¿Cómo lograron pasar de 2.703 millones de pesos de utilidades en 2015, a más de 78.000 millones en 2021?

LUIS ROBERTO RIVAS MONTOYA: Uno de los aspectos más relevantes de este incremento, es que, en 2016, las utilidades fueron de 30.000 millones de pesos. De ahí en adelante la tendencia fue al alza, solo se detuvo en pandemia, aunque igualmente con resultados favorables para lo que significó la crisis sanitaria. Todo esto obedece a un cambio de modelo en la gestión de la Industria Licorera de Caldas (ILC), que venía de una situación muy crítica, con pérdidas de ingreso y de mercado y problemas reputacionales complejos. Se llegó a pensar que la operación de la Licorera no era viable.

¿Qué decisiones impulsaron esas grandes transformaciones de la ILC?

L.R.R.M.: Definitivamente el entender a tiempo que la única manera de recuperar la Licorera era comenzar a gestionarla como una empresa privada, aun siendo ciento por ciento pública. Eso significó una decisión política fundamental: el entonces gobernador de Caldas Guido Echeverri Piedrahita les anunció a los grupos políticos que acompañaron su candidatura que la ILC ya no se iba a repartir.

¿Qué implicó ese anuncio?

L.R.R.M.: Por ejemplo, que los cargos de gerentes ya no se designarían por recomendaciones políticas. Incorporamos nuevos procesos bajo el liderazgo de una psicóloga organizacional, que facilitó la conformación de equipos con personas muy preparadas en mercadeo y ventas, y en el área de manufactura y producción. Adicionalmente, se decidió que los miembros de la junta directiva debían venir del sector privado y contar con una experiencia similar. Para que tengan una idea más clara de lo que ocurría en la ILC, no había ni una estructura de costos. De hecho, no se sabía ni cuánto costaba hacer una botella. Entonces, se dejó de trabajar bajo un modelo de manual de funciones y se priorizaron los procesos. Además, se constituyó un gobierno corporativo, un acuerdo entre Gobernación de Caldas y la Licorera para tomar decisiones sobre cómo gestionarla.

Luis Roberto Rivas Montoya, gerente de la Industria Licorera de Caldas, ha liderado un proceso de transformación que los llevó a alcanzar cifras de venta históricas. | Foto: Cortesía Licorera de Caldas

¿Y qué impacto ha tenido en el tiempo?

L.R.R.M.: Ahora la junta directiva se elige cada cuatro años, todos los miembros se reemplazan en la mitad del periodo del gobernador; y ningún funcionario público puede hacer parte de esta, salvo él, quien debe presidirla. Esto impulsó una operación más técnica y permitió destinar el 40 por ciento de las utilidades a la inversión.

¿En qué se han concentrado las inversiones?

L.R.R.M.: Solo modernizar la planta de producción ha requerido de al menos 82.000 millones de pesos, y la transformación digital, de unos 8.000 millones de pesos. En esto y la ampliación de mercados se ha destinado una buena parte de este 40 por ciento de los recursos. El 60 por ciento de los excedentes o de las utilidades de la Licorera se quedan en el departamento. De esa cifra, el 51 por ciento se invierte en salud y en educación, y otro porcentaje en cultura y deportes; además del impuesto al consumo, que representa alrededor del 65 por ciento del costo de una botella.

Por primera vez en su historia la Licorera tiene un Programa de Responsabilidad Social Empresarial. ¿En qué han podido avanzar a través de su implementación?

L.R.R.M.: Nos enorgullece el ejercicio de responsabilidad social ambiental que desarrollamos. Tenemos 270 hectáreas de bosque protegido, la certificación Bureau Veritas carbono neutro alcance 3, y huella hídrica, y estamos trabajando en iniciativas de economía circular como ‘Mi escritorio’. Como parte de nuestra política de recuperación de envases y empaques, los recolectamos y enviamos a una fábrica de Medellín, donde los transforman en escritorios para las escuelas del departamento de Caldas.

El cambio también impactó a los canales de distribución. ¿Cómo están funcionando ahora?

L.R.R.M.: Pasamos de tener una distribución mayorista a una empresa con una fuerza de distribución tienda a tienda; y comenzamos a enfocarnos en la fijación de precios, promociones, construcción y fortalecimiento de marcas. En este proceso en particular la innovación ha desempeñado un rol muy importante para la creación de nuevos productos, nuevas presentaciones, envases, etiquetas y cajas.

En cuanto a la internacionalización, ¿cuál ha sido la estrategia que les ha permitido llegar a 21 países?

L.R.R.M.: Ha sido una labor titánica, principalmente porque en el esquema de empresa pública bajo la que funcionaba la Licorera en 2015, esta era un área desasistida y por eso solo se llegaba a cuatro países. Creamos un área de comercio exterior, estudiamos los mercados y captamos talento que había laborado en Procolombia para la captación de distribuidores internacionales. Sin embargo, nos ha tocado desafiar las restricciones.

¿Cuál de esos mercados internacionales ha representado el mayor desafío?

L.R.R.M.: El mercado de Estados Unidos, donde queremos estar todos, que exigió cambios en el esquema de distribución; y España, que sigue representando un reto importante. Ahora vamos a llegar a Suiza, Francia y al norte de Italia y estamos visualizando cómo incursionar en el Reino Unido y en Venezuela, que en otra época fue un buen mercado para la Licorera de Caldas.

¿Cuáles son las metas a corto y mediano plazo?

L.R.R.M.: Para 2015, facturábamos 119.000 millones de pesos y vendimos cerca de 20 millones de botellas, este año esperamos que la cifra llegue a 420.000 millones de pesos y comercializar unos 41 millones de botellas. La meta para el año entrante es alcanzar los 580.000 millones y 50 millones de botellas. Además, tenemos ya visualizados los nuevos productos que vamos a lanzar en 2023 y 2024.

*Contenido elaborado con apoyo de la Industria Licorera de Caldas