Los ‘elefantes blancos’, como se les ha llamado a las obras de infraestructura inconclusas que despilfarran recursos públicos en Colombia, no son una novedad para los ciudadanos. Suspensión, un documental del director Simón Uribe, retrata los detalles de una carretera que pretendía conectar el piedemonte amazónico con el centro del país y terminó en otra promesa incumplida en Mocoa, Putumayo. El largometraje ha sido seleccionado en 15 festivales documentales del mundo y el próximo 29 de julio espera conquistar las salas de cine colombianas.
Esta historia de un fracaso es solo un ejemplo de las obras inconclusas en todo el país. Según la Contraloría General de la Nación, en Colombia existen actualmente 1.527 estructuras físicas incompletas que han significado la pérdida de 23,3 billones de pesos en recursos públicos.
Suspensión, de acuerdo con Simón Uribe, no nació con el objetivo de registrar un ‘elefante blanco’, pero en la mitad del proceso de producción evidenciaron las consecuencias de una obra inconclusa y la carretera San Francisco - Mocoa, que nunca existió, se convirtió en la protagonista de la película. Asegura que también que muchos colombianos podrán sentirse identificados con esta historia: “Estamos muy contentos de que se presente en salas colombianas porque podríamos encontrar una lectura mucho más situada en un presente político de indignación y en sentimiento de desazón”, relata el creativo.
La película nace de una investigación que inició en el 2008 con el objetivo de entender la manera en la que el Estado hacía presencia en el piedemonte amazónico. Más adelante, en 2012, el equipo de Viceversa Cine y Tempestarii, empresa productora de la película, buscaba registrar la expectativa y la esperanza que significaba para los habitantes de una región olvidada como la Amazonía la posibilidad de viajar a otros municipios del país por una vía distinta al “trampolín de la muerte”, una carretera muy peligrosa conocida por los múltiples accidentes ocurridos para llegar al centro de Colombia.
Hoy, esa situación persiste en la zona. El largometraje le permitirá conocer al público cómo una promesa de megaobra de última tecnología es ahora una infraestructura sin terminar donde la gente se toma fotos. Joaquín Uribe, productor de la película, explica que en la producción participan ingenieros, obreros, habitantes locales y distintas familias que a partir de la multiplicidad de voces, muestran la indignación que despiertan estos incumplimientos. “Ese ejercicio de autocrítica que hace la película, porque revisa intentos fallidos de nación, no lo han hecho los gobiernos. Paradójicamente, somos los cineastas e investigadores quienes hacemos la tarea desde el trabajo artístico”.
Precisamente por eso, desde mediados de 2019 hasta ahora, el documental ha sido reconocido por más de 15 festivales alrededor del mundo. Por ejemplo, en el Festival de Documental de Amsterdam, en la categoría de ópera prima, se presentaron más de 200 producciones y seleccionaron 10, entre esas Suspensión.
En Colombia hay gran expectativa sobre su estreno. Manuel Kalmanovitz, crítico de cine, es uno de ellos. Comenta que es probable que Suspensión haya llamado la atención a nivel internacional porque logra algo poco común, encontrar en los desastres de la realidad algo hermoso y poético: “Su figura central, esta carretera inconclusa en medio de la selva, es un desastre y convertir eso en algo lindo de ver es increíble”, concluye.
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