas especies de peces que se crían y reproducen, que viajan al embalse. Cuando haya la remoción es probable que migren. La gente consume y vende eso. Tenemos miedo de que al cambiar la dinámica esas especies desaparezcan”, dice Marilyn Morales, representante del Consejo Comunitario de Luruaco, Atlántico.
Pero la respuesta ambiental y técnica es clara. No habrá ningún impacto en ese sentido. “Eso es más un mito. Los peces no van a desaparecer. Por el contrario, el proyecto busca repotenciar la oferta de esas especies en las ciénagas, porque en el Canal hoy nadie pesca. De hecho, en los últimos meses nos hemos encargado de mostrarles la oferta real de peces, que es cada vez menor aun cuando ningúna obra ha comenzado. Las compuertas contemplan unos pasos para los peces por lo que su dinámica natural podrá ser la misma”, explicó Rosado.
Además, el vocero agregó que la seguridad alimentaria de las comunidades es algo fundamental. Por eso, se contempla una serie de proyectos comunitarios que buscan, además de monitorear el estado de la fauna, liderar la consolidación de entornos de pesca y siembra en los sitios más adecuados.
“Este es un proyecto muy importante para nuestra comunidad, porque va a traer muchos beneficios. Queremos crear un punto turístico para que la gente pueda mirar el funcionamiento de las compuertas. Los jóvenes de nuestra comunidad están más que listos para que, con ayuda de Sacyr, inicien las capacitaciones que nos permitan participar en el proyecto”, dijo al respecto Jose Luis Acevedo, representante legal de las comunidades negras de Puerto Badel, el corregimiento donde se instalará una de las esclusas que regulará el paso del sedimentos hacía la bahía.
Voces del Agua
Transformar una región, que incluye 19 municipios de los departamentos de Atlántico, Bolívar y Sucre, es la apuesta del megaproyecto del Canal de Dique. Voces del Agua plasma la vida cotidiana, el pasado, el presente y la esperanza de quienes habitan a orillas del río. La Agencia Nacional de Infraestrucura (AN) apuesta por el diálogo permanente para que la recuperación ambiental, social y económica de la región sea posible.
*Contenido elaborado con apoyo de Ecosistemas del Dique.