Boyacá es uno de los departamentos líderes en protección de bosques, reservas naturales y ecosistemas. En medio de la jornada de siembra de árboles que se está llevando a cabo en todo el territorio nacional, en el municipio de Sotaquirá, ubicado en la región del Alto Chicamocha, se sembró el ‘Bosque: memoria y vida’ como un homenaje a las más de 2.500 personas del departamento que han perdido la vida a causa de la covid-19.
El ‘Bosque: memoria y vida’ se suma a otras iniciativas para recordar a los colombianos que han muerto en la pandemia como el Parque por la Vida, ubicado en la localidad de Fontibón en Bogotá, y el Parque Bosque la Esperanza, que crece cerca del Embalse de Tominé y ya tiene 60 mil árboles sembrados.
Herman Amaya, director de Corpoboyacá, detalla que en el caso de Sotaquirá se sembraron 2.551 árboles. “Además de generar procesos de siembra, cuidado, restauración y protección de nuestros ecosistemas estratégicos esta es una oportunidad para construir memoria, conmemorar y recordar. Esta acción es significativa por el hecho de que los árboles son vida y se fortalece la conexión con la naturaleza”, agrega.
Este bosque será un espacio para que las familias de los fallecidos puedan recordar a sus seres queridos. Según Sonia Natalia Vásquez, subdirectora de Ecosistemas de Corpoboyacá, “en este proceso queremos que la comunidad sea protagonista, buscamos que la restauración contribuya a sanar nuestra relación con la naturaleza, pero al mismo tiempo sea una experiencia sanadora para nosotros mismos”.
La iniciativa hace parte de Boyacá Reverdece, una estrategia que tiene el reto de plantar un millón de árboles de especies nativas para cada ecosistema del departamento antes de 2023. Con la siembra de árboles como arrayán, hayuelo, chicalá, guayacán y jazmín del cabo se busca aportar a la recuperación de los suelos degradados, el fortalecimiento de los viveros y la reactivación de dinámicas ecosistémicas.
El proyecto Boyacá Reverdece aporta a la siembra de especies nativas cerca de ríos y quebradas, la protección de los páramos y la creación de viveros de alta montaña. En Duitama, por ejemplo, se inauguró San Jorge, uno de los viveros forestales más grandes del país, en donde crecerán 90 mil plantas anuales de bosque andino y alto andino.