Hace casi una década Miguel Torres, Laura Romero y David Londoño recorrieron durante cuarenta días, a pie y en kayak, el río Magdalena. La travesía fue transformadora. Cada municipio que visitaron, los paisajes que fotografiaron, la gente con la que hablaron les permitió entender al país desde una perspectiva muy distinta a la que tenían desde su conciencia urbana. Colombia, desde sus entrañas, les despertó el interés de conocerla más y mejor y de querer que otros vivieran una experiencia similar.
De regreso, lo organizaron todo para abrir una operadora de viajes en kayak que fracasó en el intento. Sin embargo, esto no los hizo desistir de la idea de que el turismo era la ruta a través de la cual querían aportar al país y crecer como empresarios. “Teníamos el deseo de hacer accesible los destinos, las experiencias y esa aventura vivida durante ese viaje por el Magdalena, a todo el que quisiera conocer Colombia”, comenta Torres. En 2013 comenzó la operación de la agencia Awake Travel; para entonces, ninguno de sus fundadores superaba los 25 años. Hoy la agencia es un marketplace de turismo y conservación, con más de 60 ofertas de viajes enfocados en la sostenibilidad: avistamiento de aves, de fauna en general, caminatas, visitas a parques nacionales y a comunidades locales.
Al inicio Miguel, Laura y David eran los guías de las experiencias que ofrecían, pero al poco tiempo se percataron de lo necesario que era vincular a los anfitriones locales. “Nos dimos cuenta de que la clave de la sostenibilidad del turismo, de la conservación y del turismo regenerativo está en que ellos sean los protagonistas de esta actividad, que generen y apropien valor y que eso se traduzca en procesos de conservación”, precisa Torres, cofundador de Awake.
Con el tiempo su relación con las comunidades se fortaleció. La confianza llegó a medida que que su labor y reputación se fue extendiendo en los territorios. “Algunas veces nos contactan y entran en un proceso de curaduría en el que evaluamos en qué nivel de desarrollo está su oferta para ver si es posible incluir esa experiencia en nuestra plataforma”.
Adicionalmente al trabajo de la agencia de viajes, el equipo de Awake desarrolla negocios locales de turismo de naturaleza: van al lugar y buscan anfitriones que ejecuten procesos de conservación de la biodiversidad y puedan generar ingresos como incentivo. “Trabajamos con ellos de forma articulada para entender la oferta, mejorarla o adaptarla. Luego de que están listas para ser comercializadas, iniciamos un proceso de mercadeo y campañas con influenciadores”. Aunque entre los objetivos se prioriza la visibilización de los destinos y garantizar la llegada de viajeros, el propósito final de Awake es empoderar a estas personas para proteger la naturaleza, “el turismo es una ruta para hacerlo posible”, aclara Torres.
Hoy estos anfitriones conservan, de forma directa, 80 mil hectáreas de ecosistemas. “Eso es un tamaño equivalente al Parque Nacional Natural Chingaza”, advierte Torres. También llevan registro de cambios de comportamiento de personas que antes degradaban la naturaleza y hoy en día son actores de la conservación, como “cazadores que dejaron de serlo”, dice.
Los resultados les han permitido concretar alianzas como la que establecieron con UK PACT, un programa de inversión del Reino Unido para contrarrestar el cambio climático, a través del cual se determinó una reducción del 100 por ciento de la tasa de deforestación alrededor de los atractivos turísticos y los anfitriones, en 36 municipios colombianos donde Awake realizó acciones; entre un total de 76 municipios en observación. En los lugares donde la agencia intervino, el número de turistas se incrementó en un 30 por ciento y los empleos por turismo en un 16 por ciento.
Descubrir Colombia
Torres explica que el proceso de paz ha sido determinante para el turismo en el país. “Las mejoras graduales de seguridad, desmovilizaciones de grupos armados, entre otros acontecimientos, han tenido un impacto en el crecimiento del sector y abrió posibilidades a nuevos destinos. Los colombianos quisieron conocer Colombia y los extranjeros comenzaron a llegar para descubrirla. Regiones donde era imposible ir hace unos años hoy son destinos turísticos, con servicios operados por víctimas, excocaleros o excombatienes”.
