Durante más de 20 años Isidoro Perea Cuesta trabajó como cochero y palero en el corregimiento de Currulao, en Turbo, Antioquia. Hasta hace poco su principal herramienta de trabajo había sido ‘Blanco’, un caballo que todas las mañanas se encargaba de transportar las piedras y arena que sacaba del río.

Aunque en esta región, como en muchas otras del país, el uso de los animales para estas actividades es una práctica común y hasta tradicional, según algunos, también constituye una forma de maltrato, pues los animales son sometidos a largas jornadas cargando un peso casi imposible de soportar.

Buscando frenar esta problemática y proponer una alternativa para personas que derivan su sustento de ella como Isidoro, la administración del distrito de Turbo implementó el proyecto Sustitución de vehículos de tracción animal. El pasado 6 de marzo arrancó la primera fase que impactará positivamente a 42 ecuestres y a las familias que los utilizaban para su trabajo.

Gracias a una labor conjunta entre la Alcaldía de Turbo y la Gobernación de Antioquia se logró encontrar una solución eficaz para todas las partes, pues los caballos han sido la única fuente de sustento para los cargueros y de ellos depende buena parte de la economía en la región.

Por esta razón, el proyecto estableció que los equinos serán relevados por 35 motocarros y siete unidades productivas que les darán el sustento a sus anteriores familias. “Este proyecto apunta a los retos que yo llamo faros de nuestro gobierno: el cuidado, la defensa y la protección de la vida de estos caballitos”, aseguró Luis Fernando Suárez, gobernador encargado de Antioquia.

Por su parte, el alcalde de Turbo, Andrés Felipe Maturana, dijo que la meta para este año es sobrepasar esa cifra de 42 caballos y lograr la erradicación total de la tracción animal en el distrito. Hoy son cerca de 180 animales los que hacen trabajo forzado en las calles.

Currulao es la primera zona elegida para llevar a cabo este proyecto que mejorará la calidad de vida de los caballos y sus custodios, pues como lo manifiesta la administración del distrito, este es el corregimiento más grande de Colombia y la zona con mayor actividad para los cocheros que trabajan con equinos.

Adoptar un caballo

La otra parte del proyecto consiste en buscar familias que quieran adoptar a los caballos y ofrecerles un ambiente propicio para su descanso y bienestar. Los primeros en postularse fueron los miembros de la familia Vivares Mazo, quienes formalmente tendrán a su cargo a ‘Blanco’.

Durante el evento de lanzamiento del proyecto, al que asistieron las familias beneficiarias, funcionarios de la gobernación de Antioquia y de la alcaldía de Turbo, diputados, representantes de fundaciones animalistas y algunos alcaldes de la región del Urabá; la mayoría de los cargueros no pudo ocultar la nostalgia por tener que separarse de los animales que durante años fueron su compañía y medio de trabajo. Sin embargo, son conscientes de la necesidad de brindarles un ambiente adecuado y libre de estrés.

Isidoro y sus 41 compañeros asistieron a clases teóricas y prácticas para aprender a manejar sus nuevos vehículos. “Es una muy buena oportunidad para nosotros cambiar esa forma, porque los animales han estado trabajando muchos años y ahora con los motocargueros podemos seguir haciendo la actividad con el acompañamiento de la administración del distrito”, asegura.

Juan Carlos Mesa, otro de los cargueros beneficiados, quien entregó a su caballo ‘Chaval’ a una familia que reside fuera de Antioquia, asegura que el proyecto también les ha ayudado a mejorar su situación económica. “Con el motocarro estoy cargando arena, pero también haciendo otras actividades que antes no podía como trasteos y entrar de noche al río”.

Desde la Alcaldía aseguran que el proyecto representa uno de los momentos más importantes en la historia de Turbo, ya que es un gran paso para anular las formas tradicionales de trabajo a través de los animales. De la misma manera, la Gobernación de Antioquia resalta el compromiso con la protección de los animales, el cual quedó consagrado en el Plan de Desarrollo y se ha materializado en acciones como la creación de la Gerencia de protección y bienestar animal.

Según Carlos Ignacio Uribe, secretario de Ambiente y Sostenibilidad de Antioquia, la estrategia de la gobernación está enfocada en alcanzar una meta de 695 vehículos de tracción animal sustituidos. “Zonas como el Urabá antioqueño concentran el 65 por ciento de esta problemática y en Turbo está cerca del 25 por ciento, por eso lo escogimos como proyecto piloto y nos ha servido para entender la realidad de lo que estamos afrontando”, asegura Uribe.

Este proyecto ha contado con el apoyo de diferentes instituciones como la Asamblea del departamento y se ha convertido en un ejemplo gracias a la gestión de los alcaldes y los ciudadanos que se han volcado a respaldar la iniciativa. Actualmente, Antioquia ha logrado censar a una buena parte de los animales utilizados para labores de carga y trabaja en la obtención de recursos para cumplir la meta de acabar por completo con este tipo de maltrato animal.

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