Colombia es el quinto país exportador de banano del mundo. En los departamentos de La Guajira, Magdalena y Antioquia hay 51.000 hectáreas sembradas, de las que dependen 150.000 empleos formales. Estas cifras lo han consolidado como un sector clave para la economía y el bienestar de las comunidades.
Sin embargo, en 2019 las plantaciones de banano del país se vieron enfrentadas por su peor enemigo: el hongo Fusarium Raza 4 Tropical, una amenaza para estos cultivos en el mundo durante los últimos 25 años. Apareció en los países asiáticos y poco a poco se ha extendido a otros continentes. Este hongo produce el marchitamiento de la planta y no nace el fruto, pero lo que más preocupa es que las afectaciones que genera en el suelo pueden durar aproximadamente 30 años.
Emerson Aguirre Medina, presidente de la Asociación de Bananeros de Colombia (Augura), y uno de los representantes del sector que más ha liderado esfuerzos para mitigar esta pandemia vegetal, explica en detalle las medidas que se han implementado para frenar su expansión, las cuales han convertido a Colombia en un referente mundial.
SEMANA: ¿Cómo enfrentó el sector la llegada del hongo al país?
Emerson Aguirre Medina: Cinco años antes de su aparición ya nos estábamos capacitando y preparando a los profesionales del Centro de Investigación del Banano -Cenibanano- para diagnosticar e identificar a nivel internacional quiénes eran los expertos en la materia. Desafortunadamente, el hongo llegó a La Guajira en agosto de 2019, aunque nuestros afiliados están ubicados en Urabá y Magdalena, hemos trabajado en equipo con otros gremios, afiliados, Gobierno Nacional y demás actores.. Inmediatamente la finca fue identificada por parte del ICA, entró en cuarentena y esta entidad pasó a ser el coadministrador del terreno para garantizar el aislamiento de los focos con presencia del hongo, independizar los sistemas de riego y evitar la entrada y salida de personal de esas áreas. Al día de hoy solo hay 200 hectáreas en La Guajira infectadas y el hongo no ha salido del departamento. Si las 51.000 hectáreas de banano que hay en Colombia se vieran afectadas por esta enfermedad, desaparecería la actividad bananera en el país. En abril de este año, el ICA declaró que Urabá y Magdalena son territorios libres del Fusarium Raza 4 Tropical.
SEMANA: ¿Qué otras estrategias implementaron para contener su expansión?
E.A.M: Además de la cuarentena, se establecieron unos puntos de desinfección en las entradas y salidas de La Guajira, Magdalena y Antioquia. Estos son atendidos por el ICA y acompañados por fuerzas militares. También se instalaron alrededor de 18 puestos de lavado y desinfección de los vehículos que transportan banano, que son operados por Augura. Se estima que más 220 mil vehículos han pasado por esos puntos. A esto se suman programas de bioseguridad en las unidades productivas, que tienen unas inversiones importantes en infraestructura y capacitación. Por último, en convenio con el ICA, tenemos cerca de 70 personas recorriendo cada finca y casi cada planta para verificar síntomas y hacer un muestreo significativo.
SEMANA: Cenibanano también está participando a través de la investigación…
E.A.M.: Hoy somos el modelo de contención del Fusarium Raza 4 Tropical. Cenibanano está trabajando en varios frentes. Por un lado, está en investigación y validación de amonios cuaternarios, la sustancia que neutraliza el hongo que está en la tierra que transportamos en las botas o en las llantas. Con el ICA y Agrosavia se están haciendo las validaciones de protocolos de ingreso de material vegetal que podrían ser una opción para reemplazar la variedad Cavendish. Y a la vez, se estableció un convenio de cooperación con Agrosavia para estudiar una especie que podría ser inmune a esta enfermedad. Además, gracias al trabajo en equipo con el ICA, en la zona de Urabá tenemos un laboratorio dotado para identificar la presencia del hongo y se han hecho aportes para construir uno en el Magdalena. Por todo esto, el Presidente Duque nos delegó a Deyanira Barrero, gerente del ICA, y a mí, para reunirnos con el Presidente de Ecuador y su gabinete, con el fin de asesorarlos frente al manejo del hongo.
SEMANA: Unos meses después de la llegada de esta enfermedad se tuvieron que enfrentar a la pandemia por el COVID-19, ¿cuál ha sido el impacto de esta nueva emergencia para el sector?
E.A.M.: Decidimos asesorarnos por quienes estaban manejando los temas sanitarios y basados en sus lineamientos, implementamos unos protocolos para nuestro sector productivo. Nos enfocamos en evitar la movilización de material vegetal para evitar contagios con los trabajadores en las rutas por donde se transportan. Además, instalamos lavamanos con mayor capacidad dentro de las fincas, entre muchas otras medidas. Nuestro compromiso también es proteger a la comunidad, por eso creamos alianzas con la Gobernación de Antioquia y con diversos sectores empresariales del país para donar 56 Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) en la región de Urabá. A nivel nacional, donamos más de 1.000 toneladas de banano y trabajamos con el Departamento en la entrega de 320.000 tapabocas para la comunidad.
SEMANA: ¿Y económicamente cómo afectó esta crisis al sector?
E.A.M.: Hubo un aumento de costos muy importante y por ser sector exportador también experimentamos complicaciones logísticas porque la presencia del COVID-19 ocasionó retrasos logísticos en los puertos para la entrega de la fruta y para la llegada de contenedores vacíos. Para este año, aspiramos a crecer por lo menos un 10 por ciento. En el primer semestre hemos tenido un comportamiento muy mesurado, no alcanzamos todavía las cifras de 2019. Para el segundo semestre, en materia comercial, hay una expectativa muy grande de exportaciones. No obstante, tenemos la presión de los compradores internacionales por reducir los precios.