El municipio de Toca, en Boyacá, es el escenario donde transcurre la historia Retratos del campo: mujeres de tierra y agua, un trabajo audiovisual que reúne los efectos que ha tenido el cambio climático en el departamento y en la vida cotidiana de estas mujeres, y que fue nominado a Mejor Corto Documental en la séptima versión del Festival Internacional de Cine en Las Montañas, que se llevará a cabo en Salento, Quindío, del 13 al 19 de julio.

Durante tres días, La Combi Producciones y la organización Climalab, una entidad de jóvenes colombianos que trabaja por la educación frente al cambio climático, realizaron entrevistas, tomas de paisajes y de imágenes de apoyo para contar las implicaciones del daño ambiental en el departamento de Boyacá.

A partir de un enfoque de género, este video documental también evidencia las múltiples cargas que tienen las mujeres campesinas que trabajan la tierra y además deben encargarse de las tareas domésticas. Emilce Valiente Chitivo es una de ellas. Su testimonio profundiza en la necesidad de preservar ecosistemas como el de los páramos y en una realidad que le preocupa: no están preparados para resistir temperaturas muy bajas, uno de los fenómenos que se ha agudizado por el calentamiento global. Por eso, cuenta, están trabajando fuertemente para proteger los cultivos de posibles daños ambientales generados por temperaturas por debajo de los ocho grados bajo cero.

Justamente, Maria Alejandra Téllez Correa, directora ejecutiva de Climalab, explica que Retratos del Campo es un cortometraje en el que se muestra la relevancia de los campesinos y de las mujeres que luchan contra los efectos del cambio climático desde hace varios años. “En la investigación previa encontramos que los campesinos proveen el 83,5 por ciento de alimentos que consume el país, y entre el 60 y el 80 por ciento de estos son producto del trabajo de las mujeres. Adicionalmente, comprobamos los efectos del cambio climático. Solamente en febrero de 2020 las heladas arrasaron unas 48.000 hectáreas de cultivos alimenticios afectando a 14.555 familias en 59 municipios de Boyacá”, detalla Téllez.

Durante 26 minutos, en el corto se contextualizan los cambios de la Tierra en los últimos años y sus consecuencias en la seguridad alimentaria. Otro de los fenómenos que se tocan tangencialmente es la ausencia de un relevo generacional debido al continuo desplazamiento de los jóvenes a las ciudades en busca de mejores oportunidades.

Raúl Ocampo, codirector audiovisual del documental, asegura ilusionado que “ganar la Palma de Cera del Quindío tendría unas implicaciones simbólicas muy importantes”. Sin embargo, solo la nominación los deja muy contentos pues es el reconocimiento a una apuesta por visualizar una problemática que requiere mayor atención de la ciudadanía y las autoridades ambientales.

Lea también: Hábitat para la paz, el proyecto de investigadores de la Javeriana y reinsertados de las Farc que busca mejorar las condiciones de vida en los espacios de reincorporación

Escuche también: “A punta de papa y yuca”: así se hicieron las grandes glorias del ciclismo colombiano