Este miércoles 14 de agosto un grupo de 144 estudiantes de Bogotá y de otros 15 departamentos del país se graduaron del diplomado de Turismo Rural Sostenible del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo. Una iniciativa liderada por Fontur, en alianza con la Fundación Panaca, que contó con la participación de indígenas de nueve pueblos interesados en impulsar proyectos turísticos en sus regiones.
El objetivo principal del diplomado es garantizar que los participantes adquieran habilidades y experiencias sobre la gestión efectiva del turismo rural y así puedan promover proyectos viables, sostenibles y responsables con el medioambiente.
“Este diplomado es una herramienta muy valiosa en el proceso que avanzamos para fortalecer la competitividad de nuestros destinos. En el Gobierno del Cambio trabajamos por un turismo sostenible que vincule las economías populares y fomente los proyectos de emprendimiento, para así dinamizar la economía en los territorios”, afirmó Luis Carlos Reyes, ministro de Comercio, Industria y Turismo.
Estos líderes del turismo se reunieron durante 30 días en el municipio de Quimbaya (Quindío) para vivir una experiencia inmersiva y auténtica del turismo rural. El 20% de los participantes pertenecía a las comunidades indígenas Achagua, Cocama, Embera Eyabida, Kuna, Miraña, Murui, Páez, Tikuna y Zenú.
Además, el 19% de los graduados de este ciclo eran de origen campesino, 17% mujeres y jóvenes provenientes de entornos rurales, y el 8% afrocolombianos.
“Es muy satisfactorio saber que el 20% de los estudiantes pertenece a comunidades indígenas asentadas en diversas regiones del país y que hay, además, una alta participación de mujeres, campesinos y afrocolombianos”, comentó Álvaro Balcázar, gerente general de Fontur.
“Queremos seguir impulsando el reconocimiento de sus saberes ancestrales, para hacer de este programa académico un referente nacional de la integración de culturas y la preservación del patrimonio colombiano”, añadió Balcázar.
Asimismo, el diplomado contó con la participación de 35 personas inscritas en el Registro Único de Víctimas. Entre ellos se encontraban desplazados y firmantes del acuerdo de paz, quienes le apuestan al turismo rural para reconstruir sus historias de vida.