En 2013, un estudio de mercado determinó que el turismo de naturaleza en el mundo era de 263 billones de dólares, “que si bien es grande, era más o menos un tema de nicho”. Cinco años después, una investigación similar reportó que había crecido a cerca de 745 billones de dólares, “es decir que se triplicó en 5 años la demanda global de este tipo de turismo y se proyecta que será de 1.600 billones de dólares en el 2026”.
Para Torres, factores como la urbanización de la población y el hecho de que ahora la gente viaja más han contribuido al crecimiento del turismo de naturaleza, sostenible, basado en los paisajes, la biodiversidad y los ecosistemas. “La naturaleza se volvió exótica, escasa y de alguna manera se ha elevado la conciencia en torno a ella”; también la transformación del turismo hacia lo experiencial. Mientras en los años 80 el ideal de vacaciones perfectas estaba asociado exclusivamente a ir a un hotel o a un resort, ahora la expectativa incluye actividades y destinos basados en la experiencia, “donde los viajeros están interesados en conocer culturas, hacer visitas de inmersión, encontrar bienestar y aventuras en nuevos destinos; es un turismo además asociado a hobbies, fotografía, deporte, entre otros”.
El crecimiento del turismo de naturaleza también responde a su masificación, porque anteriormente estaba reservado para los viajeros V.I.P. que hacían safaris en África o ecolodge de mil dólares por noche en Costa Rica; o era característico de mochileros y campistas. El perfil de este tipo de turismo se amplió. “Cada vez hay más gente común y corriente, de gasto medio, que busca este tipo de experiencias”. De hecho, un reporte reciente de Booking indica que más del 75 por ciento de los viajeros han manifestado interés en escoger destinos sostenibles . Para Colombia este contexto representa una “oportunidad de oro”, tomando en cuenta su riqueza biodiversa por metro cuadrado.
Este tipo de viajes no es económico y esto se debe, principalmente, a los costos de traslado que, según Torres, “representan entre el 40 y 50 por ciento de la inversión en una experiencia promedio. Sin embargo, la naturaleza ofrece diversas posibilidades y presupuestos y parte del trabajo consiste en encontrar opciones de viaje que puedan estar al alcance de todos, que sean significativas, en un lugar espectacular para compartir en familia y amigos”, comenta.
La pandemia también ha jugado un rol decisivo en este proceso. En principio el pánico impactó las reservas que llegaron a cero, pero luego la reactivación del sector se dio a través del turismo doméstico. Al final, la crisis sanitaria contribuyó a acelerar el desarrollo del turismo de naturaleza. “Todos los reportes de investigación de mercados, de tendencias de viaje en general durante la crisis sanitaria, indican que buscar experiencias al aire libre, se convirtió en un ideal de viaje y eso es lo que estamos viendo en la reactivación, personas que buscan destinos donde no haya aglomeraciones en espacios confinados, que es lo que ofrecen los escenarios naturales”.
Torres cree que ya se puede hablar de una senda de recuperación del sector turismo en Colombia. En el el caso de Awake Travel, en noviembre de 2020 alcanzaron el nivel de ventas prepandemia. Para el inicio del 2021 reportaron un crecimiento del ciento por ciento y proyectan que para el cierre de este año la cifra alcance el 200 por ciento, con respecto al año previo a la llegada de la crisis sanitaria. “Los números de la reactivación son muy interesantes, sin desestimar lo duro que ha sido para quienes vendían solamente el mercado internacional, a quienes también hemos buscado apoyar a través de alianzas”.
Hoy en día, entre los destinos más visitados por turistas internos, según datos de Awake Travel, se destaca La Guajira, Caño Cristales, Guainía y los cerros de Mavecure y todo el Pacífico para el avistamiento de ballenas, “pero también hay muchos destinos emergentes como el río Guejar, que hasta hace unos años no era un destino turístico; el río La Miel, en Caldas, además de Casanare con sus safaris, que es una experiencia increíble”, puntualiza Torres.
Awake Travel recibió un reconocimiento por su contribución para la conservación de la vida silvestre en Colombia, en la primera edición del Premio de Turismo Responsable de WTM Latin America. Torres asegura que hay mucho por hacer y que seguirán en su apuesta por el turismo de naturaleza como herramienta de desarrollo socioeconómico en los territorios y vehículo para la conservación del medioambiente. “Debe convertirse además en una opción de sustento en la ruralidad; un incentivo para continuar con la labor de protección de los ecosistemas”, concluye.
*Periodista.
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