Organizaciones sociales, entidades públicas y expertos en urbanismo se han interesado por las múltiples expresiones culturales de los caleños y decidieron agruparse con el objetivo de recuperar y ampliar el espacio público que hoy tiene la ciudad, en donde hay apenas 2,7 metros cuadrados de espacio público por habitante, un porcentaje menor al de capitales como Medellín y Bogotá.
El Teatrino del Río fue el primer lugar que la organización 100 en un Día Cali y la arquitecta Eliana Arce intervinieron en 2019. Era un espacio poco accesible, bastante frecuentado y con una serie de problemáticas sociales que urgía solucionar, así que convocaron a la comunidad para llevar a cabo acciones positivas que se mantuvieran vigentes en el largo plazo. Al trabajo de recuperación de este espacio se sumaron otros colectivos, comunidades y ciudadanos interesados en aportar a la renovación urbana de la ciudad.
Arce, creadora de esta intervención artística, cuenta que acogió la idea del urbanismo táctico porque es un concepto que agrupa distintas estrategias para que las personas se tomen los espacios públicos y se apropien de su ciudad. “Lo que hicimos fue limpiar, pintar y aportar al trabajo comunitario en el Teatrino. Estas actividades visibilizan la necesidad de activar este tipo de espacios, así que tenemos que comenzar a revisar qué ven los otros y qué aspectos pueden llamar la atención de los vecinos para poder invitarlos a actuar”.
Michelle Carreño, economista y miembro del comité de comunidad de 100 en un Día Cali, cuenta que la intervención del Teatrino no ha sido la única que han impulsado en la ciudad, pues como colectivo entendieron la importancia de respaldar a los artistas barriales y decidieron hacerle un regalo a Cali: una escultura de la frase ‘Mira Ve’ en el parque El Templete. Es un homenaje a la jerga caleña. “Cada letra está hecha de madera plástica y fueron intervenidas por artistas de la ciudad. La obra tiene el propósito de lograr que la gente se apropie de su cultura, del espacio que está cerca del estadio”, puntualiza Carreño.
Roy Alejandro Barreras, director de planeación municipal de Cali, explica que el déficit de espacios obliga a la ciudad a evitar el deterioro de los que ya existen y a recuperar los que están abandonados. “Tenemos que concebir el espacio público como un sistema integrado. Debemos lograr que la ciudad sea caminable porque el 18 por ciento de los habitantes de Cali tienen vehículo propio y ese número de personas ocupa el 83 por ciento del espacio público de la ciudad, esa es una enfermedad cultural que tenemos que vencer con nuevos lugares por los que la gente pueda transitar y sentirse segura”.
El funcionario también se refiere a las expresiones autónomas que representan a los ciudadanos, por ejemplo, el arte urbano que se hace notar en las calles de la ciudad con las manifestaciones sociales. Así mismo, advierte que si las intervenciones no se hacen con la comunidad no funcionan, por eso es importante que la gente haga parte del proceso de planteamiento, diseño y construcción de estas ideas. “En la medida en que empoderamos a las comunidades para que sean ellas quienes planteen las intervenciones del espacio, las personas van a cuidar los lugares por su propia iniciativa, y yo creo que ese es el camino correcto”, expresa Barrera.
María Claudia Villegas, decana de la Facultad de Creación y Hábitat de la Universidad Javeriana de Cali, cuenta que en medio de las manifestaciones sociales se encontraron numerosas expresiones artísticas. Los estudiantes de la Javeriana, por ejemplo, utilizaron el urbanismo táctico para generar lugares de diálogo y de construcción colectiva. “Los espacios físicos de la ciudad se transforman cotidianamente, lo que debemos hacer es darle valor a lo que tenemos y resignificar los lugares con los que queremos ser identificados”, concluye.
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