Fortalecer la infraestructura hospitalaria y mejorar la atención y calidad en el servicio fue una de las grandes apuestas de la Gobernación de Risaralda en estos últimos cuatro años. Aunque ese objetivo se perseguía en el plan de desarrollo del departamento, se reforzaron las inversiones y la capacidad instalada en el marco de la pandemia.

La administración viabilizó la construcción y financiamiento del Hospital Regional de Alta Complejidad Carolina Larrarte (HRAC). Con este proyecto, que hoy está en construcción, “se garantizará la atención integral, continua, oportuna, resolutiva y con calidad en salud para la población de los departamentos de Caldas, Quindío, Risaralda, Norte del Valle, Tolima y Chocó”, señalaron desde la Gobernación.

Este hospital es determinante para la región por factores como el incremento de las enfermedades crónicas como consecuencia del perfil demográfico y epidemiológico en Risaralda, Caldas y Quindío; y el envejecimiento de la población. Según el Dane, el 18 por ciento son adultos mayores, mientras que la media nacional es de 13,4 por ciento.

Servicios especializados

Con este proyecto se incrementará de manera importante el número de camas hospitalarias disponibles. Según los estudios de prefactibilidad, el hospital contará con 330 camas de hospitalización, las cuales se sumarán a las 1.854 que había disponibles a corte de 2022.

Actualmente, en el departamento hay 1,91 camas por cada 1.000 habitantes, una cifra que pasará a 2,7 con las 330 camas que aportará el nuevo hospital. Este es el rango recomendado por la Organización Mundial de la Salud en relación con el total de habitantes de Risaralda.

La capacidad instalada también se ampliará gracias a la construcción de 44 consultorios y a la consolidación de una oferta de servicios de apoyo diagnóstico y complementación terapéutica que incluye mamografía, resonancia, colonoscopia, endoscopia, servicio de medicina nuclear, radioterapia, quimioterapia y hemodinámica, entre otros.

“A partir de los estudios y los análisis realizados, se identifican beneficios en la contribución al mejoramiento de la prestación de servicios de salud en la región, en la generación de empleo y en la promoción para formación y atracción de especialistas médicoquirúrgicos”, aseguró la Gobernación.

En términos cualitativos, el HRAC disminuirá las remisiones a otras regiones y minimizará los costos en todos los actores del sistema de salud. De igual forma, dado que es un hospital de cuarto nivel, este creará espacios propicios para la docencia y la investigación.

Desde lo cuantitativo, se prevé que esta infraestructura tenga un impacto favorable en una zona de influencia con más de 60.400 kilómetros cuadrados en el Eje Cafetero y Chocó, y beneficiará a más de 2,8 millones de personas en el occidente del país. Este número se incrementa a 3,5 millones si se tiene en cuenta que también podrá atender a los habitantes del Tolima y del Norte del Valle.

Financiación

Los recursos para este proyecto se obtuvieron de la gestión del gobernador Víctor Manuel Tamayo, así como de otros actores del departamento que lograron que el anterior presidente de la República, Iván Duque, aprobara el Conpes 4035 con el que se garantizó el financiamiento. El monto total fue de 600.000 millones de pesos.

En este proceso, el Consejo Superior de Política Fiscal otorgó aval fiscal inicial por 199.648 millones de pesos, luego aprobó 200.939 millones de pesos para 2023 y 199.383 millones de pesos para la vigencia 2024.

De acuerdo con la Gobernación, “es preciso señalar que este flujo de recursos y su financiación, a través de vigencias futuras excepcionales, están fundamentados en el artículo 116 de la Ley 2063 de 2020, el cual establece el costo total del proyecto”.

Si los desembolsos se entregan cumpliendo los tiempos previstos, la Gobernación de Risaralda estima que el hospital entrará en funcionamiento en 2025.

*Contenido elaborado con apoyo de la Gobernación de Risaralda