Tumaco le apuesta al deporte para alejar a niños y jóvenes de la violencia que aqueja a las comunidades más vulnerables del Pacífico colombiano. Durante los últimos siete años, a través de la Fundación Fútbol Pazífico se han fortalecido los proyectos de vida de más de 300 niños y adolescentes entre 7 y 18 años.

El programa de fútbol funciona como una actividad extracurricular. Simón Zuluaga, gerente de la Fundación, explica que no buscan reemplazar al colegio. De hecho, precisa, “uno de nuestros pilares es que quien no estudia, no juega. Queremos que los niños y jóvenes participen en la fundación pero que no abandonen sus estudios”.

Aprender a ganar y a perder, a jugar en equipo, a tener disciplina y constancia son algunas de las enseñanzas para la vida que adquieren gracias al fútbol. Además del entrenamiento deportivo, reciben charlas y talleres sobre educación sexual, educación financiera, emprendimiento, liderazgo y oratoria. La Fundación también apoya a quienes están terminando su bachillerato con cursos de pre ICFES y herramientas digitales.

Robert López, entrenador de Fútbol Pazífico desde 2019, cuenta que “el nivel socioeconómico de nuestros niños es muy bajo, por eso el deporte se convierte en un reto que los impulsa a tener sueños y a alejarse de la violencia”.

Estos niños y jóvenes tienen la oportunidad de viajar, participar en torneos y representar a Tumaco. “Según los datos que hemos recogido, en promedio uno de cada diez niños se gradúa de la escuela en el municipio, mientras que de los niños que hacen parte de la Fundación y reciben apoyo, se gradúan 8 de cada 10”, agrega Zuluaga.

Desde que arrancó Fútbol Pazífico, 27 jóvenes se han convertido en deportistas profesionales. Sebastián Grueso, 18 años, es uno de ellos. Actualmente juega para el Bogotá Fútbol Club. “Lo que más me gustó del proyecto es que apoyan a todos los jóvenes. Nos ayudan a mejorar nuestro rendimiento deportivo y a ser mejores cada día. Yo llevo cinco años en este equipo de fútbol y ahora estoy tomando clases de inglés”.

Aunque el proyecto recibe donaciones en especie por parte de la alcaldía de Tumaco, el mayor aporte viene desde el sector privado. Y lo cierto es que una de las mejores maneras de contribuir en la transformación social de ‘la perla del Pacífico’ es apadrinando a sus niños y jóvenes.